La candidata a la presidencia del Polo Democrática Alternativo consolidó su aspiración a la Casa de Nariño al empatar, según la última encuesta de la firma Datexco, publicada por la W Radio, con el presidente Juan Manuel Santos, cuya favorabilidad desde hace un par de meses viene en picada. Confidencial Colombia habló con Clara López para que contara las reacciones de este salto de favorabilidad junto a varios temas que vienen en pleno desarrollo con miras a las elecciones del año 2014.
Confidencial Colombia: Luego de la encuesta de Datexco ¿Cuáles son sus impresiones de la gran aceptación su candidatura presidencial?
Clara López: En primer lugar, una demostración de que algo está cambiando en Colombia. La gente, a pesar de la impresionante presencia del señor Presidente de la República en los medios de comunicación y de lo apabullante que resulta la propaganda oficial, no está creyendo en que esas políticas son las que van a sacar al país del atolladero. Eso se refleja en que las opciones alternativas, como la que yo represento, pueden ser una opción real y viable para hacerle frente a la crisis tan profunda que está viviendo el país.
C.C.: ¿A qué atribuye la caída de aceptación de la gestión del presidente Santos?
C.L.: Hay muchos factores, pero el principal de ellos es que estamos atravesando una crisis de credibilidad. La gente ya no come cuento. Le han dicho que el libre comercio y los TLC iban a traer unos ríos de leche y miel y lo que han dejado es empobrecimiento y desempleo. También afirmaron que la solución para las pensiones y la salud estaban en la Ley 100; hoy en día la gente tiene cobertura en salud pero no tiene servicio y las pensiones están en veremos. Lo que aquí hay es una protocolización de la crisis de un modelo de desarrollo, en donde lo quieren seguir reparchando a punta de declaraciones y lo que exige las circunstancias es un cambio de rumbo.
C.C.: ¿Se le ‘embolató’ la reelección al presidente Santos?
C.L.: Voy hacer todo lo posible para que así sea. El país necesita una política distinta. Nosotros vamos a plantear en la campaña la necesidad urgente de renegociar los TLC, de dejar atrás ese fundamentalismo de mercado que ha caracterizado a todas las administraciones. No solamente la de Juan Manuel Santos, antes la de Álvaro Uribe, yendo atrás a la de César Gaviria. El mercado no puede por sí solo regular las relaciones sociales, se necesita una intervención seria del Estado a través de políticas públicas que no se han diseñado. Necesitamos una política pública para reindustrializar el país, porque sí ha habido desindustrialización en los últimos 20 años en función del libre comercio.
C.C.: Cuando se habla de una regulación por parte del Estado al mercado ¿Se podría decir que apunta a un modelo parecido al venezolano o al ecuatoriano?
C.L.: No, claro que no. Un modelo colombiano a la colombiana. Un ejemplo es el sector agrario, les destruyeron toda la institucionalidad de apoyo a la economía campesina, incluso al agro comercial. Esas instituciones necesitaban una reingeniería y una reforma, como estaban no funcionaban bien, pero lo que hicieron fue eliminarlas. Le hago la lista: acabaron con el Idema, entidad necesaria para poder tener un manejo de los picos de las cosechas; con el Instituto Nacional de Aguas, que no es propiamente agraria pero clave para esta labor, manejaba todos los acueductos rurales a través de comunidades que se organizaban para tener su acueducto y una promotora rural que iba, visitando vereda por vereda, verificando que sí tuvieran el cloro, vacunando los niños y cobrando las cuotas para pagar la inversión; con el Ica, el cual era un instrumento de investigación agropecuario propio, y a partir este había extensión en el territorio de asistencia técnica a los campesinos grandes, medianos y pequeños, pero se volvió una pequeña empresa reguladora del monopolio de las semillas importadas. También acabaron con la política de adecuación de tierras, y ni hablar del Incora. Lo que quiero decir es que acabaron con toda la institucionalidad agraria y la reemplazaron con el mercado. Por eso estamos viendo esta catástrofe en el campo, dejaron a los campesinos a la buena de Dios, además en un país donde ni siquiera la Fuerza Pública tenía control sobre el territorio. Tenemos que ir por el sendero de una ocupación democrática, esto quiere decir que el Estado debe estar presente en todos los aspectos, no solamente en el aspecto militar.
C.C.: La encuesta demuestra, podría decirse, que una consolidación de una tercería podría llegar muy fuerte a las elecciones del próximo año ¿El Polo estaría dispuesto a llegar a algún acuerdo con los movimientos que la promueven?
C.L.: Nosotros tenemos una convocatoria abierta desde nuestro Congreso, esa es la política oficial del Polo, de propiciar y generar una convergencia democrática. Eso tiene de base que haya un acuerdo programático, de hecho ya habíamos hablado con Antonio Navarro pero llegamos a una disyuntiva ya que él -Navarro- escogió buscar acuerdos con Enrique Peñalosa y no con mi candidatura. En ese contexto, es bastante complejo porque no creemos que sea conveniente confundir al elector por puras razones de mecánica electoral. El programa alternativo es uno y el de personas como el doctor Enrique Peñalosa, a quien respeto mucho, es diametralmente opuesto. Hay que recordar que durante su Alcaldía privatizó la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá, él es una persona que tiene una política muy afín al libre comercio, cercana a todo lo que hemos criticado y desde luego, en el último debate electoral, buscó el apoyo del doctor Álvaro Uribe Vélez, uno de nuestros contradictores, a quien nosotros le hicimos una oposición muy fuerte durante los ocho años de su Gobierno. Por todo esto Navarro nos la puso cuesta arriba, por decirlo menos, porque es muy difícil hacer un acuerdo político entre el aceite y el vinagre.
C.C.: ¿Cómo van a afrontar este nuevo compromiso del Congreso que se viene en marzo?
C.L.: El Polo se viene preparando a través de un proceso de reorganización interna que ya cumple varios meses. A partir de nuestro tercer congreso, que se celebró en noviembre del año pasado, hemos reestructurado todos los comités directivos en todos los departamentos y estamos bajando a nivel municipal. Vamos a tener listas a la Cámara en todo el país y vamos a tener una lista muy fuerte al Senado encabezada por Jorge Enrique Robledo, confirmada por una bancada que admiramos en toda su amplitud. Es un equipo, ahí están figuras como Alexander López, Mauricio Ospina, Wilson Arias, Alba Luz Pinilla, Iván Cepeda; seis parlamentarios que creo que han hecho más que el resto del Congreso junto en lo que tiene que ver con control político.
C.C.: La conformación del próximo Congreso aparenta que va a tener varias fuerzas muy parejas, dentro de ese posible contexto ¿Cómo cree que se desarrollará esa nueva legislatura?
C.L.: Va ser una etapa muy interesante. Vamos a tener un Congreso que por primera vez en muchísimos años no va ser del Ejecutivo, va a tener distintas vertientes y todas muy interesadas en dar el debate político.
C.C.: ¿Cuál es su opinión de la lista que acaba de oficializar el Centro Democrático?
C.L.: Me parece muy importante que el Centro Democrático haya tomado a tiempo sus decisiones para poder recolectar las firmas e inscribirse como movimiento político formal. La calificación de esa lista la hará el pueblo colombiano en las elecciones.
C.C.: En el tema del Paro Agrario ¿Cree que las medidas adoptadas por el Gobierno -Pacto Agrario- han sido suficientes?
C.L.: El Pacto Agrario es un pacto cojo porque es hecho a espaldas de la verdadera dirigencia campesina que hizo las movilizaciones. El Gobierno quiso aguar los resultados del Paro metiendo la intermediación de los gremios y excluyendo unos temas fundamentales de la agenda que se tiene que discutir en una mesa agraria. No contemplan tocar la política de los TLC y es poco lo que hacen para controlar los precios fruto de la posición dominante en el mercado de los proveedores de los insumos agrícolas. Creo que es un pacto que está a espaldas, como tantas otras políticas, de las verdaderas necesidades expresas de ese gran conglomerado humano, que por primera vez no fueron los proletarios y los desvalidos los que salieron solos a marchar, fueron apoyados por un contingente muy importante de propietarios nacionales de todos los tamaños que están mostrando que sí puede hacerse una convergencia democrática por la base como la venimos pregonando desde el Polo Democrático Alternativo, para generar una nueva mayoría.
C.C.: ¿Cómo ha sido la participación del Polo en este paro?
C.L.: Desde años viene pregonando la necesidad de una política agraria de carácter integral y la falta de respuesta gubernamental fue la que llegó a pico con los paros que se fueron dando por la absoluta incapacidad del Gobierno de dar respuesta. Nosotros apoyamos las movilizaciones, hacemos política mediante este mecanismo, así está en nuestro ideario de unidad y en el estatuto partidario. Tenemos un mandato de articulación del partido con la movilización social y así continuaremos, durante y después de las elecciones. Pensamos que esa es una democracia de nueva corte, imbuida de la problemática de los distintos sectores sociales y a partir de sus demandas es que estamos confeccionado nuestro programa para la próxima campaña electoral.
C.C.: ¿Cómo cayeron las declaraciones del presidente Juan Manuel Santos respecto a Jorge Enrique Robledo, y varios miembros del Polo, en las que afirmaba que él solo estaba agitando las movilizaciones con un fin político?
C.L.: La gente ya está cayendo en la cuenta que el único que puede hacer política en el país no es el Presidente de la República. Esa sola afirmación es él haciendo política, es estigmatizando a la oposición que ha puesto los dedos en la llaga. Nos molestamos muchísimo, no por el señalamiento que estuviéramos con la movilización social, lo que nos enorgullece, sino por la asociación que quiso hacer con la violencia de nuestro partido. Somos un partido civilista que rechaza la violencia como una herramienta para hacer política y nos pareció, no solamente injusto, sino irresponsable ser señalados en esa dirección, por eso le mandamos una comunicación a Naciones Unidas y a la OEA poniendo presente la falta de garantías para el ejercicio de la oposición en Colombia por ese tipo de señalamientos que siempre han terminado con actos de atentados contra la vida de los dirigentes.
C.C.: Hablando un poco de La Habana, en la reunión que tuvo con el presidente Santos ¿Qué fue lo más importantes que percibió en este proceso?
C.L.: Recibimos alguna información, creo que totalmente insuficiente, que no nos permitió votar en favor del proyecto de ley por el referendo que coincidía con las elecciones. En primer lugar presupone un acuerdo que no se ha dado y creemos que si se van a refrendar los acuerdos pues tienen que ser acordados. Vemos que hay mucha falta de información y estamos pendientes de la famosa cita que iba a ver en La Habana para reunirnos los presidentes de los partidos con los representantes de la insurgencia como con los del Gobierno. Esa reunión es de vital importancia para poderle tomarle el pulso al proceso. Este tipo de preguntas requieren consideraciones de fondo, pero no lo puedo hacer porque no tengo los elementos de juicio. El Gobierno reiteradamente se ha negado a entregarlos, incluso a título reservado, porque nosotros respetaríamos la reserva de vida como sería lógico. Pero en el secretismo en que se ha rodeado La Habana, sentimos que están pidiendo el respaldo para algo sobre lo cual uno no tiene suficiente conocimiento.
C.C.: ¿El Polo Democrático seguirá apoyando el trabajo que se viene desarrollando en La Habana?
C.L.: Apoyamos el proceso de paz en La Habana. Consideramos que no hay nada más estratégico para Colombia que un acuerdo para dar por terminado el conflicto armado, en eso no tenemos ningún reclamo. Pero pensamos que para que pueda llegar a feliz término, o para que nosotros podamos tener la confianza de que va a llegar a feliz término, es fundamental que el Gobierno entregue información y permita una interlocución de carácter democrático, especialmente cuando se están tratando temas de incumbencia de toda la Nación y particularmente de la participación política.
C.C.: Para finalizar, ¿Cuáles serías las principales grandes decisiones que ejecutaría Clara López como presidenta de Colombia?
C.L.: En primer lugar, de las primeras decisiones tienen que ser la conformación de un equipo que refleje la nación colombiana y gobierne para toda la nación, en dónde deben estar incluidos indígenas, afrocolombianos y sobre todo las mujeres. Otro punto fundamental sería la solicitud de la renegociación de los TLC, así como el tratamiento de la eliminación de la pobreza poniendo énfasis en la desigualdad. No solamente tenemos que eliminar la pobreza, sino transitar hacia la igualdad necesaria en muchísimos campos: Acceso a la educación, al trabajo y a la salud. Un gran viraje. La salud y la educación como derechos, no como mercancías.