Año nuevo, James nuevo… dos goles y ovación del Bernabéu

El Real Madrid liquida la eliminatoria contra el Sevilla y recupera la mejor versión de James, que brilló en una noche que recordó a las de su primer año de blanco. Zidane le brindó el cariño que le había negado en el último año y el 10 de Colombia rindió como nos tiene acostumbrados.

“Aquí estoy yo”, gritó James en el Bernabéu. El 10 de Colombia volvió por la puerta grande en una noche brillante que invita a soñar con un 2017 muy diferente a lo vivido en el último año y medio. Sus dos goles fueron el regalo de reyes anticipado para el público madridista.

Media hora le bastó al Real Madrid para liquidar el partido y la eliminatoria. La zurda de James se reivindicó con una primera parte soñada. La que llevaba esperando el colombiano y el madridismo entero desde hace tiempo. Como si lo hubiera elegido el destino, en el minuto 10, el mismo número que porta en su camiseta de blanco y en la tricolor, apareció su guante izquierdo para dibujar una comba que solo está al alcance los iluminados.

Surgió un James fino en su juego y enchufado en la presión. El que ha demandado Zidane desde hace un año. El que quizá por la falta de oportunidades o confianza no se había visto en tiempo en el Bernabéu. una confianza que llegó con el cariño que ahora sí le demuestra el técnico. Y cuando hay cariño la relación fluye.

Este afecto también viene de parte de sus compañeros, que le cedieron el honor de lanzar el penalti que liquidaba la eliminatoria en el minuto 35. Mercado cometió una infracción demasiado inocente sobre Modric y James no perdió la oportunidad desde los once metros para seguir con su día reivindicativo. Antes, Varane había arreglado la fiesta con un gol de cabeza que ya ha dejado de ser noticia.

Del Sevilla hubo pocas noticias. Escasas intimidaciones al arco de Kiko Casilla y demasiadas concesiones en área propia. Así, difícil salir bien parado del Bernabéu. Samapoli sacó la versión B de un equipo que hasta ahora ha deslumbrado en España pero que en la noche madrileña fue copia barata de lo que nos ha acostumbrado. Nasri, Ganso y sobre todo una defensa demasiado mediocre suspendieron en la cita de Copa.

Con ese panorama, la segunda parte fue un trámite. El Real Madrid se gustó con un Sevilla que ya había claudicado. El interés solo estaba en ver cuán grande sería el saco de goles que se llevarían los andaluces de la casa blanca. Y salieron bien parados, los de Zidane no quisieron hacer herida.

Con el deber cumplido, Zidane comenzó a dar descanso a los guerreros. Aprovechó para sacar a James en el 80 y que se llevara el respectivo aplauso del Bernabéu. Era noche de homenaje, el merecido tributo para un jugador que llevaba soñando con esta noche desde hace tiempo. Contra el Sevilla puso la primera piedra de la reconstrucción. Por este camino, en un mes estaremos hablando de un paisaje bien diferente. James recuperó la luz que había perdido.