Boston se pregunta el por qué de los atentados

Boston recupera la normalidad después de que el viernes la ciudad y sus alrededores sufrieran un toque de queda para dar con el segundo sospechoso de los atentados de la maratón del pasado lunes, sobre los que las autoridades aun desconocen los motivos.

Pese a que parte de la fuerte presencia policial y de la Guardia Nacional se mantiene en la ciudad, los bostonianos ya caminan por las calles, en un ambiente mucho más distendido tras la extrema tensión vivida aquí durante cinco días.

Los vecinos de Watertown, localidad al oeste de Boston donde Dzhokar Tsarnaev, de 19 años, consiguió escabullirse de la policía la madrugada del jueves al viernes, pudieron finalmente dormir en sus casas sin la amenaza de los tiroteos.

Anoche, grupos de personas en Watertown, Cambridge y Boston, escenarios de la carrera violenta de los hermanos Tamerlan y Dzhokar Tsarnaev, salieron a la calle para celebrar con banderas y gritos de U-S-A el fin de una tragedia que comenzó el lunes con dos bombas en la recta final de la maratón internacional de la ciudad que provocaron 3 muertes y 176 heridos.

El desenlace se inició la noche del jueves, cuando los hermanos Tsarnaev mataron a tiros a un policía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) e iniciaron una espectacular huida en un coche robado hasta Watertown donde, tras los explosivos lanzados por los hermanos y el tiroteo, Tamerlan falleció.

El jefe de Policía de la localidad de Watertown, Edward Deveau, dijo hoy en entrevista con la CNN que cree que, pese a las heridas de bala, Tamerlan, de 26 años, murió debido a que su hermano menor le pasó por encima con un coche que uso en su huida.

La mejor medida de la normalidad hoy en Boston es la apertura del primer juego de los Red Sox (Medias Rojas) en el Fenway Park, donde miles de persona rindieron homenajes a las víctimas y a los 58 heridos que aún permanecen en el hospital, mucho de ellos recuperándose de amputaciones.

Los miembros de la policía y los miembros de las fuerzas especiales de los SWAT estuvieron presentes en el estadio, pertrechados con sus uniformes de batalla, mientras por megafonía se agradecía su papel en el gigantesco despliegue de 10.000 agentes de policía local, estatal federal y Guardia Nacional que participaron en la captura.

También en un partido del equipo de hockey de la ciudad, los Bruins, los aficionados levantaron banderas estadounidenses y lucieron camisetas con la frase “Boston Strong” (Boston Fuerte), que se ha convertido en un lema tras los atentados.

La fuerte presencia policial se mantiene por el momento en la escena de los atentados del maratón, que sigue cerrada al público, y en el hospital Beth Israel, donde los médicos, rodeados de seguridad, intentan estabilizar a Dzhokar (pronunciado YO-HAR).

El gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, dijo hoy a la prensa desde el Fenway Park que el estado del sospechoso es “grave, pero estable, aunque por el momento no es capaz de comunicarse”.

“Tenemos millones de preguntas que hacerle, esperamos que sobreviva”, expresó Patrick en relación al inexplicable giro de la vida de los hermanos Tsarnaev como vecinos de Cambridge hacia el radicalismo.

El Departamento de Justicia negó temporalmente a Dzhokar los derechos básicos, como el de un abogado o no declarar en su contra, debido a que las leyes antiterroristas permiten excepciones para evitar nuevas amenazas contra la seguridad nacional.

Las autoridades siguen pensando que los dos hermanos actuaron solos y no creen que haya un peligro inminente tras la muerte del mayor y la captura del más joven.

No obstante, quieren saber si Tamerlan, aparentemente el hermano más problemático e inadaptado, había sido persuadido por las ideas del islamismo radical en su visita el año pasado al Dagestán, donde vive su familia chechena.

Con EFE