¡Capriles o Maduro, Venezuela decide!

En una contienda marcada por la muerte de uno de los líderes con más influencia en Venezuela y la campaña más corta de la historia del vecino país, se abren las mesas de votación para que los ciudadanos elijan democráticamente al próximo Presidente de la República. ANÁLISIS.

Casi 19 millones de venezolanos están habilitados para votar en los comicios de hoy, en los que el presidente encargado, Nicolás Maduro, busca suceder al fallecido mandatario Hugo Chávez ante el líder opositor Henrique Capriles, que acude a su segunda apuesta presidencial.

Según han informado las autoridades venezolanas, si no hay retrasos, a las nueve de la noche el mundo podría conocer quién es el ganador de esta contienda que ya ha dejado huella en la historia política de Venezuela.

Confidencial Colombia, habló con el politólogo y consultor político venezolano, Javier Pérez sobre las posibilidades electorales de cada candidato y el panorama del proceso de elección que finalmente concluye hoy.

Confidencial Colombia: ¿Qué tan reñidas piensa usted, serán las elecciones del día de hoy en Venezuela con dos candidatos que han hecho campaña oficial en tan sólo diez días?

Javier Pérez: Ciertamente la dinámica de tendencia desde el 31 de marzo, nos dice que se puede estrechar lo que en principio era una brecha incansable para Capriles a pesar de que Maduro heredó un gran capital político de Chávez.

Pero los datos de diferentes encuestas y la dinámica de las campañas podrían indicar unos resultados muy estrechos.

CC: ¿Qué opinión tiene usted de las encuestas que dan como líder en la intención de voto a Capriles?

JP: Hay que evaluar la metodología de cada encuesta, ante todo si es representativa del universo electoral. Y muchas no lo han sido. Las encuestas que dan a favor a Capriles tienen una buena metodología pero existen limitaciones en cuanto a la representatividad de la muestra. Por otro lado, las que observan un liderazgo de Maduro, han sido encuestas que por su metodología han terminado ya hace varios días, y lo cierto es que en el panorama electoral las cosas cambian día a día.

CC: El oficialismo se declara muy seguro de obtener la presidencia de Maduro. ¿Es correcto que este tan confiado o es una estrategia mediática?

JP: En principio es una estrategia, y tendríamos que considerar qué tanto caló Maduro como heredero político de Chávez al chavismo y tendríamos que ponderar algunos manejos adicionales que el Gobierno acostumbra a hacer para asegurarse dos o tres puntos más en las elecciones. Sin duda es una estrategia mostrarse tan seguro, a pesar de que la brecha en las pasadas elecciones de octubre, fue muy corta entre Chávez y Capriles.

CC: ¿Qué garantías tiene la oposición en cuanto a la legitimidad de los resultados y la transparencia del proceso electoral de hoy?

JP: La legitimidad en cuanto a lo técnico, -es decir que sean correctos y transparentes-, debemos confiar que será así. Capriles y sus representantes han tenido acceso para hacer las auditorias previas de todo el sistema.

Sin embargo, se suscito un escándalo, -sin mucha trascendencia en los medios Venezolanos-, cuando se supo que uno de los representantes del partido PSUV tenia acceso a la clave de las máquinas. Con ello no se pueden alterar los resultados pero naturalmente la noticia produce un dejo de desconfianza en cuanto al tratamiento que las autoridades del CNE le brindan al proceso ante los opositores y los oficialistas. No obstante, debemos pensar que las elecciones van a ser manejadas con total transparencia.

CC: ¿Cómo analiza usted el periodo de campaña tan breve que se presentó para esta contienda electoral?

JP: Con tan pocos días, el problema de lo legitimo se centró en lo previo, en cómo se ha llegado al día de las elecciones, al tratamiento de la información y las campañas en los medios de comunicación, para transmitir mensajes y propagandas. En Venezuela hay muchísimas restricciones para la oposición.

Si la oposición genera una idea, el gobierno de Venezuela tiene toda la maquinaria para responderla. Tienen el control de los principales medios de comunicación en el país. Control de televisión, radio y prensa. El mensaje que le llega a los sectores más deprimidos socioeconómicamente de la población, llega de la mano del oficialismo, esto hace que la campaña haya sido –en términos de medios y de transmisión del mensaje-, mucho más complicado para la oposición.

CC: ¿Cuáles fueron las fortalezas y debilidades de las campañas de cada candidato?

JP: Ambos hicieron lo que debían hacer. Maduro asociándose a Chávez, reforzándose con su imagen y reiterando su nombre. Él está buscando que el elector vote por Chávez, el problema es que quiere sonar tanto que se le ven las costuras, se advierte un exceso de imitación que es chocante para sus propios votantes y en ese caso, la exageración de su personaje es su debilidad.

La calidad de la interpretación del actor Maduro es muy cuestionable

En cuanto a la oposición; ellos no se han enfrentado a Maduro como lo hicieron con Chávez en el pasado. Capriles se ha tornado un candidato sumamente agresivo, denunciando todas las fallas y la corrupción del Estado, todos los problemas que asechan al venezolano día tras día y ha sido muy agrio y crítico con la figura de Maduro hasta el punto de que sicológicamente en el mensaje lo mira de arriba a bajo.

Pero la debilidad es que ese estilo hace poco por rasguñar las capas exteriores del chavismo a pesar de que es muy eficiente en concentrar la motivación de la oposición. Y eso fue muy inteligentemente planteado porque la campaña fue muy corta.

Él necesita garantizarse al menos los 6.5 millones de votos que tuvo en la contienda de octubre pasado. Eso es un caudal electoral importantísimo porque representa casi un 45% de los votantes, con esos niveles en la mayoría de países de América Latina se ganan la Presidencia de la República, pero en Venezuela no porque existe concentración de poder.

CC: ¿Qué le espera a Venezuela en términos sociales y económicos con cada candidato?

JP: El único punto de coincidencia es el aspecto social en las propuestas de ambos candidatos, Capriles ha sido muy insistente en que las misiones sociales van a continuar.

Valga una recordación, las misiones existen en Venezuela a finales del año 2003, estas no fueron una política de Estado desde que el presidente Chávez asumió en febrero del 99, vino a serlo con fines electorales para finales de 2003 por el referéndum revocatorio. Un elemento curioso, ¡que el corazón de Chávez se sensibilizara hacia los sectores mas deprimidos de la población después de cuatro años de estar gobernando!

Pero hay que reconocer que las misiones han logrado darle una asistencia al más necesitado, naturalmente son mejorables porque las misiones no alcanzan efectividad en las necesidades de los venezolanos, y Capriles quizás podría modificarlas para volverlas más colectivas y masivas. Pero en definitiva, lo único que comparten Maduro y Capriles es su política social.

En cuanto a lo económico, lamentablemente se han cerrado más de la mitad de las compañías que existían en el año 98, cuando Chávez es elegido y desde el 99 cuando toma posesión y sí hay una situación precaria en el aparato productivo, dependemos de las importaciones y cada vez tenemos menos recursos para pagarlas, es una situación previsiblemente dramática para los próximos 18 meses que pueda suceder en Venezuela, el tratamiento es distinto para los diferentes candidatos.

Capriles anuncia que hay que reactivar la economía, y ofrecer seguridad jurídica para atraer nuevamente inversión internacional y la de los propios venezolanos, -que exageradamente pueden tener entre 300 y 400 mil millones de dólares-. Sería muy importante que el venezolano con capital en el exterior, sienta la confianza para volver a invertir en su país y sería un resorte de primer orden. No creo que podamos alterar un cambio importante de continuar con el Gobierno actual, no ha sido su interés motivar la producción, sino controlarla y ha distorsionado la situación.

CC: ¿Qué cambios vendrían en materia de política internacional y relaciones exteriores con cada candidato?

JP: Con respecto a la política exterior, Venezuela se ha salvado en mayor medida de ser objeto de presión internacional por su condición de país petrolero, porque tiene influencia en el Caribe, pero sus alianzas no le han traído una buena orientación hacia el desarrollo.

Capriles deberá desarrollar -en caso de ganar-, una política exterior con un acento petrolero, recuperar nuestros clientes tradicionales sin desestimarlos, pero ante todo, lo que debe hacer es modernizar la industria petrolera en Venezuela para impulsar y financiar su desarrollo. Cualquier política industrial e internacional debe ir de la mano de la industria petrolera.

Maduro continuará con el mismo liderazgo de Chávez, pero sin las consecuencias que traía este.

CC: En caso de que Maduro sea el presidente electo, ¿existirán unas mejores relaciones con EE.UU o las tensiones serán las mismas que con Chávez?

JP: Maduro continuará con la política de voz alta en contra de EE.UU pero él sabe que debe tener aproximaciones pragmáticas por el tema petrolero, y a Venezuela le constaría mucho prescindir de EE.UU como cliente de su petróleo. Y mientras EE.UU tenga esa relación comercial y no vea que Venezuela se convierta en una amenaza real (con alianzas por ejemplo con Irán), pues seguirán las relaciones iguales. Maduro hablaría mucho sin pasarse de la raya.

CC: ¿Qué opinión tiene del artículo del Washington Post titulado: “Maduro podría lamentar su triunfo”, en el que se asegura que el candidato presidente tendrá que lidiar con las consecuencias poco exitosas del legado de Chávez en caso de ganar las elecciones?

JP: Claro porque Maduro es presa de un discurso que lo ha atrapado, tanto a él como al fallecido presidente Chávez. Imagínese usted que cambiar la orientación económica, sería reconocer que hemos fallado, que tenemos 14 años fallando y hemos perdido 700 mil millones de dólares de ingresos petroleros, lo que significaría que teniendo uno de los ingresos per capita más altos de la región, lo hemos desperdiciado. Capriles representa el cambio, y la gente no espera que sí el gana suceda lo mismo.

Recordemos que cada vez que existe un evento electoral en Venezuela, el gasto público se incrementa de una gran manera. El año pasado por ejemplo, para asegurar la elección de Chávez, el gasto público creció alrededor del 50% del PIB, le falto poco para alcanzar el PIB. Y lo que deja es una economía muy golpeada, que no aguanta esos niveles de gastos públicos y necesita disciplina fiscal que el gobierno actual no está en capacidad de brindar.

CC: Si ganara Capriles, ¿qué sucedería con las fuerzas militares venezolanas, y la maquinaria gubernamental tan polarizadas por el chavismo?

JP: Antes diríamos que las fuerzas armadas eran una caja negra y que nadie sabía a ciencia cierta que ocurría allá adentro, en todo caso, públicamente los altos y medios mandos no se pronunciaban al respecto, como se los prohibía la anterior constitución y como se los prohíbe la actual.

En este momento las fuerzas armadas ya no son una caja negra, son una caja roja.

En cuanto a la maquinaria política en otros sectores, yo creo que mucho del respaldo político activo que tiene el chavismo proviene de una relación clientelar, pero no de convicciones ideológicas del chavismo o el socialismo del siglo XXI. Todos hablan de dicha ideología pero les encanta ir a los EE.UU, les encanta gastar en dólares y el factor humano del chavismo, no dista mucho del clase media venezolano, le gusta salir, gastar, consumir, entonces yo creo que hay “más bulla que cabuya” y seguramente habrá un reequilibrio de fuerzas.