Andreas Lubitz ensayó el descenso del avión de Germanwings

El copiloto alemán llevó a cabo “un descenso controlado que duró varios minutos y para el cual no había justificación aeronáutica” en un vuelo anterior. La BEA no sabe si fue un primer intento de suicidio o un ensayo

Mes y medio después de que el copiloto alemán Andreas Lubitz estrellara intencionadamente un avión de Germanwings contra los Alpes, las investigaciones comienzan a dar sus frutos.


Según la Oficina de Investigación y Análisis, BEA, Lubitz practicó el descenso en un vuelo anterior durante el cual estudió los datos obtenidos y comprobó si era posible que el aparato impactara o no contra el punto deseado. Esta información se desprende del análisis de la segunda caja negra y de los vuelos anteriores tal y como publica este miércoles Bild y que este miércoles a mediodía ha sido confirmado por Rémy Jouty, director de la BEA.

El informe de dicho análisis apunta a que Andreas Lubitz llevó a cabo “undescenso controlado que duró varios minutos y para el cual no había justificación aeronáutica” en el vuelo de ida, que cubría la ruta Düsseldorf-Barcelona. Una vez comprobado que su plan tenía visos de funcionar, el copiloto alemán hizo descender el avión en el siguiente vuelo con 150 personas a bordo estrellándose contra los Alpes franceses.

Un primer intento o un ensayo


Una hora y veinte minutos después de haber despegado de la ciudad alemana a las 06: 00 horas, Andreas Lubitz se quedó solo en la cabina, momento en que el control aéreo francés le ordenó que redujera la altura, de 37.000 pies a 21.000, una maniobra normal. Pero en el transcurso de la misma, el copiloto dirigió hasta en cinco ocasiones en menos de cuatro minutos el piloto automático del avión hacia el suelo, una operación que no fue percibida ni por los pasajeros ni por los otros miembros de la tripulación ni por el control aéreo francés, según ha confirmado Rémi Jouty.


“Podemos concluir que estaba ensayando el gesto que repitió en el vuelo fatal por motivos que ignoramos”, indicó el director de la BEA, que se ha mostrado incapaz de discernir si Lubitz hizo ya un primer intento, abortado, de suicidio o si simplemente probó la maniobra.


El informe preliminar de la BEA que ha explicado este miércoles a los medios confirma los elementos conocidos hasta ahora, como que durante la maniobra suicida aceleró el avión para que se estrellara lo antes posible y que Andreas Lubitz hizo caso omiso a los avisos de control aéreo y a los llamamientos desde el exterior de la cabina para que abriera la puerta.


De baja médica el día del accidente


En el momento del accidente, que ocurrió el pasado 24 de marzo, Andreas Lubitz estaba de baja médica y ocultó el certificado de baja por enfermedad a la compañía aérea Lufthansa, así como otros documentos que demostraban que estaba en tratamiento psiquiátrico. De hecho, Lubitz recibió tratamiento psicoterapéutico antes de conseguir su licencia como piloto al presentartendencias suicidas tal y como confirmó la fiscalía de Düsseldorf.


Un día después del accidente, el fiscal de Marsella confimó que el copiloto se abstuvo voluntariamente de abrir la cabina, accionó el botón que ordenó la pérdida de altitud de la aeronave y cerró por dentro la puerta de la cabina, impidiendo así la entrada del piloto, que se encontraba en el cuarto de baño y que intentó entrar en ella golpeando la puera con un hacha.


Episodios depresivos

Con 20 años, Andreas Lubitz comenzó su formación como piloto comercial en 2007 en la escuela que la compañía aérea de Lufthansa tiene en la localidad de Bremen. Poco después, la suspendió debido a un “grave episodio depresivo” del que fue tratado durante un año y medio, algo que quedó relegado a un segundo plano debido a sus buenas calificaciones que le llevaron en septiembre de 2013 a ser contratado como copiloto.


En este sentido, en el acta del copiloto del departamento de tráfico aéreo alemán aparecen sus problemas psiquiátricos bajo el código “SIC”, que se refiere a la necesidad de que el afectado se someta a “revisiones médicas periódicas”. Sin embargo, acumuló 630 horas de vuelo y su actitud ha sido “impecable”tal y como aseguró el pasado jueves el CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, que insistió en que seleccionan de “forma estricta” a sus trabajadores.


EEUU le negó el certificado médico


Las autoridades de aviación de Estados Unidos denegaron temporalmente en 2010 el certificado médico a Andreas Lubotz según informó hace unos días The Wall Street Journal.


El organismo regulador aéreo rechazó inicialmente la solicitud de Lubitz en una carta fechada el 8 de julio de 2010, en la que alegaba su “historial de depresión reactiva”, según la misiva difundida por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA). Al denegar en primera instancia el certificado, la FAA pidió al copiloto alemán que enviara al organismo un informe de su médico actualizado, y veinte días más tarde se aprobó la solicitud, según consta en otra carta fechada el 28 de julio de 2010.

“Por su historial de depresión reactiva tiene prohibido operar un avión si aparecen nuevos síntomas o cambios adversos o si necesita medicación o tratamiento”, indica la segunda carta de la FAA en la que le comunican que su solicitud ha sido aprobada.


Según otros documentos del regular aéreo, en febrero de 2010 un médico alemán dio el visto bueno para que Lubitz pudiera volar tras “completar de manera satisfactoria” un tratamiento entre enero y octubre de 2009. Durante esos diez meses el copiloto recibió tratamiento psicoterapéutico que incluía la toma de dos medicamentos para combatir la depresión, el cipralex y la mirtazapina.