¿Andrógino, “casual” o divertido?

La moda de hombre cierra una de sus ediciones de pasarela más ambiciosa, el hombre de Londres, Milán y París no tiene ya nada que envidiar a las veteranas de mujer.

El hombre fue durante mucho tiempo el hermano pobre de la moda, hoy experimenta un crecimiento de ventas mayor que su veterana hermana, y la pasarelas de Londres, Milán y París, forman un collage de tendencias que cubre las necesidades de los distintos tipos de hombre: andrógino, “casual” o divertido.

París encumbra al hombre andrógino


Para muestra, el botón de la casa Loewe, la más antigua y más importante firma de lujo español, abre nueva etapa con la primera colección de Jonathan Anderson. Con un catálogo personificado en modelos hombre-mujeres y piezas unisex con identidad mediterránea. Camisas asimétricas, túnicas, punto geométrico y modernas biker, que emulan al lujo relajado de los habitantes de Ibiza y Mallorca, vertebran la primera colección del diseñador irlandés, cuyo objetivo es llegar “a la esencia” de Loewe, pero con “un toque más desenfadado”.

Este elemento de androginia, en sintonía con el lujo tradicional artesano, también sirve para desentrañar el discurso de hombre tejido por el irreverente Hedi Slimane para YSL. Su peculiar estrella de rock con pelo largo y de resaca, se viste con ponchos a rayas, pantalones pitillo, foulards y ajustadas chaquetas, en clave vintage.

En una dirección similar pero en época distinta, la firma Carven se entrega al minimalismo y pinta sobre fondo gris perla y blanco roto, gruesas líneas de azul marino y verde hiedra, en camisas, bombers y chaquetas de traje, todo llevado al terreno de lo chic.

Como ya hizo Prada en Milán, la firma francesa no desaprovechó la ocasión y brindó un pequeño bocado de su futura propuesta de mujer, demostrando que el armario de ambos sexos está más cerca que nunca.

Londres pinta con humor la pasarela


El renacer juvenil de Burberry Porsum ha vuelto para conquistar a los escépticos de la firma clásica. Inspirado en el bon vivant, explorador y escritor Bruce Chatwin, la casa inglesa ha reversionado el look de explorador del siglo veinte con tonos tan alejados del tradicional caqui como el violeta, el vibrante rojo carmín, amarillo yema o verde turquesa.

Los bolsillos amplios en el clásico trench de la firma y los sombreros de ala ancha dan el toque divertido a una propuesta que pretende vestir a un hombre urbano, apasionado del estilo clásico, pero que no vive de espaldas a las tendencias.

Más psicodélica, la propuesta de Moschino, cedió el protagonismo a los estampados de emoticonos, banderas, el símbolo del dólar y los tonos chillones. La propuesta de la firma combina con atrevimiento ropa deportiva, con trajes de noche y ropa vaquera, hilada en clave desenfadada.

En un ejercicio de sobriedad, Alexander Mcqueen se aleja de la tónica de humor de sus compañeros de pasarela para reflexionar sobre las posibilidades del color. Carmín, petróleo y cyan aparecen y desaparecen de tejidos grises y blancos como si fueran un brochazos de color, en trajes con mimados y primorosos detalles sastre.

Milán, vuelta de tuerca casual


Miuccia Prada es conocida por adivinar, con varias temporadas de antelación, las tendencias que tomarán más protagonismo en el armario. Si esto es verdad, en los próximos años el tejido denim y la silueta “vintage” conquistará el armario de hombre. Solapas de gran formato, combinado con punto de cariz geométrico y pespuntes a la vista es la propuesta de la italiana para la próxima primavera/verano.

El azul toma el mando en sus distintos tonos vaquero, del lavado al crudo, transformando la chaqueta de traje en una versión vaquera con bolsillos cuadrados que rebaja su clasicismo, en sintonía con estampados geométricos de las prendas de punto y alguna pincelada de marrón tierra y verde musgo de las piezas de cuero.

Dolce y Gabanna también se inclina por rebajar el código clásico con una nueva mirada sobre el folclore español, que traslada los bordados de la chaqueta torera y las imágenes de vírgenes a sudaderas, camisas y pantalones. Una peculiar reflexión que completó con una amplia propuesta de trajes sastre, en relucientes tejidos satén.

Por su parte, Ermenegildo Zegna da una vuelta al código casual para llevarlo al territorio en el que mejor se desenvuelve, el de la sastrería. Azul noche, salpicado de magenta y algún blanco, y estampados de raya diplomática dan vida a piezas cómodas, destinadas a un hombre urbano, que sigue la moda pero no las tendencias.

Tomado de EFE/Estilo