Una nueva era en los selfies podría dar comienzo gracias a una tecnología desarrollada por científicos de computación de la Universidad de Nottingham y la Universidad de Kingston. La reconstrucción facial 3D ya es posible a partir de una sola imagen: el selfie 3D.
A través de una aplicación web, cualquier persona podrá cargar una sola imagen en color y recibir, en pocos segundos, un modelo 3D de la misma. Más de 400.000 usuarios ya han hecho la prueba.
La técnica, si bien está lejos de ser perfecta, constituye un avance que los científicos informáticos llevaban años buscando. ¿En qué consiste? La nueva tecnología está basada en una red neuronal convolucional, es decir, un área de la Inteligencia Artificial que utiliza el aprendizaje de la máquina para dotar a los ordenadores de la capacidad de aprender sin ser programadas explícitamente para ello.
El equipo de investigación, supervisado por el Dr. Yorgos Tzimiropoulos, desarrolló esta red neuronal convolucional en base a un enorme conjunto de datos de imágenes 2D y modelos faciales en 3D. Con toda esta información su red neuronal fue capaz de reconstruir la geometría facial 3D a partir de una sola imagen 2D. Además, pudo reconstruir las partes no visibles de la cara haciendo una serie de conjeturas.
“La principal novedad está en la simplicidad de nuestro enfoque, a diferencia de otras técnicas”, reconoce el director de la investigación, el Dr. Tzimiropoulos.
Los sistemas con los que se contaba hasta el momento requerían múltiples imágenes faciales y enfrentan varios desafíos, tales como la correspondencia exacta de poses faciales, expresiones y una iluminación no uniforme.
“Nuestro red neuronal utiliza sólo una imagen facial 2D, y trabaja con poses faciales arbitrarias (por ejemplo, imágenes frontales o de perfil) y expresiones faciales (por ejemplo, sonriendo)”, explica Aaron Jackson, otro de los investigadores.
La nueva técnica es una muestra de los avances en aprendizaje profundo, una forma de aprendizaje mecánico que utiliza redes neuronales artificiales (IA) para imitar la forma en que el cerebro hace conexiones entre piezas de información.
Además de las aplicaciones más evidentes, como el reconocimiento de la cara y las emociones, esta tecnología podría ser utilizada para personalizar juegos, mejorar la realidad virtual, y permitir a los consumidores probar accesorios en línea, como gafas de sol.
Incluso, la nueva técnica de reconstrucción facial 3D podría tener aplicaciones médicas; por ejemplo, la simulación de los resultados de la cirugía plástica, o bien podría ayudar a entender ciertas condiciones médicas como el autismo o la depresión.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook y Twitter