Las personas con autismo necesitan apoyo en tres aspectos particulares: El primero, en su proceso de aprendizaje; el segundo, en poder comprender las convenciones sociales; y el tercero, en aprender a comunicarse de una manera efectiva. Son pocos los colegios privados en Bogotá que decidieron incorporar un nuevo método de enseñanza involucrando estos aspectos, pero es alarmante ver cómo solo un colegio público cuenta con este método de inclusión de niños con autismo dentro del aula escolar.
El Agustín Nieto Caballero es uno de los colegios privados pioneros en la inclusión de las personas con autismo. Ante la inquietud de un padre de familia que hace diez años buscaba un cupo para su hijo con autismo, el centro educativo decidió desarrollar un nuevo método de aprendizaje, que se convertiría en la primera experiencia en estos casos.
Actualmente, el colegio incorporó a tres niños con autismo y propone para la primaria un modelo de escuela abierta y activa basada en proyectos. Esta metodología facilita la inclusión, porque los niños y las niñas encuentran dentro del proyecto su rol adecuado, ya sea escribir, dibujar, colorear, hacer maquetas, cantar o leer.
Harold Padhe, rector del colegio, afirma: “cada niño es distinto del otro, recordemos que cualquier niño tiene el derecho de disfrutar un espacio académico; lo que queremos es tener estudiantes con estilos cognitivos distintos. Es complicado cuando nos llegan muchas solicitudes de ingreso al colegio, ya que si los recibimos a todos deja de ser inclusión y se afectaría el método de aprendizaje”.
Es importante resaltar que el apoyo académico se debe hacer de acuerdo con las necesidades particulares que tiene el estudiante. Es decir, para cada niño con autismo hay un apoyo distinto; hay niños para los que el sistema de aprendizaje es visual, entonces se usan diferentes estrategias como videos o gráficas; también hay niños que son más auditivos y por lo tanto su aprendizaje se trabaja desde ese nivel sensorial.
La Ley General de Educación establece que “La educación para personas con limitaciones es parte integrante del servicio público educativo y, por lo tanto, los establecimientos deben organizar, directamente o mediante convenio, acciones pedagógicas y terapéuticas que posibiliten su inclusión educativa y social”, pese a ello el único colegio público que cuenta con el sistema de inclusión tanto para niños con autismo, como para niños con necesidades cognitivas especiales es el República Bolivariana de Venezuela.
Hace aproximadamente 20 años, un grupo de profesoras lideradas por la docente Margarita Posada, de la escuela primaria Samper Mendoza, se arriesgó a trabajar en un proyecto denominado aulas remediales, allí se encontraron con niños que tenían algún tipo de aprendizaje diferencial; por esa razón, las maestras se encargaban de hacer valoraciones y solicitaban diagnóstico de cada niño desde diferentes áreas de la salud; posteriormente, se dieron cuenta de que era posible incluir a esos niños en el aula regular.
La escuela primaria Samper Mendoza se fusionó con el colegio República Bolivariana de Venezuela, en donde hoy los niños con capacidades diversas en el aula, tienen la oportunidad de recibir una educación apropiada a un bajo costo.
Actualmente, es un orgullo para el colegio contar con cinco promociones que han incluido a jóvenes con necesidades especiales. “La presencia de la diversidad de estudiantes que tenemos aquí, hace que este proyecto sea posible, en el sentido que ellos se han convertido en un grupo de estudiantes muy solidarios; tenemos unos niveles de convivencia muy positivos y lo más importante es que tanto a nosotros los docentes, como los padres de familia y estudiantes nos ha hecho voltear la mirada y reconocer que la escuela es un escenario para la educación de la diversidad”, asegura Hugo Florido, rector del Colegio República Bolivariana de Venezuela.
Para el colegio es fundamental demostrar que aparte de estar incluyendo niños con autismo y déficit cognitivo leve, su proyecto educativo institucional se basa en la atención a la diversidad. Por esa razón Mauricio Molano, psicólogo y docente de apoyo del Colegio, enfatiza: “La preparación de los estudiantes se basa en sensibilizar, demostrándoles que a pesar de que los niños con autismo se comportan y se comunican de manera diferente, todos somos iguales en derechos; de esta manera se evita la exclusión y la posible burla que puede surgir”.
Los parámetros nacionales indican que por cada grado debe haber un niño con autismo, pero como el resto de los colegios públicos no acatan la norma, este colegio presenta exceso de estudiantes, entre 3 y 4 por aula, con estas características.
El psicólogo español Luis Simarro, experto en temas de inclusión social y calidad de vida, manifiesta: “la inclusión social de niños con autismo ha mejorado en el sentido de que hay mayor conocimiento de los profesionales y se está diagnosticando antes”. Simarro, quien estuvo recientemente en el país, anota “en mi visita a Colombia pude percibir que hay muchos colegios que le apuestan a este tema y espero que en los próximos años se vean más avances, pero también son muchos los colegios que están totalmente ajenos al tema de la inclusión, eso se debe cambiar”.