Amenaza coreana es una estrategia política de Norcorea

La situación política y compleja de la Península de Corea no amenaza el tratado de libre comercio que firmaron los gobiernos de Bogotá y Seúl. Así lo aseguró la embajada de Colombia en Corea del Sur, la cual explica el entorno histórico del diferendo que pese a la tensión conviven bajo un mismo entorno.

El Embajador colombiano en Corea del Sur, Jaime Alberto Cabal Sanclemente, le dijo a Confidencial Colombia desde Seúl que para responder la pregunta de los posibles impactos, es perentorio traer a colación algunos elementos del contexto histórico que darán mayores luces sobre la actual coyuntura en esa región del mundo, en vilo desde marzo pasado. Empero dio un parte de tranquilidad en donde las inversiones no pararán, incluyendo el desarrollo de hospitales como el de la Universidad Nacional.

“Este contexto tiene orígenes que se remontan por lo menos seis décadas al periodo de la guerra intercoreana desarrollada entre 1950 y 1953, que como registra la historia, enfrentó a Corea del Norte y sus aliados China y la otrora Unión Soviética, país que brindó apoyo logístico, con Corea del Sur y sus amigos Estados Unidos y 16 países más, entre ellos Colombia, que conformaron el Comando de Naciones Unidas. Esta confrontación, quedó suspendida como resultado de un acuerdo de armisticio o tregua, firmado el 27 de julio de 1953”, explicó el señor Cabal.

Cabe anotar que este conflicto se desarrolló en el marco de la guerra fría que produjo el enfrentamiento de dos bloques, uno comunista y el otro capitalista.

Según Cabal, en la etapa más reciente de este conflicto, ha habido una serie de acontecimientos que incrementaron las tensiones, entre los cuales hay que destacar que el 12 de diciembre de 2012, Corea del Norte lanzó un cohete capaz de atravesar con éxito parte del Océano Pacífico hasta el mar de Filipinas y cuyo objetivo, según la inteligencia militar de Seúl fue poner en órbita espacial un satélite de comunicaciones así cómo probar la capacidad de usos nuclear de sus misiles.

“Cómo respuesta a este hecho, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó la resolución 2087 del 22 de enero de 2013, la cual, de manera unánime, impuso nuevas sanciones a Corea del Norte. Desoyendo las advertencias, Norcorea realizó un tercer ensayo nuclear subterráneo, que provocó un terremoto de cinco grados en la escala de Richter. En consecuencia, el siete de marzo pasado, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 2094 que impone más sanciones a Corea del Norte”, dijo Cabal.

Este texto promovido por Estados Unidos y China, precisó, reafirmó las sanciones de las resoluciones anteriores, endureciendo el aislamiento del Gobierno de Pyongyang. Como retaliación Corea del Norte declara nulo el acuerdo de armisticio de 1953, cortando la línea telefónica especial que servía para comunicación d emergencia entre las dos coreas.

“Tras asumir el estado de guerra por parte de Corea del Sur, la información que hemos recibido por parte del Gobierno de este país es de relativa tranquilidad, y que la probabilidad de confrontación es baja en consideración a que estas manifestaciones del líder de Corea del Norte obedecen a una estrategia de política para el fortalecimiento de su poder interno y el mejoramiento de su capacidad de negociación frente a la sociedad mundial”, adujo él diplomático.


Confidencial Colombia: ¿Para cuándo está prevista la entrada en vigor del acuerdo comercial?


Jaime Alberto Cabal: Luego de la suscripción del tratado el pasado 21 de febrero, los dos gobiernos se han comprometido a presentar este instrumento bilateral a sus respectivos congresos, para el caso de Corea se trata de la Asamblea Nacional. Este compromiso me fue confirmado por la misma Presidente de la República de Corea, Park Geun-hye, quien asumió funciones el pasado 25 de febrero, durante un encuentro que con ella sostuvimos los embajadores de América Latina, el pasado 19 de marzo anterior.

En este contexto, es de esperarse que los poderes legislativos consideren este instrumento tan pronto sea posible. Una vez aprobado, el TLC debe ser sancionado mediante actos legislativos por parte de los gobiernos. La meta deseable es que el TLC entre en vigor antes que concluya el 2013.


C.C: ¿Pero puntualmente, no habría aplazamiento de la entrada en vigencia del acuerdo?


JAC: Como he señalado, hacer pronósticos sobre posibles escenarios es entrar en terrenos de especulación, toda vez que dependería de la manera como se resuelva la crisis. Indudablemente, el escenario de un conflicto armado, que repito, es poco probable, dificultaría la institucionalidad de Corea del Sur, según fuera su magnitud y, por ende, la aprobación y restante trámite administrativo a que haya lugar.


C.C: ¿Qué posición debe adoptar Colombia frente a esa situación?


JAC: Los TLC, como los demás instrumentos internacionales, son acuerdos de voluntades, es decir que no pueden decidirse unilateralmente.

Reitero que, como lo señaló la Cancillería el 31 de marzo anterior, Colombia hace un llamado a la cordura, a respetar las resoluciones de Naciones Unidas y a hacer uso de todos los mecanismos previstos para poner fin a cualquier hostilidad o confrontación en la península.


C.C: ¿Qué inversiones de Corea en Colombia están o estarían en veremos?


JAC: Uno de los aspectos más interesantes de este TLC es que estimulará importantes flujos de inversión coreana hacia Colombia. Cabe resaltar que Corea es neto exportador de capitales en el mundo con más de 156.000 millones de dólares en inversión externa, según datos de 2012, es el segundo mayor inversionista de la región Asia Pacífico, ya que sus grandes conglomerados como SK, LG y Samsung buscan expandirse más allá de su pequeño territorio.

La implementación y el uso efectivo de este instrumento internacional será un reto más para la administración de la Presidente, Park, y, por supuesto, también para el Gobierno de Colombia y, en especial, para la diplomacia nacional en este país. En nuestro caso, el desafío central radica en promover el establecimiento de inversiones coreanas que agreguen valor, permitan la transferencia de tecnología, generen empleos y, de este modo, contribuyan a la prosperidad de los colombianos. En el caso del Gobierno de la Presidente, Park, consistirá en hacer realidad las enormes oportunidades que le brinda Colombia, no solamente como un destino para las exportaciones de Corea y un proveedor internacional de calidad, sino también del triángulo virtuoso que genera el enroque de los TLC Colombia-Corea, Colombia- Estados Unidos y Corea- Estados Unidos. Similar oportunidad le ofrece el hecho de que Colombia cuente, vía acuerdos binacionales y subregionales, con condiciones privilegiadas de acceso a los mercados de toda América Latina.

En efecto, Colombia está en el radar de estas grandes empresas, precisamente en sectores en donde nuestro país tiene grandes rezagos y necesidades cómo infraestructura, vivienda, minería, energía, petroquímica y construcción de grandes plantas industriales. Corea es muy competitiva en tecnología para producción de energías alternativas, reciclaje de basuras y plantas de tratamiento de aguas. Pero estas oportunidades hay que canalizarlas con eficientes socios locales y facilitando los procesos de licitaciones y contrataciones. En este sentido la nueva ley de asociación público-privada se convierte en un gran instrumento. Finalmente y muy importante, una nueva característica de la inversión coreana en los últimos años es la migración multisectorial de pymes. En los últimos tres años, 6.528 de estas empresas han invertido en el exterior y en este contexto, las oportunidades crecen.

Como comentario final en este punto, recientemente tuvimos conocimiento que el Gobierno de Corea del Sur, por intermedio de su Agencia de Cooperación Internacional, KOICA, se encargaría de los estudios para construir el hospital de la Universidad Nacional de Colombia. Sabemos que la segunda etapa del proyecto depende de que el Congreso de la República apruebe la estampilla Universidad Nacional. Esta noticia la recibimos con gran entusiasmo porque las proyecciones indican que la segunda fase, a la cual Corea del Sur le está haciendo el estudio de factibilidad, permitiría ampliar la oferta de 500 a 600 camas hospitalarias para atender servicios oncológicos, de trasplantes y de traumas mayores.

La última información, unida al potencial de la inversión coreana contribuye a la prosperidad para todos.


C.C: ¿Cuánto le representa el mercado de Corea del Sur a Colombia en esta sociedad. De cuantos clientes estamos hablando?


JAC: Aunque la relación comercial entre los dos países ha crecido mucho en los últimos años, el nivel de comercio global es relativamente bajo, aún y no obstante, hay que notar que la primera característica específica de este relacionamiento comercial tiene que ver con la evidente complementariedad de las estructuras económicas de los dos países.

En efecto, dado que la mayor oportunidad para las exportaciones colombianas en este TLC se encuentra en los bienes de origen agrícola, considero pertinente subrayar las siguientes razones estructurales: El tamaño de la población de Corea es superior al de Colombia, 50 versus 47 millones y su ingreso es significativamente mayor, es decir, Colombia registra un ingreso de 10.429 dólares mientras que Corea reporta 31.714 dólares. En segundo plano hay que decir que el 30 por ciento de las importaciones de Corea son alimentos, lo cual ofrece una gran oportunidad para el sector agrícola exportador. Podrían crecer el comercio de Café, flores, azúcar, frutas, alimentos sanos y proteínicos como los cárnicos y los lácteos.

En general el sector agropecuario y agroindustrial de Colombia de Colombia viene creciendo.

Por el lado de la demanda de Colombia, la complementariedad económica se sustenta en qué, por ejemplo, en 2011, el 99.5 por ciento de las importaciones a Colombia procedentes de Corea fueron productos industriales tales como industria automotriz, maquinaria y equipo así como química básica principalmente. En general en este punto es dable afirmar que mientras Colombia podrá exportar a Corea, a mayor escala que la actual, bienes de origen agroindustrial de alto valor, también un buen número de sus consumidores se podrá beneficiar de bienes y servicios de gran tecnología a menor precio.


C.C: ¿Cuál es el ambiente que se vive en Corea del Sur y cómo pasan estos días los sectores productivos y la gente del común?


JAC: Son innegables los hechos que han incrementado el clima de tensión en la relación intercoreana. No obstante, la vida cotidiana avanza con normalidad y me atrevería a afirmar que con tranquilidad. En cuanto a la actividad económica, la situación es de normalidad, pues la dinámica de esta pujante economía así lo impone.

Ello no significa, sin embargo, que se deba ignorar el contexto y desechar cualquier probabilidad de conflicto armado. El Gobierno de Colombia y esta embajada en particular está monitoreando constantemente la situación.


C.C: ¿Debe estar el mundo preocupado, esto agudiza aún más las crisis, en fin que lectura le da usted a la coyuntura de la península Coreana?


JAC: Es difícil opinar si el mundo debe preocuparse o no porque los hechos son fácticos. Sin embargo, también es contundente señalar que la comunidad internacional no ha abandonado a Corea del Sur pues no tengo conocimiento que ninguna misión diplomática se haya retirado de Seúl. Inclusive, según dicen los medios de comunicación, ni siquiera las embajadas en Pyongyang han decidido, hasta ahora evacuar ese país a pesar de las declaraciones de ese Gobierno.

Repito, sin embargo, que es necesario estar atentos, monitoreando la situación, prever los posibles escenarios, pero creo que no es prudente lanzar alarmas innecesarias. Nuevamente, Colombia hace un llamado a la cordura, a respetar las relaciones de Naciones Unidas y a hacer uso de todos los mecanismos previstos para poner fin a cualquier hostilidad o confrontación en la península. Confiamos en que las gestiones de mediación permitan una resolución pacífica de esta crisis.