En los últimos cinco años se ha incrementado en un 13% el porcentaje de colombianos que conocen los seguros de vida y los utilizan como instrumentos de ahorro y protección financiera del hogar
Así lo ratifica la Encuesta de Demanda de Seguros de Vida en Colombia, realizada por Fasecolda, cuyo objetivo fue comprender aquello que motiva a los hogares a proteger su patrimonio ante el fallecimiento del jefe de hogar, la presencia de una enfermedad grave o un suceso imprevisto que origine la incapacidad total y permanente de éste.
La encuesta, contratada con el Centro Nacional de Consultoría, fue aplicada a 1900 personas en Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla, a 1.3 millones de hogares en estratos 3, 4, 5 y 6.
Los resultados obtenidos permiten analizar todas las etapas de adquisición de seguros de vida: desde las motivaciones de la decisión de compra o cancelación del seguro de vida, hasta las características de duración, valor asegurado y evaluación del servicio recibido por el consumidor durante y después de la compra. Además, por primera vez para el mercado colombiano, se logró una estimación del número de pólizas de seguro de vida adquiridas en el exterior.
Casos como el de Antonio y María demuestran que cada vez son más quienes dan prioridad a la administración inteligente de los riesgos y a la protección del bienestar de sus familias.
Docente de profesión, Antonio tenía muchos sueños en mente; entre ellos, sacar a su familia adelante, montar su propio colegio y ayudar a su esposa María a abrir su papelería. Todas estas aspiraciones parecieron quedar inconclusas debido a que Antonio falleció producto de un intento de robo mientras se dirigía a la escuela en la que trabajaba, en la localidad de Sumapaz.
Dos meses después del fallecimiento de su esposo, María supo que él había comprado en el último año un seguro de vida para proteger a sus seres queridos, en caso de que él sufriera un accidente, enfermara o muriera. Acudió a la aseguradora que había expedido la póliza y encontró que ahora contaba con un respaldo económico que le permitiría conservar la independencia económica y mantener la calidad de vida suya y de sus hijos. Las deudas estaban cubiertas, la educación de los niños, garantizada, y tenía el capital base para poner a funcionar su papelería.
Sobre el estudio
La Encuesta de Demanda de Seguros de Vida en Colombia demuestra que la correlación entre el ingreso disponible y la compra de seguros es significativa. Aquellos con mayor ingreso per cápita tienen asociados mayores indicadores de penetración de seguros de vida.
La demanda de seguros de vida depende, además, de la expectativa que tienen los asegurados de poder satisfacer las necesidades materiales que pueden llegar a tener los beneficiarios en caso de faltar, del número de personas que dependen del jefe del hogar, el precio del seguro, el nivel educativo, la estabilidad del entorno económico, el acceso a servicios financieros y la tasa de ahorro.
El 33% de los hogares urbanos colombianos, si bien no son pobres, caerían en la pobreza ante la ocurrencia de un evento adverso que afecte su ingreso. Esto es soportado por algunas cifras del DANE que evidencian que del total de hogares en que el jefe falleció, en 29% de ellos debieron reducir los gastos y en 16% de estos hogares se endeudaron o gastaron ahorros para hacer frente a la pérdida de ingresos asociada a este evento. Esto resulta irónico si se tiene en cuenta que por cada persona que compra un seguro de vida, hay 3.5 personas que compran juegos de azar.
Los colombianos no compran seguros de vida por las siguientes razones: no alcanzan los ingresos (46%), no los necesitan (49%), no los entienden (46%), tienen otros mecanismos para proteger el patrimonio familiar (53%) y no confían en las compañías de seguros (51%).
Las personas tienden a tomar sus decisiones financieras con base en su estado actual o más cercano y no considerando horizontes largos de tiempo, lo cual desde la teoría económica no es racional, pero es un patrón de comportamiento que determina la toma de decisiones financieras, incluyendo la compra de seguros de vida. Esto se refleja en el 72% de las personas encuestadas que prefiere obtener 1 millónDE PESOS inmediatamente, aún si esto implica renunciar a obtener 5 millones dentro de cinco años, mientras casi la mitad de los asegurados expresa su desacuerdo con la afirmación ?vivo más para el presente que para el futuro?.
El proceso de toma de decisiones de compra de seguros involucra aspectos comportamentales, económicos y de educación financiera, y es precisamente el reto de la industria aseguradora, no sólo en Colombia sino a nivel internacional, diseñar las estrategias adecuadas para ofrecer a los consumidores potenciales tanto los mecanismos para incrementar sus capacidades financieras como darles a conocer los beneficios de contar con las coberturas de seguros acordes a sus necesidades