La economía venezolana se encuentra en una etapa de estancamiento y en 2013 puede terminar con un crecimiento de 2% de acuerdo a la última proyección de la Cepal. Cálculos internos son más pesimistas y algunos, como la firma Ecoanalítica, creen que ni siquiera superará 1,2%, después de reportar un 5% en 2012.
Según Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, los hechos demuestran esa desaceleración: El manejo del crédito es malo, la inflación crece (podría estar alrededor de 30% de nuevo este año), hay escasez de alimentos, el endeudamiento público aumentó considerablemente y caen las ventas de vehículos.
Además cada día son más limitados los ingresos petroleros no solo por una merma en la producción sino por los menores precios que se registran. Con precios del crudo por debajo de 100 dólares por barril, el gobierno venezolano comienza a tener dificultades para cumplir con todas las obligaciones adquiridas durante la administración chavista.
Oliveros ve con preocupación cómo esta difícil coyuntura sucede en medio de una crisis política de grandes proporciones, luego de un resultado muy reñido tras las elecciones presidenciales que dejaron como ganador al oficialista, Nicolás Maduro. Elecciones puestas en duda por la oposición.
El director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, sostiene que debido al ataque del gobierno chavista a las empresas productivas y a la restricción de dólares para la importación, que se intensificaron en tiempos recientes, sólo se puede esperar una inestabilidad económica y política para Venezuela.
Uno de los problemas más graves del momento es la escasez de productos básicos de la canasta familiar como resultado de una mala política cambiaria que limitó el acceso a divisas y la caída en la producción local por la desaparición de empresas. Esa situación se pondrá ahora más difícil tras el anuncio del gobierno de limitar este año la entrega de dólares para importar.
Esa disminución en la aprobación de divisas, y los mayores controles que le acompañan, afectarán a todos los países proveedores de Venezuela y en el caso de Colombia se sentirá como un tradicional vendedor de algunos productos de la canasta familiar y manufacturas. Los analistas locales no dudan que la entrega de divisas beneficiará a los tradicionales amigos de la revolución.
Sin agenda comercial
En medio de esta crisis no se ha retomado una agenda económica binacional lo que le hace perder a Colombia un espacio muy importante que lo ganan países como Brasil, Ecuador y Argentina, más cercanos políticamente a Venezuela.
Para Oliveros “el tema binacional económico (Colombia-Venezuela) no parece estar en la agenda de ninguno de los gobiernos que pareciera le han dado prioridad al tema político por encima de la actividad comercial. No se entiende por qué”. El tema de la paz en Colombia y la importancia de Venezuela en ese contexto puede ser parte de la explicación.
Si a esto se le suman los problemas que tiene Pdvsa para mejorar su producción el panorama que se avecina no se ve nada alentador. La estatal petrolera se ha convertido en el sustento de todos los programas sociales y gran parte de sus recursos se destinan a ellos sin que exista control sobre esas inversiones.
Según el economista Orlando Ochoa, Pdvsa enfrenta además grandes dificultades para mantener su operación de exploración, producción, refinación y comercialización por su limitada capacidad financiera. La producción bajó de 3,4 a 2,8 millones de barriles diarios.
De acuerdo a este analista, la petrolera se convirtió en un apéndice de un proyecto político en donde se han utilizado todos los recursos disponibles “sin ningún tipo de escrúpulos ni reglas de sana administración” y con una capacidad gerencial muy limitada.
Ochoa sostiene que es necesario replantear la relación de Pdvsa con el Estado para recuperar no solo a la empresa sino a la propia economía del país, luego de una revolución chavista que ha llevado a Venezuela a la inestabilidad económica. En su opinión cambiar el rumbo no da espera.
Antes de que se conocieran los resultados de la elección presidencial, el director de Datanálisis escribió en twitter “a cualquiera que gane la presidencia, lo está esperando matraca de crisis económica represada por la fiesta electoral”.
La internacionalista Beatriz de Majo coincide con León en la crisis que se avecina e insiste en que la empresa privada que queda ya está asfixiada y Pdvsa necesita respiración artificial con el precio del petróleo a la baja.
El problema para esta analista es que hay un país “picado en dos pedazos irreconciliables” en medio de crisis económica y política y “con un gobierno torpe y sin dinero”.