Después de dos semanas del lanzamiento de la campaña #SoyCapaz, iniciativa del sector privado liderada por la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), más de 120 empresas se han unido para retar a 46 millones de colombianos con el lema #SoyCapaz de… una manera de contribuir con la responsabilidad de transformar al país con pequeñas acciones que marquen la diferencia.
Desde que se lanzó la campaña en los medios de comunicación y en las redes sociales, en estas dos semanas se han materializado varias actividades.
La campaña cuenta que además de las 120 empresas del sector privado que inicialmente se unieron a este proyecto, se han adherido 40 colegios, 14 universidades, 20 mil estudiantes, 60 hinchas de fútbol, artistas, 20 credos religiosos, gremios, medios de comunicación y más de 8 millones de colombianos. Esto de muestra el éxito que ha tenido esta convocatoria de concientizar a los colombianos de que la paz no solo depende de la “ambición” de un gobierno, “ni de una negociación o un proceso”, sino de todos.
La música presente
60 artistas de distintos géneros musicales y de todas las regiones interpretaron la canción oficial de #SoyCapaz: “Un paso hacia la paz”. La composición de la letra y de la música estuvo a cargo de Carlos Vives y Andrés Castro respectivamente bajo la producción de Iván Benavidez.
“No a la violencia y sí a la tolerancia”
Con este enunciado se unieron 20 mil estudiantes de 14 universidades en torno a las iniciativas de la paz. Entre los centros educativos de educación superior que estuvieron presentes está la Universidad Minuto de Dios. El rector de este centro, Leónidas López, manifestó que “es vital que la universidad se integre aun procesos de reconciliación nacional y que además forme parte del escenario de reflexión que se está generando”. Además Señaló que la unión el CESA – Colegios de Estudio Superiores de Administración– fue muy productiva que pensaron en diseñar otras estrategias de tipo académico y mantener a la comunidad universitaria en un entorno que los obligue a pensar continuamente en la reconciliación.
Por su parte, Angélika Rettberg, profesora de la universidad de Los Andes, manifestó que las universidades ya están comprometidas con el tema del conflicto y la paz; el padre rector de la Uniagustiniana Carlos Alberto Villabona, lideró un minuto de silencio por las víctimas del conflicto armado y, finalmente, el director de la maestría de Periodismo de Universidad del Rosario dijo “que las universidades como los lugares que forman a quienes se suponen vivirán y gobernaran este país con importantes en cualquier iniciativa que pretenda crear ambiente favorable para la paz”.
Las empresas
Tres empresas lecheras se unieron a la campaña: Alpina, Alquería y Parmalat. Con 2 mil muestras de leche y con empaques diferentes a los que comercializa diariamente, se sumaron con el concepto de dejar de lado la competencia empresarial para apostarle a la responsabilidad social a través de los productos. Además dentro de sus programas Parmalat le ha apostado a mejorar la nutrición de los niños por medio de programa ‘Parmalat Consiente’.
Alquería por su parte dentro de esta misma política realiza aportes al banco de alimentos, pero su apuesta principal está direccionada al mejoramiento de la calidad educativa del municipio de Cajicá. Finalmente, Alpina tiene un proyecto integral de atención de los niños de escasos recursos.
Las compañías celulares
Claro, Movistar, Tigo y Une en una reunión dieron a conocer las estrategias de las empresas rivales dentro del marco de la campaña #SoyCapaz. Allí cada compañía se puso en los zapatos de su rival escuchando las propuestas empresariales de sus competidores a favor de la paz.
Iglesias de distintos credos se abrazan por la paz
Líderes de iglesias de distintas creencias religiosas se reunieron para enviar y escuchar mensajes de reconciliación. Durante la ceremonia leyeron textos de otras doctrinas en donde enfatizaron que más allá de la fe son capaces de obviar las diferencias para hacer predominar la armonía.
El evento también estuvo acompañado de un concierto de música sacra que fue interpretada por la Orquesta Sinfonica Juvenil Metropolitana Batuta en donde se tocaron canciones de Pietro Mascagni y de Antonin Dvorak.
Las iglesias que estuvieron presentes fueron: “Representantes del bahaísmo y del brahmanismo, del budismo zen japonés y del judaísmo, del hinduismo y del catolicismo, del islamismo y de la comunidad vaisvana, pero también evangélicos luteranos, anglicanos, metodistas, ortodoxos, presbiterianos, líderes Mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, shiitas, budistas tibetanos e incluso un anciano del Consejo de Mais de la comunidad Muisca”.