25 años de paz del M-19

25 años después de la firma del acuerdo de paz entre el M-19 y el Gobierno Nacional el que fuera el grupo guerrillero urbano con mayor presencia en el país ha ido opacándose como fuerza política para irse convirtiendo en una referencia relacionada con varios nombres del acontecer nacional. Sin embargo, el M-19 se erige como un referente de hacer la paz en el país, algo que se conmemoró este 9 de marzo en la Plaza de Bolívar de Bogotá.

Desde aquel lejano 1974 en que un golpe de mano permitió que un naciente grupo guerrillero se quedara con la espada de Simón Bolívar que reposaba en la casa museo Quinta de Bolívar, muchas cosas han cambiado.

El nacimiento del M-19 supuso una ruptura con los cánones guerrilleros imperante en la década de los 70. El discurso marxista que dominaba la discursiva de las Farc, el EPL, o el ELN no era tan férreo en esta organización que pregonaba más unas reivindicaciones de corte nacionalista y popular.

Durante 16 años, el M-19 estuvo activo en la lucha armada tanto rural como urbana, pero fueron los golpes en los cascos urbanos los que hicieron que se hiciera notar y se diferenciara de las demás organizaciones insurgentes.

Desde la toma del Concejo de Bogotá, hasta la Toma del Palacio de Justicia, pasando por el robo de armas del Cantón Norte, las del M-19 eran operaciones que tenían como fin llamar la atención de la opinión pública tanto nacional como internacional y no se quedaban en la clásica estrategia de la guerra de guerrillas de atacar y replegarse.

Estos operativos, en algunos casos lograron que hubiera un reconocimiento de su accionar, pero en otros casos les generó el repudio unánime de amplios sectores de la sociedad colombiana. La Toma del Palacio de Justicia, en 1985, terminó en un holocausto sin precedentes en el que, en pleno centro de la capital de Colombia, el poder judicial colombiano fue atacado sin consideraciones.

A pesar de estas situaciones, en 1990 el M-19 firmó la paz con el Gobierno Nacional y le dio la espalda a la lucha armada en la que perseveraron otros grupos guerrilleros que hacían parte de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, suma de organizaciones insurgentes con el fin de lograr el poder en Colombia. Esto les valió la primera condena después de haber firmado la paz. Las Farc, en cabeza de varios de sus dirigentes consideraron la firma de la paz como una traición.

Además, el 26 de abril de 1990, Carlos Pizarro Leongómez fue asesinado en un avión rumbo a Barranquilla. El asesinato de este dirigente histórico del M-19 y candidato presidencial, después de firmados los acuerdos, fue el primero de varios golpes sufridos por el movimiento que ya era político.

El paso de M-19 a Alianza Democrática M-19 supuso que varios de sus miembros lograran importantes roles dentro de las estructuras gubernamentales del país. Así, además de ser parte de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, el actual senador Antonio Navarro Wolff logró un escaño en el Congreso de Colombia, fue nombrado ministro de Salud y logró ser elegido como alcalde de su natal Pasto.

Además de la participación en política el M-19 contó con la posibilidad de tener un espacio en los medios de comunicación. Este espacio fue el noticiero AM-PM que terminó perdiendo el contrato logrado en licitación por durante el gobierno Samper.

El balance, 25 años después, de ese proceso de paz no es del todo satisfactorio. Si bien es cierto que figuras como Antonio Navarro Wolff o Gustavo Petro, actual alcalde mayor de Bogotá, tienen un papel destacado en la vida política del país, también lo es que se les estigmatiza por su pasado guerrillero. Además, la que fuera la AD-M19 dejó de ser una fuerza política sin personería jurídica, de la misma manera que lo es ahora el movimiento progresistas que respaldó la elección del alcalde Petro.

A pesar de esta situación el verdadero logro del proceso de paz con el M-19 fue el cumplimiento del mismo por parte de los que fueran sus miembros. El compromiso de no volver a tomar un arma para buscar las transformaciones de este país ha sido honrado y cumplido por quienes militaron en sus filas.

25 años de paz ratificados

Como gesto conmemorativo de la firma de la paz se llevó a cabo un acto en el que varios militantes del M-19, así como las figuras más sobresalientes del grupo guerrillero firmaron un libro por la paz que ratifica y reitera el compromiso adquirido hace 25 años. Entre los asistentes se encontraban el alcalde mayor de Bogotá Gustavo Petro, el senador Antonio Navarro Wolff, la exrepresentante a la Cámara Vera Grabe, entre varios históricos del grupo.

El presidente de la República, Juan Manuel Santos, también estuvo presente y reafirmó la importancia del proceso de paz con el M-19 que sienta un precedente para el que se adelanta con la guerrilla de las Farc en La Habana.

Varios lingotes de acero, que son el resultado de la fundición de las armas dejadas por los guerrilleros servirán para hacer un monumento conmemorativo de un gesto que aún hoy sigue siendo garantía de paz en la historia de Colombia.