Arauca, la frontera abandonada

El departamento de Arauca es uno de los que más problemáticas sociales y económicas presenta. Su carácter de enclave fronterizo ha sido al mismo tiempo una ventaja estratégica y una maldición. Actores armados, recursos naturales y riqueza minero-energética son factores que hacen que la construcción de paz en esta región no sea una tarea fácil.

Los 296 kilómetros de frontera entre Colombia y Venezuela, marcados por el curso del río Arauca han sido uno de los principales atractivos del departamento del mismo nombre.

Los conflictos que atraviesan esta frontera son tan complejos como las relaciones que existen entre la población civil y los actores de esos conflictos.

Una de las primeras paradojas que se presentan en el departamento es que es uno de los principales productores de petróleo del país. El hallazgo del pozo Caño Limón puso en el mapa a Arauca como polo de desarrollo. Sin embargo, como lo han denunciado varios sectores sociales, la inversión estatal en el departamento es muy baja en relación con lo producido.

A lo anterior hay que sumar el hecho de que mucho de eso dinero de las regalías, así como la inversión estatal, como lo señala Ariel Ávila en su libro “La frontera caliente entre Colombia y Venezuela”, terminaron desviados por algunos de los actores armados que han hecho presencia en la región.

Además, en gran parte de las organizaciones sociales del departamento hay un creciente descontento por la, que ellos consideran, poca inversión social y responsabilidad de las multinacionales petroleras presentes en la región, como la OXY.

Una de las paradojas surge al constatar que gran parte de las extorsiones y secuestros extorsivos realizados por los grupos armados a funcionarios de estas multinacionales, termina generando un enriquecimiento de las arcas de estos grupos y perpetuando su presencia en la región.

La de las guerrillas es una presencia de tres décadas. Las FARC y el ELN han estado en el departamento en una relación conflictiva que ha llevado a un reciente acuerdo de confluencia de estrategias.

El ELN, más activo en la zona de piedemonte de la Cordillera Oriental y en la ronda del río Arauca y el primer grupo guerrillero en hacer presencia en la zona en 1973, ha contemporizado con algunas organizaciones que han tenido un fuerte discurso tendiente a la nacionalización de los hidrocarburos.

Por su parte las FARC, que llegaron a Arauca en 1980, han sido el objetivo principal de la fuerza pública, lo que las sitúa en una desventaja militar frente al ELN. El Frente 10 es el que hace presencia en la región.

El accionar de estos dos grupos generó enfrentamientos entre ambos. La presencia de grupos paramilitares hizo que las fuerza guerrilleras disminuyeran la intensidad de sus acciones a mediados de la década del 90 y primera mitad de los años 2000.

Sin embargo, la salida de la región de esas estructuras paramilitares, en 2005, generó que comenzara una fuerte disputa territorial por esa frontera entre ambas guerrillas. Esa guerra entre los dos grupos cesó y a mediados de 2010 se logró un acuerdo según el cual ambas guerrillas se repartían el territorio por medio de líneas imaginarias y unían esfuerzos para atacar a la fuerza pública.

En 2013, ese acuerdo se consolida y las fronteras invisibles son más laxas con lo cual la movilidad de guerrilleros de ambos grupos aumenta.

Sin embargo, las fronteras continúan existiendo y como lo dejan claro varios líderes sociales de Saravena y Tame, las elecciones de octubre de 2015 dejarán claro de qué forma ese configura ese reparto territorial y electoral.

Mientras que en Saravena el ELN ha contado con la posibilidad de apoyar a tal o cuál candidato sin la injerencia de las FARC, en Tame este último grupo ha adelantado una estrategia más agresiva.

De acuerdo a las denuncias recogidas por Confidencial Colombia, a pesar de una directriz del Secretariado de las FARC, según la cual esa campaña electoral y su influencia debe hacerse desde las bases y de manera concertada; el Frente Décimo comandado por Luis Alfonso Gómez Méndez, alias “Efrén Arboleda”, habría decidido llevar a cabo su propia estrategia.

Esta consistiría en imponer desde el poder político-militar de esta guerrilla al candidato de su elección.

Por esta razón algunos sectores de la sociedad civil en Tame han empezado a preparar una gran movilización social para sentar su posición sobre lo que algunos consideran un método “hitleriano” de imposición política.

Arauca también afronta otras problemáticas propias de una frontera tan grande. El contrabando y su flujo desde Venezuela hacia Colombia ha producido que el paso fronterizo del puente internacional José Antonio Paez se encuentre con mayores controles de lo habitual y que esta frontera sea cerrada varias veces al día.

Estos cierres no son problema para todo aquel que tenga una piragua o canoa a motor, con lo cual solo cruzar el río Arauca le permite el tránsito libre de sus productos. Además, como lo señaló el líder social Ólder Cáceres, hablar de contrabando es muy delicado ya que existen muchas personas que tienen sus negocios y sus familias desperdigadas a uno y otro lado de la frontera, “culturalmente no existen esos límites”.

Esta dinámica fronteriza también ha generado que la movilidad de poblaciones a lado y lado de la frontera genere problemas socio económicos. Como lo contó a Confidencial Colombia, José Vega, comerciante de Arauquita, tan solo a la ciudad de Arauca han llegado 12000 familias que se han asentado en cordones de miseria por las pocas oportunidades de empleo que ofrece esa ciudad.

Por otro lado, los colombianos que se han asentado en el lado venezolano de la frontera se han dedicado a actividades agrícolas y comerciales. Como lo señala el mismo Vega “tener cultivos en Venezuela o en Colombia y vender las cosechas allá es mucho más rentable. Las pagan mejor y las compran todas. Eso se debe a que el Alto Apure venezolano no depende exclusivamente dela economía petrolera y no existe el problema de violencia que hay acá.”

Al caer la tarde sobre el malecón de Arauca, las cada vez más escasas pimpinas de gasolina, debido al control fronterizo que ha elevado los precios, reciben los últimos rayos de sol que llegan a esta ciudad sitiada por la guerra y por el olvido estatal.