Así será el mundo en el gobierno de Trump

Mucho se ha hablado, escrito y comentado (y mucho más se especulará más) sobre las consecuencias para el mundo que tendrá la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a partir del mes de enero. Este domingo, en el primer acto de política internacional, el presidente electo, Donald Trump, recibió informalmente a Nigel Farage, líder del Brexit, en Nueva York. ¿Es una declaración de intenciones o un nuevo acto satírico el que el primer político internacional que vea sea precisamente el anti sistema inglés?, lo cierto es que el gesto no gustó nada al gobierno inglés.

Guillem Colom, uno de los grandes expertos europeos en política internacional y Seguridad atendió, a Confidencial Colombia para poner luces al mar de incertidumbre creada en esta última semana. Profesor de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide, en España, y codirector de THIBER, the cybersecurity think tank, Colom ha trabajado para el Ministerio de Defensa español, entre otras instituciones internacionales.

En su opinión, aún es muy pronto para sacar conclusiones taxativas sobre como gobernará Trump. “La gran revolución del gobierno de Trump en política internacional vendrá por la redefinición y eliminación de los Tratados de Libre Comercio. Al final la economía manda y él tiene que lanzar mensajes de apoyo a la industria de su país. En la campaña, Trump ha sido muy ‘destroyer’, todo políticamente incorrecto. Muy digital y de redes sociales para llamar la atención, pero no creo que vaya a cambiar en exceso la política militar de defensa.

Colom profundiza sobre esta idea. “La política internacional norteamericana siempre se mueve entre el pragmatismo y el idealismo. En este caso veo a Trump mucho más pragmático. Él es un empresario por encima de cualquier cosa y no hará nada que perjudique a las empresas de su país. Desde esa óptica continuará en muchos aspectos con la senda iniciada por Barack Obama porque eso es bueno para las empresas norteamericanas”. En conclusión, “pragmatismo y algunos mensajes populistas que quedarán en eso”.

En referencia a la geopolítica del mundo, Colom analiza y desgrana para Confidencial Colombia lo que será el tablero mundial para los próximos cuatro años.

MÉXICO

Por mucho que diga, no se va atrever a construir el muro, o al menos el muro del que ha estado hablando. A nivel político y económico es completamente inasumible su construcción, y menos que lo pague México. Sí hará, y relativamente rápido, algunas deportaciones de mexicanos, hablando de inmigrantes ilegales y que hayan presentado problemas con la justicia. Eso forma parte de una campaña para hacer un guiño al sector de su electorado más duro. Será una medida populista, reclamada en parte por esa clase media americana golpeada por la crisis económica desde 2009. No obstante tampoco creo que vayan a ser masivas, nunca serán los 15 millones de personas de los que se ha hablado. Más bien son gestos y él se encargará de hacerlo más mediático de lo que realmente es.

COLOMBIA

Estados Unidos siempre ha mirado a Latinoamérica como el patio de atrás. Nunca ha sido importante en su política internacional. Con respecto a Colombia no se van a producir cambios sustanciales con respecto a gobiernos anteriores de demócratas o republicanos. El tema del narcotráfico es innegociable para cualquier presidente de Estados Unidos y esa colaboración seguirá, o incluso podría ampliarse, porque hay un sector fuerte del Partido Republicano que no entendería que Estados Unidos no liderara esa batalla.

CUBA

Muchos congresistas le van a pedir una posición política mucho más dura con Cuba, pero no creo que sea muy evidente en este momento de aperturismo de la isla. Hay muchos intereses económicos que pondría en riesgo para las empresas americanas, y no creo que lo haga. Sí va a ejercer más mano dura con Fidel (más que con Raúl Castro) sobre todo para forzar a cambios en lo político. De todas formas, no creo Cuba, a pesar de que la Florida y el voto cubano fue clave en su éxito electoral, esté en su agenda prioritaria. Es más, en este punto, ni siquiera creo que se lo haya planteado aún.

OTAN

Este es un tema bien importante, la OTAN desde el principio no ha sido una alianza entre iguales. Entre 1949 y 1991, con la guerra fría con Rusia, Estados Unidos estuvo dispuesto a invertir mucho más que sus aliados tanto en lo material militar como en vidas humanas en la defensa de Europa y para contrarrestar el otro lado del telón de acero. El fin de la guerra fría trajo consigo desinterés militar entre las naciones europeas y Estados Unidos ya ha dicho que todos tienen que arrimar, que no solo ellos son los que deben poner los muertos en las guerras. Esta postura es bien clara que Trump forzará a los aliados para que así sea. Además, de forzar a los aliados a que establezcan una política de seguridad europea común, cosa que en Europa tenemos bastante olvidada desde hace unos años. Los líderes europeos deben ser conscientes de que la seguridad vale mucho dinero, pero la amenaza yihadista está ahí.

UNIÓN EUROPEA

La clave estará en la reevaluación del tratado TTIP (Tratado Transatlántico de inversiones y Comercio) con el fin de proteger algunos sectores estratégicos de la economía norteamericana. Igual que otros TLC con otras regiones del mundo. Ese sería el otro guiño electoral que debe cumplir. Apoyar a la industria americana sobre cualquier cosa. Y Europa en ese punto y su economía pueden sufrir, pues aún somos muy dependientes en ese aspecto.

BREXIT

Los Tribunales británicos han sido muy claros la semana pasada. El que debe iniciar el proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea es el Parlamento británico. La Unión Europa no está dispuesta a hacerles una salida débil. Bruselas ya ha dicho en numerosas ocasiones que el abandono será con todas sus consecuencias. Desde ese punto de vista Trump, sí puede mostrar cierta solidaridad con Reino Unido, pero tiene poco papel que jugar en esta partida.

RUSIA

Por mucho que Trump diga que Putin es un ‘macho’ y un modelo a seguir en algunos aspectos, dudo que las relaciones vayan a ser de socios. Sí se rebajarán las tensiones a raíz de la guerra en Ucrania o en Crimea, como ya pasó hace unos años cuando Obama y Medvedev eran presidentes, pero no olvidemos que son dos potencias gigantes y con intereses totalmente opuestos. Estarán de amigos cuando los intereses les unan pero tienen también demasiadas diferencias. También descarto que se produzcan acciones de Rusia en Letonia o Estonia, dado que eso implicaría activar el mecanismo de defensa común de la OTAN. Descartemos que EEUU y Rusia se vuelvan los nuevos mejores amigos. Eso no va a pasar.

ORIENTE MEDIO

Aquí sí puede haber cambios. Donald Trump ya dijo que la política de su país en esta zona del mundo era completamente errática, especialmente en el caso de Siria. Obama apoyaba a todos lo que se oponían a Bashar al Asad, incluidos los yihadistas. Con respecto al mundo árabe, sí se producirá un cambio en el que va a haber más colaboración con Rusia para arrinconar al Estados Islámico en Siria e Irak. El gran vencedor de todo esto es Bashar al Asad, que seguirá en Siria.

COREA DEL NORTE

Lo que ha dicho Donald Trump respecto a Corea del Norte es imposible que lo cumpla. En este caso yo creo que jugará las bazas económicas y de seguridad de los tres aliados estratégicos como son Japón, Taiwán y Corea del Sur. Intentará elevar el discurso y ser más claro en las presiones al régimen de Kim Jon Un, pero con mesura porque un incremento de la US Navy en la zona del Asia Pacífico elevaría la tensión con China. Dudo que pase de ahí.