El presidente Evo Morales, firmó el contrato para reanudar la construcción de la polémica carretera que unirá el centro y el noreste amazónico del Bolivia, atravesando la reserva ecológica Tipnis.
“Los recursos económicos están garantizados, son 47 kilómetros con un costo de 32,5 millones de dólares y aquí, a partir de este momento, corren los plazos para la construcción del camino”, dijo Morales en referencia a un primer tramo de la vía, en un acto en Villa Tunari, en Cochabamba (centro), con campesinos y productores de hoja de coca.
El gobernante contrató hoy a dos empresas bolivianas que construirán ese primer tramo de la carretera, entre la población de Villa Tunari e Isinuta, situadas en el trópico de Cochabamba, su feudo sindical y político en el centro del país.
La empresa brasileña OAS se adjudicó en 2008 la construcción de toda la polémica vía de 306 kilómetros, con una inversión total de 415 millones de dólares, de los que un banco estatal brasileño financiaba 332 millones.
La firma brasileña inició en junio de 2011 las obras en los dos extremos de la ruta, cuyo trazado atraviesa el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), pero el Gobierno de Morales decidió en mayo pasado anular el contrato argumentando que la constructora no estaba cumpliendo con su trabajo.
Las dos nuevas empresas contratadas tienen mil días para terminar de construir el primer tramo, aunque Morales les emplazó hoy a entregar la obra dentro de un año.
La contratación se hizo pese a que no ha concluido la consulta sobre la carretera a los indígenas del Tipnis que promueve el Gobierno, pero que rechazan los nativos contrarios a la ruta porque consideran que los resultados serán manipulados para validar el proyecto.
El Gobierno insiste en construir la carretera a través del Tipnis para unir la región central de Cochabamba con la amazónica de Beni, con el argumento de que llevará desarrollo a los nativos
Sin embargo, los indígenas contrarios al proyecto, que ya han realizado varias marchas para defender el Tipnis, denuncian que la obra abrirá la puerta a la destrucción del parque, de 1,2 millones de hectáreas, por parte de cocaleros de la zona vecina del Chapare.
La confrontación ha afectado la imagen de ambientalista de Morales y mermado su respaldo entre los nativos, pero también ha dividido a ese sector.
El mandatario aseguró hoy que ya han sido consultadas 46 de las 69 comunidades que el Gobierno ha registrado en el lugar y que 45 aceptan que se construya la carretera.
Entretanto, los líderes indígenas que rechazan el proyecto informaron esta semana que visitaron en un mes 32 de las 63 comunidades del parque que ellos consideran legítimas y confirmaron que las mismas siguen en contra de la infraestructura.