Cacerolazo para el Procurador

El Procurador Alejandro Ordóñez, del que hace poco se conoció su tesis de grado en la que expone un sistema teológico detrás del ordenamiento institucional, decidió asumir una postura de persecución desmedida en contra de dos procesos fundamentales en Colombia.

Por un lado, Ordóñez ha hecho fuertes declaraciones en contra del proceso de paz que se está llevando en La Habana entre las Farc y el Gobierno Nacional. Por el otro, es tal vez el detractor número uno de las uniones maritales de parejas del mismo sexo, argumentando, entre otras cosas que el matrimonio debe ser entre “uno y una”.

Fue justamente hace unos días que se refirió a las negociaciones que se adelantan en Cuba. En un congreso en Cartagena, advirtió sobre los riesgos del proceso de paz, aseguró representar a las víctimas y rechazó una eventual constituyente. Enfáticamente aclaró que la paz es viable solamente “sin impunidad” y sin ponerle a él un “bozal”, o una restricción para emitir sus juicios como “representante de la sociedad”.

Así, sin bozal, varias veces ha dicho que el Gobierno Nacional no debería seguir dialogando y argumenta, como cualquier uribista en contra del proceso, que “no estamos ante un ejército victorioso, sino ante uno diezmado después de ocho años de Seguridad Democrática”.

La paz no ha sido el único blanco del Ordóñez. La comunidad LGBTI y el matrimonio homosexual ha sido otro punto de ataque. Hace pocos días, se hizo efectiva la tutela interpuesta por la Procuraduría en contra del matrimonio civil de una pareja homosexual, logrando así tumbarlo.

En dicha acción judicial, se argumenta que el juez 48, en uso de la libertad de interpretación de la sentencia de la Corte Constitucional sobre la formación de una familia entre homosexuales, hizo una “interpretación grosera de la jurisprudencia” y que carece “absolutamente de competencia” para llamar matrimonio a la unión gay.

Parece que al Procurador nadie puede contradecirlo. Son pocos los que hasta hoy han sido abiertamente detractores de sus políticas de discriminación y oposición, pero han tenido consecuencias. No hay que ir tan lejos. Al Alcalde Mayor de Bogotá, opositor de Ordóñez, le ha abierto procesos por cuanta cosa hace, desde el nuevo esquema de aseo hasta un concierto en la ciudad y está detrás de destituirlo.

Cacerolazo para el Procurador porque las evidencias muestran que “Monseñor”, como le dicen sus detractores, guardó la Constitución para poder cargar la biblia debajo del brazo. La petición de no pocos, es que procure alejarse del atril y no le dé la espalda a la carta política que dice defender.