Álvaro Mutis cumple 90 años, el narrador y poeta colombiano, afincado en México, creador de “Maqroll el Gaviero”, el melancólico marino trashumante, celebra su aniversario convertido en uno de los símbolos de la literatura en lengua española y con todos los reconocimientos posibles.
El escritor nació en Santa Fe de Bogotá en 1923 el día de San Luis Rey de Francia, una efeméride que para Mutis puede que explique su devoción por la monarquía, como él mismo ha recordado muchas veces con humor al tiempo que se confesaba “gibelino, monárquico, legitimista y anarquista”.
La vida viajera comenzó muy temprano para Mutis, porque, como hijo de diplomático, a los dos años ya estaba el futuro escritor en Bruselas. Después vinieron idas y venidas a Colombia, hasta que la muerte del padre, cuando él tenía nueve años, hizo regresar a la familia desde Europa a Colombia, a la finca cafetera, en Ibagué (Tolima), un espacio fundamental en la sedimentación de la obra de este autor, vital y vividor.
“No hay ni una sola línea de mi obra que no esté referida, en forma secreta o explícita, al mundo sin límites que es para mi ese rincón de Tolima”, escribe Mutis.
Y tras varios intentos por acabar sus estudios en el Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá, al final triunfa su amor por la poesía, la calle y la tentación por los billares del café de enfrente del colegio. Así, entre literatura y juego, dos cosas bien parecidas, publica su primer libro de poemas “La balanza”, en 1948.
Desde entonces hasta aquí, después de viajar por todo el mundo, de desempeñar el oficio de relaciones públicas en importantes compañías internacionales, y de tener algún problema con una de ellas, la multinacional Esso, que le llevó incluso a pasar unos meses en prisión, Álvaro Mutis ha navegado por el mapa de las letras con su alter ego, Maqroll el Gaviero.
“El Gaviero viene de mis lecturas de Conrad, de Melville (sobre todo de Moby Dick); es el tipo que está allá arriba, en la gavia, que me parece el trabajo más bello que puede haber en un barco, allá entre las gaviotas, frente a la inmensidad y en la soledad más absoluta”, dice Mutis para explicar al protagonista de siete de sus nueve libros de narrativa.
“La nieve del Almirante”, “Iliona llega con la lluvia”, “Un bel morir”, “La última escala del Tramp Steamer, “Amirbar”, “Abdul Bashur, soñador de navíos” y “Tríptico de mar y tierra”. Estos son los títulos de este marino existencial, nostálgico y pícaro, que ha pasado por miles de tormentas, exteriores e interiores, por los mares y las pieles de todo el mundo.
Pero ¿quién es este personaje que también escribe poesía? Mutis asegura que no lo sabe, por eso dice que escribe para tratar de saber y buscar quién es Maqroll. “Mi obra es un poema continúo, siempre tratando de dialogar con él y siempre escuchándolo”, dice este hijo adoptivo de Cádiz, de donde sus abuelos son oriundos.
Benedetti dijo que Mutis inventó a Maqroll como García Márquez ideó Macondo, Onetti Santa María o Rulfo Comala. “Maqroll es también una región de lo imaginario, aunque creada con un habilísimo montaje de pequeñas y grandes realidades”, sentenció el poeta uruguayo.
Este marino le ha llevado a Álvaro Mutis a recibir los más importantes galardones: en España el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias y el Reina Sofía de Poesía, y en Colombia el Nacional de las Letras y el de Poesía, entre muchos más premios en Europa y América.
Este fin de semana recibirá un gran homenaje en Colombia, organizado por el Ministerio de Cultura y la Universidad Nacional de Bogotá. Pero sobre todo hoy queda volver a la lectura de sus libros, un placer, un viajar por páginas y páginas en busca de la poesía de la vida en el paisaje de la tierra caliente, los cafetales, los ríos “torrentosos”, la naturaleza salvaje y los mares de América y Europa.
Con información de EFE Cultura