Si alguien creía que la campaña por la nominación republicana no podía caer a un nivel más bajo, Donald Trump y Ted Cruz demostraron esta semana que siempre hay espacio para algo más de barro.
Este miércoles, el tabloide sensacionalista National Enquirer acusó al religioso senador texano de tener cinco amantes, una de ellas una prostituta. El magnate aprovechó la noticia para acusar a Cruz de “mentiroso” y de haber financiado un anuncio de televisión que muestra una foto desnuda de su mujer, Melania Trump.
En el artículo, un antiguo consejero de Trump afirma que los rumores sobre las infidelidades del senador llevan rondando desde hace años y que “donde hay humo suele haber fuego”. El magnate neoyorquino añadía en Facebook que “no sabe” si hay verdad en el asunto, pero “el Enquirer acertó en muchos otros casos, como el de O. J. Simpson”.
Como respuesta, Cruz descalificó el artículo, tachándolo de “una basura” y “una calumnia plantada por los secuaces de Trump” en un intento desesperado para hundirle de cara a la disputada votación en Wisconsin, donde ambos están en empate técnico.
La acusación de adulterio no incluye pruebas y tampoco hay datos que apunten a una relación directa entre Cruz y la organización que grabó el anuncio que muestra a la mujer de Trump en cueros, pero la tensión de la campaña y la predisposición del magnate de lanzarse a cualquier lucha cuerpo a cuerpo han precipitado una semana de acusaciones entre ambos.
La última disputa, y posiblemente la más relevante a la hora de la verdad, es por los delegados que serán los encargados, en última instancia, de elegir al candidato. Aunque los votantes elijan en las primarias a qué candidato deberán votar esos delegados, los nombres de las personas en concreto se eligen en convenciones cerradas de las ramas del partido en cada estado. Y en varios de ellos, como Luisiana o Georgia, los partidarios de Trump acusan a Cruz de haber infiltrado a sus hombres en delegaciones que deberían votar al magnate en la convención nacional en junio.
El peligro es que esos delegados “tránsfugas” decidan saltarse los resultados de las primarias y apoyar a Cruz en vez de a Trump, como ocurrió en 2012 con los seguidores del diputado Ron Paul que lograron hacerse con las delegaciones de Maine o Nevada. Teniendo en cuenta que es muy posible que la nominación se decida por una decena de votos, un cambio de un grupo de representantes de cualquier estado, por pequeño que sea, puede determinar el resultado final.
Por el momento, los votantes republicanos se toman un descanso hasta el 1 de abril, aunque la próxima gran cita será en Wisconsin, el día 5.