Una denuncia penal de Canal Capital, otra de Jimmy Chamorro y una ruptura en el Congreso componen la avalancha de reacciones que desató la polémica intervención de Álvaro Uribe Vélez en el debate sobre paramilitarismo.
El debate prometía una gran controversia. El pulso entre Álvaro Uribe Vélez e Iván Cepeda dejó un daño colateral que tendrá que reparase en las cortes, pero las heridas de seguro tomarán tiempo en cicatrizar.
A Uribe le esperan dos denuncias penales en su contra. Una del senador Jimmy Chamorro y otra de Canal Capital. La primera responde a una acusación que hizo el jefe del Centro Democrático en la que relaciona a Chamorro con carteles de la droga y dice que él recibió cheques vinculados con el narcotráfico. El congresista de La U respondió argumentando que el material probatorio por el que se le acusa es una calumnia y que dicha jugada “corresponde a la costumbre de Uribe de acudir a la injuria”. Hay quienes dicen que a Chamorro le salió el tiro por la culata, pues ayudó a la instalación del debate citado por Cepeda y terminó llevándose encima una fuerte denuncia. Sin embargo, el parlamentario asegura que irá hasta la última instancia judicial para descalificar lo dicho por Uribe. Así se llevó a cabo uno de los debates más calientes y esperados del nuevo Congreso
Bajo este marco transita la segunda demanda, anunciada por Canal Capital. Hollman Morris, el gerente, declaró que tomará acciones legales en contra del exmandatario, luego de que este calificara al canal como un “instrumento servil al terrorismo”.
“Por faltar a la verdad y por la indignación que produce este tipo de difamación, Canal Capital procederá a instaurar las denuncias penales correspondientes contra el Senador Álvaro Uribe”, señala un comunicado difundido por la estación pública de Bogotá. El mismo pide al Gobierno Nacional medidas para la protección del derecho a la libre expresión y responsabiliza a Uribe de cualquier daño que pueda llegar a causar lo esgrimido por él en el debate.
Otra acción judicial tramitada en la corte la hizo el propio senador Uribe, quien se salió del debate momentos antes de que Cepeda iniciara su intervención para dirigirse a la Corte Suprema de Justicia. Según explicó, puso ante la rama judicial una denuncia en contra del Gobierno, Canal Capital, Telesur e Iván Cepeda por orquestar el debate para difamarlo con la ayuda de las Farc.
El impacto de lo que dijo Uribe -se retiró dos veces del recinto y se fue lanza en ristre en contra de Germán Vargas Lleras, el ministro Juan Fernando Cristo, Chamorro y Cepeda- también provocó fracturas en el Congreso. El Centro Democrático tuvo que sobrellevar la cólera de varios parlamentarios que sintieron que lo registrado no tuvo carta de presentación. Vea el eco mediático y el escándalo que provocó la sesión.
Por ejemplo, Claudia López, de la Alianza Verde, comparó al exmandatario con una sanguijuela corriendo por una alcantarilla luego de que este se retirara por segunda vez del encuentro que aún no había terminado. En respuesta, Paloma Valencia y Alfredo Rangel, férreos senadores uribistas, pidieron respeto por Uribe y sentenciaron que el debate del paramilitarismo era ilegal porque “hay un claro conflicto de intereses de Cepeda por Uribe”, mencionó Valencia.
La bancada insistió que odios personales motivaron la realización del debate, calificado por varios senadores como un acto “bochornoso” o un mero “espectáculo”.