Cinco décadas de guerra diplomática

La historia de las relaciones truncas entre los Estados Unidos y Cuba es la historia de dos bloques ideológicos contrapuestos. Dos bloques que desaparecieron hace más de veinte años pero que sigue proyectando su sombra el ordenamiento mundial actual. El anuncio del reinicio de las relaciones diplomáticas entre ambos países supone un precedente histórico y abre la puerta para el fin del bloqueo que sufre la isla hace más de cinco décadas.

Estados Unidos siempre tuvo a Cuba como una de las joyas de su corona en el Caribe, desde que se enfrascara en la Guerra Hispanoamericana contra España por la supremacía en la isla, la de los norteamericanos ha sido una posición de dominio sobre las Antillas.

En 1898 el poder colonial español aún sobrevivía en Cuba, Estados Unidos entró en guerra con la potencia colonial gracias al pretexto de la explosión y hundimiento del Maine, buque de bandera estadounidense. La investigación no se hizo antes de culpar a España de hecho con lo que iniciaron las acciones bélicas.

El conflicto tuvo como consecuencia que hasta 1902 Cuba logra su independencia de España pero pasa a ser una posesión estadounidense, al igual que isla de Puerto Rico, Guam y el Archipiélago de las Filipinas.

El poder de Estados Unidos se mantuvo de manera constante sobre la isla hasta la década de los 50. Durante ese periodo fue un secreto a voces que la isla era el refugio de la mafia estadounidense, destacándose figuras como Meyer Lanski.

Es con la Revolución Cubana, encabezada por Fidel Castro, Ernesto “Ché” Guevara, Raúl Castro y Camilo Cienfuegos, entre otros, que se da una separación real de la influencia de la potencia estadounidense en los asuntos de la isla. El triunfo de los revolucionarios cubanos en 1959, fue visto en un primer momento con simpatía por la prensa y la sociedad norteamericana. Sin embargo, el gradual acercamiento de Cuba con el bloque socialista, dominado por la Unión Soviética, trajo consigo que desde la Florida se empezara a pensar en planes para derrocar a Castro.

En 1961 se da una ofensiva diplomática por parte de ambos gobiernos ya que el número de funcionarios cubanos en suelo norteamericano solo podía ser de 11, algo que los cubanos exigieron para quedar en igualdad de condiciones. El duro cuestionamiento hecho por Fidel Castro llevó a que el gobierno de Estados Unidos decidiera el rompimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Es así como en ese mismo año se organiza un desembarco de mercenarios cubanos anticastristas, que vino precedido por acciones terroristas y bombardeos en la isla, todo ello con el apoyo de la C.I.A. Esta acción no tuvo éxito y pasó a ser uno de los mitos fundacionales de la revolución cubana, conocido como la “Invasión de Playa Girón”.

A partir de ese momento las tensiones propias de la Guerra Fría, entre un bloque cercano a Estados Unidos y uno alineado con la Unión Soviética. En el transcurso de un año el conflicto diplomático llegó al punto de que Washington decidió liderar un bloqueo y embargo económico y comercial a la isla, que se mantiene hasta hoy.

Como consecuencia del bloqueo la adhesión de Cuba al bloque socialista fue abierta y se convirtió en un punto de avanzada para los soviéticos, que nunca antes habían estado tan cerca, logística y militarmente, de los Estados Unidos. Uno de los hechos que ejemplifican este fenómeno es la crisis de los misiles, en 1963, cuando el gobierno de Nikita Jruschov decidió instalar misiles nucleares en la isla,

Este hecho llevó a que la tensión entre los estadounidenses y los soviéticos alcanzara el punto más alto en la historia, poniendo al mundo al borde de una guerra nuclear.

A partir de ese momento, la situación entró en una tensa calma propia del conflicto entre ambos bloques ideológicos. Durante este periodo de tiempo el apoyo de Cuba a los diferentes movimiento guerrilleros latinoamericanos, africanos y asiáticos hizo que el gobierno de La Habana fuera declarado como aliado del terrorismo por parte de Washington.

Por su parte, varios agentes anticastristas llevaron a cabo acciones terroristas en contra de intereses cubanos. Uno de los más célebres es el caso de Luis Posada Carriles quien fue el autor intelectual del atetado contra el vuelo de Cubana de Aviación número 455, en el que murieron 73 personas en 1976. También se le acusa de varios atentados con bombas en la isla en 1997. Posada Carriles ha sido protegido por Estados Unidos desde que fuera buscado por la responsabilidad de esos hechos.

Con el derrumbe del socialismo en 1990 y la disolución de la Unión Soviética, Cuba quedó en una suerte de orfandad que la llevó a sufrir el peor momento económico y social de su historia. Por su parte Estados Unidos, en 1992, hizo del bloqueo una Ley y de esa forma aumentó la presión sobre la frágil economía cubana.

En 1998, cinco cubanos que eran agentes de inteligencia fueron capturados por las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos y fueron detenidos. Esta detención generó una movimiento de solidaridad a escala global y se convirtió en una de las banderas con que Cuba se mantuvo en su posición antagónica frente al gobierno de Washington.

Por su parte, Alan Gross, quien trabajaba para Usaid como contratista, fue detenido por las fuerzas de seguridad cubanas acusado de ingresar de manera ilegal, tecnología de telecomunicaciones que tendrían como destino grupos disidentes de la isla.

Con el anuncio de este 17 de diciembre de que las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos serán reanudadas y que los tres cubanos restantes de los cinco que estaban detenidos en Estados Unidos quedan libres, al igual que Alan Gross, se empieza a cerrar una brecha profunda entre los dos países. Una brecha que se extendió por más de cinco décadas, que sobrevivió al fin de la Guerra Fría y que separó a dos países que se encuentran a solo 150 millas el uno del otro.

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