Las delegaciones de paz del Gobierno Nacional y de las Farc hicieron un anuncio histórico al cierre del ciclo 33 de conversaciones que se adelantan en La Habana, Cuba. Las partes se comprometen a llevar a cabo una labor de desminado de los territorios en los que las minas antipersona están presentes.
Desde la ciudad de La Habana, las delegaciones de paz del Gobierno Nacional y las Farc anunciaron que se comprometen a adelantar la limpieza de los territorios sembrados con minas antipersona.
Las labores de descontaminación de los territorios se realizarán con un equipo multitarea que contará con dos miembros del Gobierno Nacional, dos de las Farc y dos de las comunidades.
Las labores en terreno las adelantarán uniformados capacitados para esta tarea y estarán apoyados por miembros de las Farc sin uniforme y desarmados. Este histórico anuncio es una paso adelante en la terminación del conflicto.
En el anuncio que cierra el ciclo 33 de conversaciones de paz, Humberto de la Calle, vocero de la comisión negociadora del Gobierno destacó el apoyo de Kofi Annan, exsecretario general de las Naciones Unidas, al proceso de paz que se lleva a cabo en la capital cubana. Así mismo, recalcó la importancia de la presencia del delegado del gobierno de Estados Unidos Bernard Aronson, en el acompañamiento del proceso, y la comisión de mujeres. Todos estos hechos, según De la Calle, son muestras de avances importantes en el proceso de negociación.
Por su parte Iván Márquez, vocero de la delegación de las Farc fue enfático en señalar la importancia del acuerdo de desminado e hizo un llamado para que el desescalamiento del conflicto permita avanzar, aún más, en el proceso de negociación.
El nuevo ciclo de negociaciones, el número 34, dará inicio el próximo 17 de marzo y abordará los temas de víctimas y justicia.
DECLARACIÓN JEFE DE LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO DE COLOMBIA
7 de marzo de 2015
Humberto de la Calle
Buenas tardes,
Mi mensaje hoy es para los niños de Colombia. Para los niños que viven en el campo. Para los niños que corren el peligro de morir o quedar heridos por la explosión de una mina cuando caminan a la escuela o cuando juegan en un parque.
A partir de hoy el Gobierno y las Farc trabajaremos conjuntamente para limpiar algunos territorios rurales de minas terrestres y municiones sin explotar. Esas minas que le han quitado el sueño de vivir a miles de personas en nuestro país. A cientos de niños, a cientos de miembros de la Fuerza Pública que han sido víctimas de ellas.
Se trata de un nuevo y decisivo paso en el desescalamiento del conflicto armado. La tarea que haremos con la colaboración de una organización Noruega especializada en desminado, significará llevar alivio a las zonas más afectadas por décadas de violencia. Será un trabajo en el que participarán miembros representantes de las FARC, sin uniforme, sin armas y previa suspensión temporal de las órdenes de captura de acuerdo con la ley, para brindar la información requerida y acompañar el proceso de desminado. El Batallón de Desminado del Ejército Nacional -BIDES- se encargará de la limpieza y desminado de las zonas bajo la coordinación de Noruega. Todo esto se dará en un marco de diálogo con las comunidades con el fin de informar a los ciudadanos de los procesos y mecanismos.
Nuestro objetivo principal con estas conversaciones es poner fin al conflicto evitando así víctimas futuras en nuestro país, por eso la propuesta de desminado es un primer paso pero un paso gigante hacia la paz. Esto es una muestra de que estamos trabajando en la dirección correcta.
Otro hecho que así lo demuestra es la participación de seis generales activos en la Subcomisión Técnica del Fin del Conflicto. Serán los miembros de las Fuerzas Armadas los encargados de explorar las opciones para conseguir el cese al fuego bilateral y definitivo y la dejación de armas. El país debe reconocer la importante connotación histórica que significa su participación. En la historia reciente de los procesos de paz en Colombia la Fuerza Pública no había sido convocada a colaborar en forma tan decidida.
A los generales que llegaron a integrar la Subcomisión les reiteramos nuestra admiración en tiempos de guerra, y ahora reconocemos – como a todos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas – su grandeza haciendo parte de este esfuerzo por conseguir la paz. Tal como lo dijo el Presidente (abro comillas): “Este escenario inédito de nuestra historia los enaltece” (cierro comillas).
En un eventual escenario de postconflicto la defensa de todos los colombianos continuará siendo una responsabilidad de las Fuerzas Armadas. Ustedes soldados y policías serán los responsables de brindar tranquilidad y confianza a todos los ciudadanos. Nuevamente: nuestro enorme agradecimiento y profunda admiración por su presencia en la Mesa de la Conversaciones.
Este ciclo que termina contó con momentos muy especiales que reflejan la importancia de las conversaciones. Las visitas de Kofi Annan, ex Secretario General de Naciones Unidas así como la del enviado especial de Estados Unidos, Berni Aronson, reafirman el respaldo de la comunidad internacional con el esfuerzo de Paz del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos. A ellos, nuestro agradecimiento.
De igual forma, quiero resaltar la visita del último grupo de organizaciones de mujeres y de representantes de la comunidad LGTBI. Para la Mesa fue indispensable contar con su participación con el propósito de plasmar el concepto de género y la mirada pluralista en los acuerdos alcanzados y en los que esperamos alcanzar.
El próximo ciclo empezará el 17 de marzo, estaremos concentrados en la discusión de víctimas y justicia. A propósito, la Delegación del Gobierno ha sido enfática en señalar que el reconocimiento de responsabilidad debe involucrar a todos los actores. En cuanto a los agentes del Estado, está previsto su tratamiento en un esquema de Justicia Transicional que, para ellos, corresponde exclusivamente al Estado. La situación jurídica de nuestra Fuerzas Armadas no es parte de la agenda de estas conversaciones, agenda que no es necesario modificar.
El país espera que logremos un acuerdo que permita la máxima satisfacción de los derechos de las víctimas en el equilibrio con la justicia necesaria que nos permita alcanzar la paz.