A fuego lento se cocina la reforma, ya hay posiciones enfrentadas y una que otra ‘chispoteada’. Son varios los puntos que crean disonancias entre las bancadas de la Comisión Primera del Senado frente al denominado proyecto de equilibrio de poderes.
La Comisión Primera del Senado continúa estudiando la reforma presentada por el Gobierno Nacional, que pretende ajustar los órganos de control, los sistemas electorales y la administración de la justicia. Con 13 votos a favor 3 en contra fue aprobado el artículo que tumba la reelección -un primer adelanto sustancial en el proyecto de ley- sin embargo las diferencias entre los partidos son marcadas y varios puntos en general han copado la discusión en la comisión, pues no ha habido consenso.
El primero menciona eliminar la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes y reemplazarla con el denominado tribunal de aforados. De acuerdo con la senadora de la Alianza Verde, Claudia López, esta decisión sería sólo un renombramiento de la Comisión si el ente se crea con el único objetivo de investigar, no de juzgar. “Esta figura no existe en ningún lugar del mundo, ¡un tribunal que no juzga!”. Los ‘verdes’ y el Polo Democrático apoyan su instalación, aunque concuerdan en que debe ajustarse.
A pesar de que este tribunal es impulsado por el ministro del Interior Juan Fernando Cristo, aún no hay consenso en el Congreso, incluso entre los partidos de la Unidad Nacional. Se prevé que su discusión sea una de las más sensibles de este período legislativo.
Otro aspecto que genera discrepancias, es el voto preferente y las listas cerradas por medio de las cuales el elector vote por partido y no por candidato, con el fin de que las bancadas tengan la posibilidad de una mayor cuota de escaños. No obstante, se considera que esta forma de votación fracciona a los partidos, favorece a las microempresas electorales, habilita la compra y venta de votos y refuerza el clientelismo.
En todo caso, según el senador Manuel Enríquez Rosero, de La U, habilitar este mecanismo “fortalecería a los partidos” frente a escenarios electorales. Dice el proyecto de acto legislativo que “el voto preferente mantuvo el fraccionamiento con tendencias a prácticas clientelares al interior de las organizaciones políticas y este afecta gravemente la cohesión interna necesaria para impulsar sus propuestas”. Es por esto que se proponen listas cerradas y bloqueadas, aunque hasta el momento tampoco haya consenso.
Con respecto a la elección de los órganos de control, la discusión sigue en caliente. Hace unas semanas, cuando el Gobierno anunció la reforma, se desató una oleada de críticas luego de que en el texto se mencionara que la elección del Procurador debe estar en manos del Presidente, quien a su vez haría las postulaciones para el Ministerio Público. Con esta decisión el mandatario prácticamente tendría injerencia en la Procuraduría. Vea la avalancha de críticas que desató el proyecto.
Frente a este escenario hubo respuesta directa del presidente del Senado, José David Name, quien explicó que con esta iniciativa se “fractura el equilibrio que debe existir entre quien ejerce el control disciplinario del Estado y las autoridades públicas”.
Asimismo, en el Centro Democrático criticaron que el ejecutivo quiera asegurar que el jefe de Estado tenga un Procurador “de bolsillo” y resaltaron la controversia que se armó tras la elección de Edgardo Maya como nuevo contralor. Vea el guiño de Santos al contralor Maya.
Bajo este marco, el senador del uribismo Alfredo Rangel aprovechó su intervención para darle un jalón de orejas al gobierno pues, según dijo, quiere implantar una “mini reforma” que además de otorgarle facultades especiales al jefe de Estado frente a la escogencia de los encargados de los órganos de control, también “pretende decir que el equilibrio se alcanza solamente con abolir la reelección inmediata de presidentes, alcaldes o gobernadores”.
El congresista precisó que el equilibrio de poderes debe reivindicar la autonomía del Congreso, de tal manera que las altas Cortes no tengan “atemorizados ni chantajeados a los parlamentarios”.
Mientras la Comisión desglosa y reconfigura la reforma, hay voces que piden pisar el acelerador. El senador Armando Benedetti, del Partido de la U, pidió durante la sesión del martes adelantar en los puntos donde haya acuerdos entre los partidos con el fin de acelerar el tránsito de la reforma constitucional que, para ser aprobada, debe pasar por ocho debates, cuatro en comisión y cuatro en plenaria.
La ‘chispoteada’ del uribismo
Luego de ocho horas de debate y en medio de una confusión por saber qué artículo se estaba aprobando, los senadores del Centro Democrático miembros de la comisión primera apoyaron eliminar la reelección, medida a la que se opusieron desde el inicio de la agenda legislativa.
El particular hecho se dio tras la presentación de una proposición de la senadora Paloma Valencia, que señala eliminar la reelección inmediata pero darle la oportunidad a quien haya ostentado el cargo de Presidente de volverse a lanzar sólo una vez más y después de cuatro años.
La proposición se iba a someter a votación, sin embargo se estaba considerando el proyecto de acto legislativo del gobierno y el uribismo creyó estar votando por lo expuesto por Valencia. El único voto en contra fue el José Obdulio Gaviria, quien aseguró que sí sabía lo que estaba haciendo, a diferencia de sus homólogos uribistas Alfredo Rangel, Jaime Amín y Paloma Valencia. Momentos después el ministro del Interior Juan Fernando Cristo se mostró satisfecho, pues “se logró convencer al Centro Democrático” de adoptar la medida del Gobierno, aunque ellos –al parecer- no se dieron cuenta de hacerlo.
“Los medios hicieron fiesta con eso”, dijo Jaime Amín, férreo congresista uribista, durante n la continuación del debate sobre la reforma instalado este miércoles. Bajo este marco, la mesa directiva de la comisión decidió reabrir la votación con el fin de que el uribismo corrigiera el escrutinio que hicieron un día antes.
El Polo se la juega por su propia reforma y rechaza reelección de alcaldes
La colectividad radicó este martes su versión del proyecto, dado que no están de acuerdo con el proyecto presentado por el Gobierno Nacional. De igual forma confirmaron que tampoco están de acuerdo con la reelección de alcaldes y gobernadores.
“Eso es un engendro. Uno no puede saltarse la voluntad ciudadana con el cuento de que se reúnen 100 o 200 compadres políticos y, entonces, les alargan el periodo a sus propios compadres. ¡Por favor! Algún recato. Un mínimo de vergüenza en las cosas que se le plantean al país”, explicó Jorge Enrique Robledo, senador del Polo Democrático. En seguida anotó que dicha propuesta “debe repudiarse porque ese es, en buena medida, el sistema de la ‘partidocracia’. Todo lo convierten es para utilizar el poder para reelegirse”.
De acuerdo con declaraciones oficiales del partido, la reforma que se plantea busca la perdida de investidura para los congresistas, concejales y ediles que actúen con criterio de “ordenadores del gasto”
“El poder Ejecutivo no podrá usar el presupuesto para que los congresistas voten a favor o en contra de un proyecto de ley (…) hay que tener garantías en ello”, menciona el proyecto del partido.
Durante la sesión del martes el senador del Polo, Alexander López, hizo énfasis en que el escrito hecho por el partido debe ser acogido por los autores de la reforma para darle espacio a lo que se propone desde la oposición.