Los productores de leche de Boyacá y Cundinamarca, dos de las zonas con mayores obtenciones del alimento aseguran que para salvar a este sector productivo de los tratados de libre comercio hay que acudir a la innovación, a la reconversión tecnológica y a la asociatividad.
Precisan que la ganadería y el campo como tal adolecen de una política de estado que garantice sostenibilidad de programas y desarrollo rural de verdad, es decir, trazando políticas coherentes de largo plazo para mejorar los ingresos de la economía campesina. Consideran que por décadas los productores rurales han estado solos y a la deriva y sin el liderazgo del gobierno que finalmente es el que debe trazar caminos planificados para fomentar progreso.
En diálogo con Confidencial Colombia, el asesor de la Cooperativa Cobilac de Ventaquemada (Boyacá), Gabriel Gacharná aseguró que solo aplicando mayores componentes de competitividad será viable por lo menos sostener el mercado lácteo en el país.
“Actualmente estamos impulsando un proyecto para mejorar la producción del pequeño ganadero y este tiene que ver con optimizar el alimento del ganado, renovar los hatos genéticamente para obtener mejores conversiones de pasto a leche, perfeccionar la reproducción, es decir un parto por vaca al año, manejar con excelencia los hatos, certificar las fincas como libres de brucelosis y tuberculosis, así como desarrollar la actividad con criterios de buenas prácticas ganaderas (BPG)”, explicó Gacharná.
Agregó que a la fecha el 80 por ciento de los asociados están certificados en Ventaquemada como libres de brucelosis y tuberculosos. Ahora, explicó, viene un trabajo juicioso en registros y costos para darle a la ganadería conceptos empresariales que deben conducir a bajar los costos de producción por cada litro de leche.
“En Colombia algunas oficinas de registro se ubica el precio de producción de un litro de leche en 850 pesos en promedio y la idea es propender por una bajonazo en el costo a niveles de la ganadería lechera de Chile que logró poner los costos de producción en 520 pesos en promedio”, comentó el asesor de la cooperativa.
Para que la leche sea competitiva, señaló Gacharná, el Gobierno debe contribuir con políticas que les den la mano a los productores como certificar predios, controlar el precio de los insumos para la ganadería y subir el estatus sanitario de Colombia.
El experto dice que mejorar el precio de hoy es muy difícil porque el país tiene un alto inventario de leche importada y es por eso que bajando los precios de producción se puede ser competitivo y ello muestra que el ganadero le apostó a la renovación tecnológica, se capacitó y le puso orden al negocio.
Los TLC no deben asustar, pero…
En opinión de Gacharná la negociación que se hizo del sector lácteo con Estados Unidos e inclusive con Europa en el TLC fue catastrófica porque no se logró ni ventajas ni protección para el productor lechero. “Esa pésima negociación finalmente sirvió porque el golpe puso en sobre aviso al sector para mejorar en renovación tecnológica y en la disminución de costos en muy poco tiempo. Lamentablemente ya no hablamos de seis años sino de mucho menos tiempo y en cualquier momento nos puede empezar a llegar leche barata de Norteamérica como ya llega de Mercosur”.
El asesor de la cooperativa lechera aclaró que a la fecha el TLC con Estados Unidos no da para promover paros porque prácticamente de ese país no ha llegado nada y precisó que de Europa no ha entrado el primer kilo de leche pues el acuerdo con el Viejo Mundo no se ha implementado.
Informó que de donde si llegó bastante leche fue del Cono Sur, es decir de Argentina, Chile y otras naciones de Mercosur. Por ello manifiesta que el paro agrario fue más la expresión de descontento del productor rural que cada día se ve más empobrecido porque su fuente de ingresos no mejora y lamentablemente no hay asistencia por parte del estado para adelantar programas de capacitación y mejoras productivas como tal.
“Lo malo no son los TLC porque hay una realidad llamada globalización, lo malo es quien negocia y como se negocia el tratado. Ya nos fue mal con ese pacto, pero la verdad le pedimos al gobierno que le ponga atención al campo con políticas y una verdadera planeación. A eso si le jalamos los campesinos”, aseveró el señor Gacharná.
En ese sentido, expuso, en Colombia pudo más el afán que la congruencia y para colmo de males primó el interés de otros sectores, para el caso de la leche, dijo, no se tuvieron en cuenta las recomendaciones sectoriales y por eso la entrega del campo. “Es increíble que con la experiencia Nafta de México, Colombia se hubiera embarcado en semejante aventura cuando había modelos de negociación más favorables como el de Chile. Con los TLC nos tocó aprender a la brava”.
Hay que trabajar más por las especies menores
Para el vocero de los labriegos de Ventaquemada en Boyacá las especies menores deberían ser una mejor alternativa de renta, pero indicó que salvo la avicultura, el país tiene grandes falencias en producción y consumo. “En el centro del país tenemos un bajo consumo de cerdo, diferente a lo que sucede en Antioquia en donde la producción porcina es llamativa”.
Sobre la cría de Cabras en apriscos lamentó que este subsector no ha podido desarrollarse a gran escala, precisamente por la ausencia de política agropecuaria a largo plazo. Dijo que el mejor ejemplo es Santander, departamento con tradición caprina en donde no llegaron incentivos ni aportes estatales para crecer.