Adelgazar: beneficios menos conocidos

Perder peso de forma controlada puede ayudar a expulsar lombrices intestinales, combatir la periodontitis o proteger las mamas, entre otros efectos positivos.

La mayoría de las personas saben, y los médicos y campañas de salud pública lo reiteran continuamente, que reducir el exceso del peso corporal ayuda a prevenir, desde las enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, hasta la diabetes, los trastornos digestivos, la fatiga y los problemas músculo-esqueléticos derivados de la sobrecarga de las articulaciones.

Sin embargo existen otras razones, mucho menos conocidas pero igual de poderosas que las anteriores, para desprendernos de los kilos de más que se acumulan en nuestro cuerpo. Eso sí, siguiendo un programa de alimentación y ejercicios, supervisado por un profesional de la medicina o de la nutrición.

Un estudio del Instituto Francés de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) ha aportado una razón muy estimulante para librarse del exceso de peso: la gordura puede ser una gran enemiga de la actividad amorosa.

Los expertos galos evaluaron mediante un cuestionario sobre características físicas, hábitos y vida sexual, a 10.170 personas de entre 18 y 69 años de edad.

Algunas de ellas tenían un peso normal, otras mostraban diversos grados sobrepeso y otro grupo presentaba una obesidad diagnosticada. Su nivel de gordura fue calculado mediante el Índice de Masa Corporal, o IMC, una fórmula matemática que relaciona la estatura de una persona con su peso.

Así, descubrieron que en el caso de los participantes obesos (con un IMC superior a 30), las mujeres tenían menos encuentros sexuales y consideraban el sexo como algo menos importante, mientras que los varones tenían más posibilidades de desarrollar una disfunción eréctil.

“Ser obeso tiene una fuerte influencia sobre la vida sexual de las personas”, ha señalado la investigadora Nathalie Bajos, autora principal del estudio del INSERM, quien ha recomendado a los ginecólogos y médicos generales que tengan presente esta situación para que asesoren a sus pacientes sobre las posibles medidas para adelgazar.

MEJORAS EN SEXUALIDAD Y SALUD REPRODUCTIVA.

Asimismo, una pérdida modesta de peso basada en una dieta baja en calorías y en grasas y con una calidad nutricional elevada, puede mejorar la salud sexual de los hombres obesos que tienen diabetes tipo 2, según un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia).

Una pérdida de sólo un cinco por ciento de peso produce mejoras en la disfunción eréctil, el deseo sexual y los problemas del tracto urinario de los participantes al cabo de ocho semanas, y esas mejoras continuaron durante un año, de acuerdo al estudio publicado en la revista ‘The Journal of Sexual Medicine’.

A los varones obesos también les conviene adelgazar, porque -según una revisión de estudios publicada en el portal ‘Medscape’- el exceso de peso limita sus posibilidades de tener hijos de forma natural, al reducir la cantidad de espermatozoides en general y su concentración en el semen, así como su capacidad de moverse, y ocasionar alteraciones en su morfología y estructura genética.

Por otra parte, perder peso haciendo ejercicio resulta beneficioso para el cerebro y ayuda a agudizar las funciones cognitivas, según un estudio liderado por el doctor Martin Juneau, director de prevención del Instituto Cardiológico de Montreal (Canadá).

MENOS CALORÍAS, MAYOR COGNICIÓN.

Esta investigación, presentada ante la Fundación del Corazón y la Apoplejía canadiense, ha incluido a adultos con sobrepeso e inactivos, con una edad media de 49 años, quienes realizaron una serie de pruebas destinadas a evaluar sus habilidades intelectuales y toma de decisiones.

Después de cuatro meses de entrenar con bicicleta estática y pesas dos veces por semana, la función cerebral y las habilidades de pensamiento de los participantes habían mejorado, de manera proporcional a la reducción de su peso, IMC, masa grasa y circunferencia de la cintura, según este estudio.

“Es tranquilizador saber que uno puede prevenir al menos parcialmente ese declive cognitivo mediante el ejercicio y la pérdida de peso”, ha señalado el doctor Juneau.

En línea con el estudio canadiense, investigadores de la Clínica Mayo en Scottsdale, (Arizona, Estados Unidos) han señalado que consumir entre 2.100 y 6.000 calorías diarias puede llegar a duplicar el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo leve.

De acuerdo al experto Yonas Geda, de la Clínica Mayo, “cuanto mayor es la cantidad de calorías consumida, mayor es el riesgo de deterioro cognitivo leve”, un problema caracterizado por la pérdida de memoria que, a veces, es un paso previo a la aparición de la enfermedad de Alzheimer.

Las personas obesas (con un IMC promedio de 39) que pierden peso gracias a una cirugía de derivación gástrica o a una extirpación de células grasas de su abdomen, responden mejor a los tratamientos para la enfermedad de las encías y mejoran su salud periodontal, de acuerdo a otro estudio, en este caso de la Universidad de Case Western Reserve (Ohio, EE.UU.).

Adelgazar apenas el 5 por ciento del peso inicial, especialmente mediante la disminución de las calorías y la práctica de ejercicio, reduce significativamente en las mujeres postmenopáusicas los niveles sanguíneos de algunos estrógenos y de la testosterona, hormonas sexuales, cuyo exceso se asocia al cáncer mamario, según la doctora Anne McTiernan, del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson (Seattle, EE.UU.).

Como dato curioso, científicos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) han descubierto que, aunque puede parecer nociva, la pérdida de peso que ocurre durante una infección intestinal ocasionada por un gusano, en realidad es beneficiosa en la lucha del organismo contra dicho parásito.

Según el trabajo, publicado en la revista ‘Plos Pathogens’, los mecanismos de defensa ‘secuestran’ las vías de alimentación natural del cuerpo, lo que contribuye a expulsar los parásitos.

Esta investigación, realizada en ratones infectados con el gusano ‘Trichinella spiralis’, puede ayudar a diseñar nuevas estrategias para ayudar a las personas con infecciones parasitarias”, según uno de los autores del estudio, el investigador John Worthington.

Eugenio Frater.

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