Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito del Pueblo, Farc-EP, insisten en el cese bilateral del fuego tras la liberación del general Ruben Darío Alzate, el cabo del ejército Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, e invitan al presidente Juan Manuel Santos a no darle “más largas al absurdo de unos diálogos de paz en medio de la guerra”.
Luego del proceso de liberación de los dos uniformados y una abogada en el caserío Vegaez, ubicado en la ribera del río Arquía, al norte de Quibdó, la delegación de las Farc emitió un comunicado manifestando la aspiración de “rediseñar las reglas de juego” para concretar, sin más largas, el proceso de paz en La Habana, Cuba.
“Ahora tendremos que rediseñar las reglas del juego, porque un proceso de paz que ha llegado al nivel donde se encuentra(…), no puede estar sometido a ningún tipo de actitudes precipitadas e irreflexivas que aplacen el advenimiento de nuestra reconciliación.
Asimismo hicieron una invitación al jefe de Estado, para reflexionar frente al hecho de querer conseguir la paz en medio de la guerra.
“Invitamos al Presidente Santos a que, con el corazón en la mano y la mente plena de sentido común, piense que no podemos darle más largas al absurdo de unos diálogos de paz en medio de la guerra”.
Finalmente ratificaron su posición de hacer un cese bilateral y “apagar el fuego de los fusiles” para no interrumpir y demorar el acuerdo de paz.
“Es hora del cese bilateral del fuego, del armisticio, para que ningún suceso bélico en los campos de combate sirva para justificar la interrupción de una tarea tan hermosa y tan histórica, como es la de acordar la paz para una nación que anhela ese destino”, señaló las Farc
Comunicado Oficial
La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, noviembre 30 de 2014
BOLETIN DE PRENSA No 7
El general Rubén Darío Alzate, el suboficial José Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, han sido liberados por el Bloque Iván Ríos de las FARC en el caserío de Vegaez, a orillas del río Arquía, al norte de Quibdó.
Rodeados de la población humilde de la zona, el general y sus acompañantes fueron entregados, personalmente, por el comandante Pastor Alape a una misión humanitaria integrada por representantes de Cuba y Noruega-países garantes del proceso de paz-, y del CICR. El líder insurgente viajó desde La Habana hasta las selvas del Chocó, mandatado por Timoleón Jiménez, comandante de las FARC, para garantizar una liberación pronta y sin sobresaltos de los prisioneros, misión lograda con las más altas calificaciones.
Igualmente, informamos a los colombianos que en la concreción del Acuerdo Humanitario Especial, que el 25 de noviembre pasado condujo a la liberación exitosa de los soldados profesionales, Paulo César Rivera y Jonathan Andrés Díaz, en las sabanas de Arauca, participó directa y activamente, el comandante Carlos Antonio Losada.
Mil gracias a los gobiernos de Cuba y de Noruega y al Comité Internacional de la Cruz Roja, por su abnegación humanitaria y porque su participación en las liberaciones, de alguna manera salva un proceso de paz que avanzaba en medio de la esperanza.
Ahora tendremos que rediseñar las reglas del juego, porque un proceso de paz que ha llegado al nivel donde se encuentra, y que se apresta a discutir los temas más decisivos de la paz, no puede estar sometido a ningún tipo de actitudes precipitadas e irreflexivas que aplacen el advenimiento de nuestra reconciliación.
Invitamos al Presidente Santos a que, con el corazón en la mano y la mente plena de sentido común, piense que no podemos darle más largas al absurdo de unos diálogos de paz en medio de la guerra. Es hora del cese bilateral del fuego, del armisticio, para que ningún suceso bélico en los campos de combate sirva para justificar la interrupción de una tarea tan hermosa y tan histórica, como es la de acordar la paz para una nación que anhela ese destino. Zafémonos de la incoherencia de hablar de reconciliación y de reconocimiento de las víctimas, sin apagar el fuego de los fusiles y sin detener las políticas económicas neoliberales generadoras de miseria, que atizan la guerra y la victimización de un pueblo al que le ha llegado la hora de la justicia.
DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP