Durante este mes de noviembre, las inmolaciones llevaron a que miles de personas salieran a la calle a manifestarse en la región occidental de Qinghai, también limítrofe con el Tíbet.
Otro joven estudiante tibetano se prendió fuego hoy en China en límites con el Tíbet, siendo este nuevo caso, el decimonoveno suceso de este tipo ocurrido en el país en 20 días a modo de protesta por la “ocupación” del “Techo del Mundo” y reivindicar el retorno del exiliado líder espiritual, el Dalai Lama.
Según confirmó la agencia tibetana Phayul, el joven estudiante, llamado Wangyal y de unos 20 años, se quemó vivo pasadas las 11.00 horas de la mañana en la ciudad de Seda, al oeste de la citada provincia, habitada por población tibetana.
Wangyal, quien asistía clases en el Instituto Popular de Seda, decidió prenderse fuego en medio de la ciudad mientras gritaba eslóganes pidiendo la vuelta del Dalai Lama (exiliado en Dharmashala, India), y la “libertad del pueblo tibetano”, según confirmó a Phayul una fuente tibetana en el exilio pero con contactos en la región.
La misma fuente añadió que un grupo de militares chinos llegó al lugar de los hechos después de que Wangyang se prendiera fuego, y se lo llevaron tras sofocar las llamas que cubrían su cuerpo, por lo que se desconoce el actual estado de salud del joven.
Wangyal es huérfano y tiene tres hermanos y una hermana, confirmó Phayul.
Este tipo de protesta sucede tres días después de que un campesino tibetano falleciera al quemarse a lo bonzo, también a modo de protesta por la “libertad del Tíbet”.
El caso de Wangyal eleva a 82 los casos de inmolaciones (en este caso, intento de inmolación) en China en los últimos dos años. La situación se ha recrudecido en estos últimos 20 días, con casi una inmolación por día, desde el inicio del XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh) el día 8, celebrado en Pekín, en el que se eligieron los líderes que gobernarán el país durante la próxima década.
Durante este mes de noviembre, las inmolaciones llevaron a que miles de personas salieran a la calle a manifestarse en la región occidental de Qinghai, también limítrofe con el Tíbet.
Organizaciones tibetanas en el exilio, como Free Tibet, advierten de la “tensa situación” en la región, donde aseguran que hay actualmente desplegadas “un gran número de fuerzas armadas chinas” y que puede haber enfrentamientos. Estas organizaciones piden a Pekín que atienda las reivindicaciones de los tibetanos para frenar la ola de inmolaciones, mientras que el régimen comunista acusa al Dalai Lama -a quien la semana pasada se le negó visado de entrada en Taiwán- de alentar estas protestas con fines de políticos.
China considera al Tíbet parte del país desde hace siglos, por uniones dinásticas y conquistas en la época imperial, si bien para los tibetanos en el exilio el “Techo del Mundo” era virtualmente independiente hasta que fue ocupado por el Ejército comunista a principios de la década de los 50 del siglo pasado.