Henry de Jesús López Londoño, alias “Mi sangre”, negó ante la Justicia argentina cualquier vínculo con el narcotráfico y reveló detalles de lo que calificó como una “vida normal” en un área residencial de las afueras de Buenos Aires.
“Mi hijo va al colegio y en el barrio me conocen. Si me hubiera estado ocultando, no habría ido en persona a reservar una mesa, con un amigo, en su camioneta. No estaba con custodios ni me muevo en autos blindados como dijeron”, dijo hoy López Londoño a la revista Noticias a través de su abogado, Carlos Olita.
“Mi Sangre”, recluido en el penal bonaerense de Ezeiza, fue detenido el pasado martes en Pilar, a unos 50 kilómetros de Buenos Aires, en un operativo en el que colaboró la policía colombiana y la DEA estadounidense, atendiendo a una orden de detención con fines de extradición a Estados Unidos, donde está acusado de narcotráfico.
López Londoño aseguró que entró en el país hace diez meses con un pasaporte venezolano y que vivía con su mujer y sus dos hijos -uno de ocho años y otro de ocho meses, nacido en Argentina- en una casa del complejo residencial de Nordelta, en la afueras de Buenos Aires, utilizaba autos de alta gama y llevaba una “vida normal”.
“Entré con un pasaporte venezolano que tramité en ese país antes de que supiera del pedido de detención”, explicó López Londoño, que apuntó que cambió su identidad en la documentación “para proteger mi integridad por la persecución que venía sufriendo en mi país. Eso lo vamos a acreditar en la causa con mi abogado”.
“Vivo en una casa que alquilo en Nordelta, junto con mi mujer y mis hijos. Es mi único domicilio acá en la Argentina y no es cierto que tenga seis u ocho propiedades. No hay ningún inmueble registrado a mi nombre y, de hecho, solo allanaron la casa de Nordelta, ninguna otra”, insistió a Noticias.
“Soy empresario. Me dedico a la compra y venta de autos. Estoy armando una sociedad para dedicarme al rubro inmobiliario”, explicó a través de su abogado.
Olita confirmó a Efe que la esposa y un hijo de López Londoño recibieron estatus de refugiado en Argentina en 2008 pero perdieron el beneficio un año después porque abandonaron el país para volver temporalmente a Colombia.
“Mi Sangre”, de 41 años, está acusado de liderar Los Urabeños, una organización paramilitar vinculada al narcotráfico y considerada una de las más peligrosas de Colombia.
Su detención en Argentina y los antecedentes de refugio otorgados a su familia han alimentado la polémica sobre los controles para evitar el avance del narcotráfico en Argentina.
El director nacional de Migraciones, Marín Arias Duval, negó hoy que el país sea “un paraíso de delincuentes” y rechazó que se hayan flexibilizado los controles migratorios para extranjeros.
No obstante, en declaraciones a radio América, admitió que “los puntos críticos son los pasos fronterizos terrestres” a lo largo de los más de 9.300 kilómetros de frontera del país.
“Salvo la Cordillera de los Andes, el resto de los límites naturales son limites naturales que se franquean caminando o a nado en la mayoría de los casos”, agregó.
“Mi Sangre”, conocido también como “El Salvador” y “Carlos Mario”, fue uno los lugartenientes del jefe paramilitar Diego Murillo, alias “Don Berna”, que fue extraditado a Estados Unidos en 2008 junto con otros jefes de las Autodefensas Unidas de Colombia.
En su declaración ante un juez federal de Buenos Aires, el miércoles, afirmó que su detención responde a “una causa política inventada en el país andino y “armada en combinación entre los Estados Unidos y Colombia”.