Cien días del distrito en el Bronx

“Ellos creían que nosotros íbamos a estar ese día y nos íbamos a ir, después pensaban que íbamos a estar unos días y nos íbamos a ir, y ya llevamos cien días haciendo presencia permanente en la zona del Bronx”, afirmó la secretaría de Integración Social, Teresa Muñoz, a propósito de los cien días desde que se intervino esta zona de la ciudad.

Confidencial Colombia: ¿A qué se refiere cuándo se habla de disminución de la segregación?

Teresa Muñoz Lopera: La Bogotá humana tiene en su desarrollo tres ejes fundamentales, y uno de ellos es la disminución de la segregación, es decir, poner en el centro de todo nuestro hacer la dignidad que debe tener el ser humano. Por lo tanto, la tarea que tenemos es atender la gente que está en alta vulneración de derechos, así que identificamos grupos poblacionales y tomamos decisiones políticas para que esos grupos poblacionales puedan realmente entrar en acciones que redunden en la disminución de su segregación.

C.C: ¿Y esto específicamente con cuáles grupos poblacionales tiene que ver?

T.M: Tiene que ver con el tema de habitabilidad de calle, pero también tiene un grupo de personas que no alcanza a identificarse el número, y se habla del 10% de la población colombiana, que es el sector LGBTI, por lo tanto la asistencia de este grupo poblacional podríamos decir que es de alrededor de 800 mil personas, más las comunidades étnicas, más las personas con una discapacidad, más las personas que están en situación de desplazamiento, digamos que son grupos poblacionales que han estado segregados y discriminados de posibilidades de desarrollo.

C.C: ¿Cuáles son las tareas que tienen encomendadas para reducir los índices de segregación. En el caso específico de los habitantes de calle?

T.M: Crear lugares para garantizar saber, además de crear oportunidades.

C.C: ¿Dónde?

T.M: La manera que tenemos aquí es hacerlo donde socializan, donde parchan, donde conviven.

C.C: ¿Cómo hicieron para ubicar los lugares donde se concentraba la población habitante de calle?

T.M: Desde la secretaría de integración tenemos unas cartografías de dónde está el habitante de calle, (que según el censo de 2011 son 9614 personas) y hemos identificado un corredor grande de transitabilidad y permanencia, que es el corredor de la Candelaria, Santa Fe, Mártires, Barrios Unidos, Teusaquillo, Chapinero, esto quiere decir que este proceso de intervención tiene que ser más contundente allí.

C.C: ¿Qué otros factores influyeron para tomar la decisión de intervenir la zona del “Bronx”?

T.M: Estas acciones se tratan de no sacarlos de su proceso de socialización. Por ejemplo, la zona llamada la L del Bronx, (que con la intervención nos dimos cuenta que es una H inversa) tiene esta función, más de 2000 personas conviven allí, allí también tienen su parche, pero también tenían su “cambuche”, parte de la tarea que estamos haciendo en este lugar, es que como estos también fomentaban y propiciaban acciones de ilegalidad como el consumo de sustancias psicoactivas, procesos de microtráfico, personas en el ejercicio de la prostitución… tomamos la decisión de intervenir la zona, pero con acciones sociales que resignificaran el territorio, pero ese territorio que ya para ellos y para ellas socioculturalmente les es propio, es poder garantizar condiciones de dignidad en un lugar que les es propio.

Esta es la Bogotá humana diciendo hay que ir donde la gente lo requiere, lo necesita, ir a la zona del Bronx es ir a donde está el habitante de calle a generarles condiciones de dignidad.

C.C: ¿Cuál ha sido el mayor reto?

T.M: La toma de la decisión de ingresar.

C.C: ¿Por qué?

T.M: El reto fue grandísimo porque la manera como se comparte el territorio, es un territorio que tiene un control de actores armados ilegales que tenían el control de sustancias psicoactivas, el control de armas… así que, por ejemplo, cuando empezamos a buscar predios para montar el jardín infantil y el comedor comunitario, empezaron a llegar mensajes para no permitir el lugar para la alimentación o el jardín al no ser que pasara por permiso de ellos (actores armados ilegales).

C.C: Entonces ¿Qué decisión se tomó al respecto?

T.M: Una de las primeras decisiones que tomamos y que asumimos, fue es decir que montábamos el comedor y el jardín sin autorización de un actor, el cual no tiene porque mediar en un proceso de estos, que es social y además es público, en la medida con un grupo ilegal se está cediendo el control, se está cediendo la posibilidad de una intervención real desde el distrito.

Así que lo primero fue tomar la decisión de entrar y asumir los riesgos, de montar lo que queríamos, sin la autorización de estas personas.

C.C: ¿Cuántos predios debieron visitar antes de encontrar las instalaciones donde funcionan el comedor y el jardín?

T.M: Cada vez que mirábamos un predio y lo íbamos a arrendar siempre había situaciones que lo impedían, como amenazas al dueño… para poder poner el jardín y el comedor tuvimos que visitar entre 10 y 15 predios antes que alguien tomara la decisión de arrendarnos.

C.C: No obstante con el comedor existieron algunos inconvenientes…

T.M: En diciembre, cuando decidimos abrir el comedor, hubo dos intentos de robo, después hubo una acción más contundente, se robaron las pipetas de gas y le prendieron candela, además, amenazaron a la persona que estaba al frente del comedor, (la persona sigue intimidada), también me llegaron de manera directa comentarios sobre la situación de lo que estaba pasando allí, en ellos me decían que no podía estar en el lugar, que tenía que asumir las consecuencias. No obstante, la tarea aquí es que hay que seguir y hay que insistir, por tanto en enero volvimos a abrir el comedor e inmediatamente abrimos el jardín infantil La Libelulosa para 70 niños y niñas.

C.C: Excluyendo estos incidentes, ¿cómo recibieron los habitantes del sector el comedor?

T.M: Inicialmente abrimos el comedor para 250 cupos, (un poco mirando cómo era la reacción), pero el habitante de calle lo recibió muy bien, a tal punto que ese comedor paso a entregar 600 almuerzos diarios.

C.C: Exactamente ¿Qué fue lo que sucedió el 19 de febrero y la razón por la que estamos celebrando cien días en el Bronx?

T.M: Fue el 19 de febrero cuando decidimos entrar a terminar con el tema de los “cambuches”, a recuperar el espacio público, a hacer limpiezas de andenes, todo el trabajo que estamos haciendo hasta ahora para poder garantizar dignidad, no solamente en las personas, sino también en su entorno, para que este sea agradable.

C.C: En esta ocasión los habitantes de la zona fueron desalojados, ¿Qué pasó cuando regresaron?

T.M: Tuvieron expresiones fuertes de las que suelen usar y que yo no puedo repetir, pero de alguna manera estaban muy sorprendidos porque nunca habían visto que la calle fuera tan grande, tan amplia.

C.C: ¿Qué pensaban al respecto?

T.M: Ellos creían que nosotros íbamos a estar ese día y nos íbamos a ir, después pensaban que íbamos a estar unos días y nos íbamos a ir, y ya llevamos cien días haciendo presencia permanente en la zona del Bronx.

C.C: Además de las jornadas de salubridad ¿qué otras acciones se están llevando a cabo?

T.M: Por ejemplo, dentro del proceso se han hecho más de 800 entrevistas en la zona, identificando cuanto tiempo llevan los habitantes de calle en este lugar, además de sus habilidades capacidades y talentos, porque la idea es que identificación de potencialidades, habilidades y saberes.

C.C: ¿Qué impacto tienen los allanamientos que hace el CTI en la labor que ustedes realizan?

T.M: Para la labor que realiza la Fiscalía y el CTI tendrá un impacto positivo, porque es la incautación, la búsqueda de personas que estén en la ilegalidad, pero para el trabajo que hacemos tiene un impacto negativo porque cuando ingresa, la Fiscalía, el CTI, el Ejercito, al día siguiente la gente está molesta y empieza a atacar el proceso social que hacemos allí, ya varios de nosotros hemos sido agredidos con tierra, con piedras, hasta con mierda, nos han tirado física mierda.

C.C: ¿Qué es lo más gratificante de llevar a cabo estas labores?

T.M: Las miradas que hay hoy son tan diversas […] hay momentos que tiene que ver con encuentros de familias, (se han encontrado más de diez miembros de familias) Por ejemplo, hubo uno muy bonito, de un señor que llevaba más de seis meses en el Bronx y que a partir de este proceso y con el apoyo d la Secretaría de Integración Social pudo retomar a su lugar de origen, que era el Arauca, pero también se han hecho encuentros muy dolorosos de familias que encuentran a la persona, y la persona dice: “no, yo quiero seguir acá, este ha sido el lugar donde ya me quedado” y es muy doloroso saber que la familia se devuelve sin su ser querido, aunque se va con tranquilidad de saber que está vivo y que está bien.

C.C: ¿Cuál es el proceso que deben seguir los habitantes de calle para acceder a la rehabilitación?

T.M: Ellos tienen la posibilidad de tomar un proceso terapéutico, entonces entran al hogar el camino, que es un hogar que tenemos destinado para dicha labor, para ello, primero entran al hogar de paso uno, allí se alimentan, se asean, se hace la primera atención psicosocial y cuando la persona toma la decisión, entonces va al hogar de paso dos, allí puede estar un tiempo mayor y puede descansar y tener una mayor atención, ya que la decisión de entrar a un proceso terapéutico es voluntaria. Finalmente, pasan al hogar el camino, allí la persona entra en un proceso, algunas lo continúan y otras se vuelas y nosotros tampoco podemos obligarle porque todo esto es voluntario.

C.C: ¿Cómo percibe la gente este proceso?

T.M: Eso también es algo gratificante, la manera como las personas ven hoy el proceso que estamos llevando a cabo en el Bronx, y toman la decisión de venir a acompañarlo, a apoyarlo, a hacer acciones de cuidadanía.

C.C: ¿Cómo cuáles acciones?

T.M: Una organización que estuvo en el diseño de un camión que pudiese movilizarse en la ciudad, haciendo un proceso de atención de salud mental y física, de manera voluntaria y altruista decidieron ponerse al servicio, entonces es gratificante que otras personas cuando se enteran de lo que estamos haciendo donen, en este caso donan tiempo y saber.

También el grupo Latin Latas que han tomado la decisión de apoyarnos, la Universidad Distrital, la Universidad Nacional… esa es la tarea de decirle a los ciudadanos y ciudadanas, que si nos movilizamos a tener acciones de cuidadanía podemos garantizar hacer un proceso de transformación con quienes están en alta vulneración de derechos.

C.C: ¿Cómo puede colaborar un ciudadano que no esté vinculado a ninguna entidad?

T.M: Cuando uno decide pasar de ser ciudadano y ciudadana a ser cuidadano y cuidadano es una labor de cuidar al otro y la ora, entonces en una acción de esas, se puede realizar acciones muy sencillas como por ejemplo: si tú tienes la oportunidad de alimentarte, pero tienes la oportunidad de alimentar a alguien más, entonces paga un almuerzo en un restaurante para que alguien que tenga hambre pueda pasar allí, sentarse y comer decentemente.

En lugar de dar limosna, -porque este es un tema como la habitabilidad de calle se fortalece, porque tú crees que sos un buen ciudadano cuando entregas una moneda y das limosna y esa no sería la tarea- pero cuando hacemos una acción cuidadanía, podemos coger esa moneda y pagar algo que sea garantía de alimentar a alguien, que solamente se le dé en un restaurante. No que se lo den, porque se lo llevan y lo venden para poder asumir el costo de la bicha (la bicha es la manera como se entrega la droga en la zona del Bronx) en últimas si tú das una limosna, tú terminas dándole la dosis.

C.C: A largo plazo ¿cuál es la meta?

T.M: En esta intervención que es inmediata, se les atiende a 1500 personas diariamente en las necesidades básicas, un segundo momento será el de la adecuación de espacios físicos y en un tercer momento, la idea es poder tener y darle cumplimiento a la ciudadela del cuidado del habitante de calle.