El Barcelona explotó en el estadio de Vallecas la efectividad del líder para golear a un valiente Rayo (0-5) que recibió un duro castigo a su esfuerzo con un doblete de Leo Messi y goles de Villa, Xavi y Cesc.
El Barcelona mantiene su firme camino y supo adaptarse a las condiciones de Vallecas para sacar un valioso triunfo ante un atrevido Rayo. Paco Jémez cumplió su promesa. Ignoró la abismal diferencia de calidad entre los dos equipos para salir a morder. Prefirió morir con sus ideas, dejando una imagen de lucha hasta el último minuto, a encerrarse en su terreno y acabar perdiendo con otra identidad.
No tiene defensa para ello. El Rayo pierde encuentros por errores puntuales de una zaga precaria para la máxima categoría. En el Barcelona Tito Vilanova se vio obligado a encajar piezas. Sin Puyol ni Piqué, demostró que a Alex Song se le ha acabado el crédito como defensa. Optó por retrasar a Busquets como pareja de Adriando. El brasileño por su velocidad salió airoso. Bartra regresó al banquillo sin ganarse la confianza de su entrenador tras jugar ante el Celtic.
Consiguió el Rayo imponer su ritmo de inicio. Presionó tanto que el jugador más activo del Barça comenzó siendo Víctor Valdés. Con los pies porque con las manos sólo actuó a un disparo centrado de Delibasic en los últimos compases del primer acto. El modesto salió sin complejos. Exhibiendo garra en cada balón. Su valentía moría en los últimos metros. Javi Fuego y José Carlos no encontraban puerta en sus disparos.
El Barcelona no podía mostrar su juego combinativo por mérito del rival. Hasta el minuto 19 cuando apareció Cesc Fábregas. En Riazor hizo su mejor partido. Sintiendo la confianza plena de Vilanova, dejó una nueva asistencia de lujo. Villa disfrutaba de una titularidad peleada. Su desmarque al espacio fue visto por Cesc. Definió como hacen los grandes goleadores. De primera. Con confianza, pese a sus pocos minutos, ante la salida de Rubén.
El gol frenó al Rayo. Su vistoso fútbol se entorpece cuando recibe golpes de calidad. Le ocurrió ante el Real Madrid y se repitió ante el Barcelona. Cesc comenzó a aparecer en una zona de tres cuartos donde hace daño con su visión del juego. Conectó de nuevo con Villa que probó por bajo a Rubén y desperdició una clara ocasión por otro error puntual franjirrojo en un mal pasa atrás de José Carlos.
Era el momento de sentenciar el duelo. Leo Messi lo sabía y comenzó a desequilibrar. Una falta lateral rozó la escuadra y nada mas reiniciarse el partido, colocó un zurdazo en la escuadra tras jugada de Pedro por la banda derecha. Era el minuto 47. El duelo había terminado.
No le falta orgullo al Rayo para seguir peleando. Pudo recortar distancias con rapidez, tres minutos después, pero Valdés sacó el disparo ajustado de Javi Fuego que se colaba tras un rechace de un saque de esquina. Otro lo remató Delibasic de cabeza rozando el larguero.
Paco necesita más del jugador elegido para liderar el juego, el ‘Chori’ Domínguez. Tampoco apareció Piti. Se multiplicaba Javi Fuego en un gran partido defensivo y ofensivo. De nuevo fue él quien hizo intervenir a Valdés con un disparo raso colocado. Pero el Barça estaba cómodo. Cesc aparecía por todos los sitios, disfrutando del juego. Messi explotó su velocidad al contraataque.
Le dio igual a Paco. Ya no había nada que perder y el técnico rayista dejó defensa de tres tras dar entrada a Lass y Nicki Bille. Toda la artillería en el terreno de juego. Provocó que acabase en goleada. Con espacios Messi se paseó y Pedro asistió. Xavi marcó el tercero llegando con calidad desde segunda línea. Cesc el cuarto con un toque de derecha a bote pronto.
Y quien iba a ser sino Messi el que pusiese el broche, a alta velocidad para conseguir 73 goles en un año natural y situarse ya a dos del histórico registro de Pelé, con dos meses para superarle. El Barça explotó su mejor imagen para igualar el su mejor arranque liguero de la historia ante un Rayo que se desangra en defensa. Ya es el equipo más goleado de la categoría.