Con casi cerca de nueve millones de habitantes, Bogotá es el fortín electoral clave para asegurarse un triunfo en cualquier elección popular. Antonio Navarro sabe esto y por eso camina la capital hablando del proyecto político que quiere llevar a este especial Congreso que se avecina. Aunque la inconformidad del barrio Las Ferias y su plaza de mercado deambulaban, la cabeza de lista al Senado de la Alianza Verde siempre tuvo la mirada al frente en medio de vendedores ambulantes y curiosos que lo querían ver de cerca.
“Buenos días. Soy Antonio Navarro y voy para el Senado”, era la frase con que el candidato de la Alianza Verde abordaba a los vendedores de la Plaza de Mercado de Las Ferias, barrio popular de la localidad de Engativá. Su llegada no fue advertida por la mayoría, ya que en este típico y colorido lugar las apariciones de políticos por esta época ya son moneda corriente.
Entre saludos afectivos de varias matronas de las frutas y verduras, otro puñado de trabajadores mostraba su lado más hostil arengando el por qué “solo vienen a pedir votos y no son capaces de hacer algo por el piso desbarajustado y las decenas de tejas rotas” de una de las plazas más antiguas de Bogotá. Los reclamos, según Navarro, “siempre están, más aun cuando la forma de hacer política es hablando con la gente”.
Su correría apenas empezaba. La Avenida Rojas le sirvió de pista para, en medio de un sol inusual en Bogotá, entregar volantes con las propuestas que quiere defender en el Senado. Se topó con vendedores de frutas, legumbres, utensilios para la cocina, cocineros, vendedores de peces ornamentales, ‘chazas’, asaderos de pollos, almacenes de ropa interior femenina, etc.
En medio de su caminata, el exgobernador habló de lo que lo llevó a participar por una curul al Congreso y desistir de una posible precandidatura presidencial: “Colombia tiene que tener la opción de una candidatura presidencial distinta. No se dio esa opción para estas elecciones, habiendo la oportunidad por la división de Uribe y Santos. Intenté durante meses que pudiéramos hacer un proceso que nos dejara una candidatura unificada pero no se pudo. Por eso llegué a la conclusión de que había que reforzar la lista del Senado para ayudar a construir una fuerza donde haya diversidad pero donde también haya principios e identidades fuertes, por eso entré a la lista de la Alianza Verde”.
Y como la gran mayoría que quiere llegar a este particular Congreso, la vuelta de pesos pesados de la política como Álvaro Uribe Vélez y Horacio Serpa “le da una importancia mayor a la decisión de estar”. Además de un reto claro: “hacer una transformación de cosas importantes, empezando de la manera de elegir a los congresistas”.
A pesar de estar en la vida política por más de 20 años, Antonio Navarro está sorprendido por el movimiento avasallador de dinero que varias campañas tienen, por eso ve necesario una “una reforma política seria que elimine la relación personal entre el elegido y el elector”. Este mutualismo económico vuelve una mercancía el voto que, para Navarro, deteriora al votante.
La acera norte de la Rojas cada vez se iba llenando más de gente. Las charlas con los transeúntes se limitaban a un ligero saludo y uno que otro reclamo de alguna inconformidad de su comunidad. El candidato, dentro de sus propuestas que entregó en los volantes que repartía, explicaba de qué manera dentro del Senado va a poder ayudar.
Las inconformidades en los últimos tiempos han hecho que la sociedad civil ‘tumbe’ proyectos que de uno u otra manera veían perjudicado al ciudadano del común. Antonio Navarro quiere usar ese gran poder popular para “intentar lo contrario: que la opinión pública apoye proyectos de ley convenientes”.
Luego de varios minutos, el exalcade de Pasto accede a una charla en una frutería. El tema a tratar ameritaba una pausa puesto que es en lo que la gran mayoría de debates se van a centrar: la paz y el postconflicto.
Un poco más relajado, atinó a afirmar cómo hay que preparar esa delicado paso que se avecina: “Hay que prepararlo en varios sentidos: cumpliendo los acuerdos que se hagan, presencia integral del Estado en el territorio en donde han tenido influencia los grupos armados para que otros no ocupen ese espacio y que finalmente los que firmen acuerdos de paz queden todos incorporados a programas estatales”.
De la misma manera, una constituyente “amarrada a un proceso de paz no es viable”, afirmó Navarro. Pero se atrevió a asegurar que en el año 2015 una asamblea constituyente se dará como resultado de una firma de los acuerdos de La Habana, así como de varias transformaciones que “el Congreso no ha querido hacer”.
Ya acomodado en una silla del local, la reelección del presidente Santos no la ve para nada segura. “Santos no ha logrado comunicarse con la gente. Es un candidato que con todo el poder del Estado no logra sacar una ventaja decisiva”.
Así como ratificó la posición que tuvo en el año 1991 cuando prohibieron esta figura que varios años después modifico el expresidente Uribe: “Yo no creo más en la reelección inmediata”.
El frenesí de personas pidiendo hablar “personalmente” con el candidato, hizo que se disculpara para seguir con su caminata electoral, no sin antes enviar un mensaje final: “Quiero mandarle un mensaje a los que no votan: el que no lo hace está dejando que los que votan decidan por ellos. Están tomando partido por los impuestos que esa persona paga”.