En una ciudad donde la vanguardia está a la orden del día, las tiendas y locales se reinventan cada semana en busca del concepto más original.
En una ciudad como Berlín, donde la vanguardia está a la orden del día, las tiendas y locales se reinventan cada semana en busca del concepto más original.
Una particular jornada por la capital alemana por aquellos lugares que sorprenden nada más traspasar su puerta podría comenzar en el café “Pee Pees Katzencafé”.
Té con gatos
En apariencia es una cafetería normal y corriente, con tartas y quiches caseras, sino fuera porque parte de su personal es de lo más característico.
Se trata de dos gatos recogidos de una protectora que ahora se pasean entre las mesas y sillones dejándose acariciar por los clientes.
Una idea que surgió en Japón y ya se ha extendido por Europa en París, Madrid y ahora Berlín.
Una vez cogidas fuerzas, los más atrevidos pueden ponerse a punto de acuerdo con la estética berlinesa en la peluquería “Timecutter”, donde los estilistas buscan inspiración por las calles de Berlín.
El precio del peinado, según el reloj
Eso sí, para que el cambio de look salga económico hay que ser madrugador, porque en esta peluquería el precio lo pone el reloj.
Así, la primera cita, a las 9:00 de la mañana costará nueve euros, sin embargo, el mismo peinado a las 20:00 de la tarde, costará más del doble, 20 euros.
La siguiente parada es para los amantes de las compras. O del arte. O de la música. O de todo a la vez, porque “Sameheads” en el distrito de Neukölln, es un mar de posibilidades regentado por tres hermanos del norte de Inglaterra.
Un solo espacio es a la vez tienda de ropa, sala de exposiciones y, por las noches, acoge sesiones de música electrónica.
¡Cafetería y kiosko en un bus!
Para hacer un alto en el camino pero sin perder el ritmo, el café “Kyosk”, un bus-cafetería-kiosko en el alternativo barrio deKreuzberg, que a pesar de su limitado espacio está lleno de posibilidades.
Desde disfrutar de un café mientras se juega a la Nintendo o al ajedrez, a comprar comida para el perro o deleitarse con una buena lectura.
Además, en este viejo autobús abandonado, todos los miércoles se dan clases de turco (en Alemania hay una gran comunidad turca) y los domingos la dueña invita a desayunar la tradicional Weisswurst o salchicha blanca.
Una de las mejores maneras de disfrutar Berlín, y de las más populares, es sobre dos ruedas.
Perderse por los jardines del Tiergarten, el pulmón verde de la capital, recorrer la East Side Gallery o la orilla del Spree son opciones más que recomendables para una tarde en la capital alemana.
Y si en el camino se estropean los frenos o se sale la cadena, no hay que preocuparse, porque en “Standert” arreglan tu bici mientras disfrutas de un helado, o una sopa caliente, según la época del año.
Una vez entrada la noche, el restaurante “White Trash”, en Schönhauseralle, ofrece todo tipo de hamburguesas y comida internacional, ambientado con conciertos de rock en vivo.
Además si quieres llevarte un recuerdo imborrable de Berlín, el local cuenta con su propio estudio de tatuajes.
Discoteca laberíntica
Por último, para los que aún les queden fuerzas, pueden terminar el día perdiéndose, literalmente, por la discoteca “Salon Zur Wilden Renate“, en Friedrichshain, ya que cuenta con un laberinto propio.
Una mezcla entre “Alicia en el País de las Maravillas y Casa de los Horrores para adultos”, es como describe la web a esta atracción que cuesta 10 euros.
Sea cual sea el resultado, al salir podrás relajarte envuelto por el estilo rococó del local con una merecida cerveza pilsner marca de la casa que ponga el broche de oro a la noche berlinesa.
Tomado de EFE Estilo
