La explosión de un nuevo coche bomba en un suburbio de Damasco se cobró hoy un número de víctimas aún sin determinar, en la segunda explosión en una semana registrada en la zona, cuya población es mayoritariamente drusa y cristiana.
El opositor Comités de Coordinación Local (CCL) informó en un comunicado de que cuatro personas murieron en el atentado, entre ellos una mujer y un niño, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) reportó numerosos heridos sin precisar una cifra exacta.
La explosión de hoy, ocurrida en la rotonda de Al Wahda, infligió importantes daños materiales en este distrito, que se ha mantenido leal al presidente sirio, Bachar al Asad, desde el inicio de la rebelión en marzo de 2011.
Yarmana, situado al sureste de la capital siria, fue blanco el pasado martes 28 de agosto de la explosión de un coche bomba durante la celebración de un funeral, en la que fallecieron 12 personas y 48 resultaron heridas, según la televisión siria, que acusó a “terroristas”.
Los rebeldes, por su parte, se desvincularon de este atentado y aseguraron que las fuerzas del régimen estaban detrás del mismo y que quieren responsabilizar a los rebeldes para atemorizar a las minorías y conseguir su apoyo.
En los 18 meses de conflicto, varias explosiones de coches bomba han sacudido la capital, en el sur del país y Alepo, en el norte.
Ayer mismo, se registraron dos explosiones en el barrio de Abu Rumaneh, en el corazón de Damasco, cerca de varios edificios militares, entre ellos la sede del Estado Mayor, que sí fueron reivindicadas por los rebeldes.
Mientras, en el resto del país prosiguieron hoy los combates entre ambos bandos y los bombardeos de las tropas gubernamentales contra los feudos rebeldes, en especial en la provincia de Alepo, donde fallecieron una veintena de personas.