El presidente estadounidense autorizó el envío de armas a la oposición en Siria luego de que sus asesores anunciaran que le darían “apoyo militar” a los rebeldes al confirmarse que el Gobierno sirio ha usado armas químicas contra ellos.
La orden se conoce pocas horas después de que la Casa Blanca determinara que el Gobierno del presidente sirio, Bachar al Asad, utilizó armas químicas, entre ellas el neurotóxico gas sarín, en el conflicto civil que lleva más de dos.
Ben Rhodes, consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, anunció el respaldo a los rebeldes pero no aclaró los detalles del “apoyo militar” a las fuerza opositoras a Asad.
Prensa estadounidense confirmó con varios funcionarios que esa ayuda incluirá armar a los rebeldes, aunque por el momento no se ha determinado qué tipo de armamento, que seguramente debe ir acompañado de entrenamiento y podría ir desde armas ligeras o fusiles, hasta lanzagranadas y artillería antitanques.
La Casa Blanca se había negado a dar ayuda a los rebeldes, algo que dijo que no haría hasta tener pruebas irrefutables que el régimen sirio había cruzado la “línea roja” con el uso de armamento químico.
El senador republicano de EE.UU. John McCain, uno de las principales voces a favor de una intervención que incluya también la creación de una zona de exclusión aérea, dijo que Obama le había comunicado que su Gobierno proveería armas a los rebeldes.
Los grupos rebeldes sirios recibían hasta ahora ayuda militar de Arabia Saudí, Catar y otros Estados del Golfo que temen que grupos chiítas como Hizbulá y afines al Gobierno de Irán se consoliden en Siria y apoyen los avances de las tropas gubernamentales.
Obama ya había reconocido la probabilidad que armas químicas hubieran sido utilizadas por el ejército de Al Asad en un conflicto que dura ya más de dos años y que según cálculos de la ONU ha costado la vida a unas 93.000 personas.
El avance de las tropas de Al Asad, con el apoyo de Hizbulá e Irán, podría haber acelerado la decisión de la Casa Blanca, que llega una semana antes de que los países del G-8 -Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia y Rusia- se reúnan en Irlanda del Norte.