En el primer partido de la Copa, Chile respondió a presión de localía y venció 2-0 a Ecuador.
En su estreno de Copa, la Selección chilena logró sacar adelante un partido que bien pudo terminar empatado gracias a un férreo planteamiento del técnico argentino Gustavo Quinteros.
Es normal que un anfitrión como Chile sea el equipo con más presión por dos razones: es un país de inmensa tradición futbolística que ya fue sede de un Mundial; y por el excelente fútbol mostrado en la reciente Copa del Mundo.
Después de una majestuosa ceremonia en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, saltaron Chile y Ecuador a la cancha frente a 46.000 espectadores.
Chile arrancó tratando de imponer condiciones, sin embargo, esa autoridad fue borrada poco a poco por Gabriel Achilier, Frickson Erazo y Walter Ayoví. La defensa ecuatoriana no concedía espacio alguno que le permitiera al local abrir el marcador. Incluso, Ecuador se arrimó en minuto 16 al arco de Claudio Bravo, con una jugada de Jefferson Montero por la banda izquierda, acto seguido Fídel Martínez exigió al portero chileno con un remate desde fuera del área.
Ya en el segundo tiempo, el técnico chileno sacó a Jean Beausejour y mandó al campo a Eduardo Vargas, máximo goleador de la ‘era Sampaoli’. El fútbol empezaba a fluir y Eugenio Mena se acercaba más al arco de Alexander Domínguez. En el minuto 64, Eduardo Vargas hizo estremecer la tribuna con lo que pudo ser el primer gol del partido.
Tres minutos después llegó la pena máxima que daba tranquilidad a Sampaoli, Miler Bolaños desequilibró a Arturo Vidal en el área. El mismo Vidal cobró e hizo estallar el Estadio Nacional. Faltando nueve minutos para el final, el mismo estadio se quedó mudo al ver como Enner Valencia estrellaba un cabezazo en el travesaño, en lo que pudo ser el empate.
El segundo gol llegó sobre el final, Eduardo Vargas aseguró un 2-0 valiosísimo para el anfitrión en un compartido complicado.