Colombia conmemora el Día de las Lenguas Nativas

El 21 de febrero se celebra el Día Internacional de la Lengua Materna y Día Nacional de las Lenguas Nativas, el cual se estableció en Colombia a partir de 2010 como fecha para resaltar la importancia de esta riqueza cultural.

El Ministerio Cultura, a través de su Dirección de Poblaciones y el Instituto Caro y Cuervo, ejecuta políticas para salvaguardar el patrimonio lingüístico de la Nación. “La diversidad cultural y lingüística se sostiene por sus prácticas, por la comunicación de la tradición y por el orgullo que siente cada persona por sus raíces y por su lengua. Preservar las lenguas nativas, es preservar a los pueblos que las hablan”, aseguró la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba. Por estas razones, el Ministerio de Cultura ha incrementado sus esfuerzos para fortalecer los escenarios de transmisión de la palabra en los diferentes grupos étnicos del país.
A través de actividades como ‘Los círculos de la palabra’ se ha facilitado escenarios para la reflexión y la trasmisión de los saberes en las comunidades. El Instituto Caro y Cuervo ha apoyado estás acciones con actividades de formación, investigación, difusión y desarrollando diferentes herramientas como los diccionarios virtuales de las lenguas nativas.
La conmemoración del Día de las Lenguas Nativas se estableció en Colombia a partir de 2010 a través de la Ley de Lenguas 1381, donde se declara el 21 de febrero como fecha para destacar la importancia de esta riqueza cultural que se suma a la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna proclamado por la ONU en 1999.
Las lenguas nativas de Colombia constituyen parte integrante del patrimonio cultural inmaterial de los pueblos que las hablan, y demandan por lo tanto una atención particular del Estado y de los poderes públicos para su protección y fortalecimiento. La pluralidad y variedad de lenguas es una expresión destacada de la diversidad cultural y étnica de Colombia…” Ley 1381 de 2010.
La UNESCO en repetidas oportunidades ha vaticinado que si nada se hace, la mitad de los 6.000 idiomas hablados actualmente en el mundo desaparecerá a finales de este siglo. Una lengua permite diferentes formas de ver el mundo, percibir la realidad de una comunidad ancestral y comprender la diversidad del patrimonio cultural de un país.
Según Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en Colombia se hablan 70 lenguas: el castellano y 69 lenguas maternas. Entre ellas 65 son lenguas indígenas, 2 lenguas criollas (palenquero de San Basilio y la de las islas de San Andrés y Providencia – creole), la Romaní o Romaníes del pueblo Room – Gitano y la lengua de señas colombiana. Además de las variaciones regionales como el costeño, el paisa, el pastuso, el rolo, etc.

Las 65 lenguas indígenas existentes son: Achagua, Andoque, Awapit, Bará, Barasano, Barí Ara, Bora, Cabiyari, Carapana, Carijona, Cocama, Cofán, Cuiba, Curripaco, Damana, Desano, Embera, Ette Naka, Hitnu, Guayabero, Ika, Inga, Kakua, Kamsá, Kichwa, Kogui, Koreguaje, Kubeo, Kuna Tule, Macuna, Miraña, Muinane, Namtrik, Nasa-Yuwe, Nonuya, Nukak, Ocaina, Piapoco, Piaroa, Piratapuyo, Pisamira, Puinave, Sáliba, Sikuani, Siona, Siriano, Taiwano, Tanimuca, Tariano, Tatuyo, Tikuna, Tinigua, Tucano, Tucuná, Tuyuca, Uitoto, Uwa, Wanano, Wayuunaiki, Wounaan, Yagua, Yanuro, Yuhup, Yukpa, Yuruti.

Para los pueblos indígenas y sus más de 400 mil hablantes en 30 de los 32 departamentos de Colombia, la lengua materna es más que un instrumento para la comunicación; la lengua estructura el pensamiento, crea vínculos, articula relaciones sociales y con el cosmos, trasmite la esencia, tradición y sabiduría de generación en generación. La lengua crea, aconseja, acompaña, transforma, sana…

“Esta celebración es muy importante para los pueblos indígenas, para reiterar al gobierno nacional y a los gobiernos del mundo, su responsabilidad de garantizar la vigencia y permanencia de las lenguas maternas, a partir del respeto por la autonomía y educación propia, como bastión principal para conservar las más de 65 lenguas indígenas que perviven en nuestro país, pues ellas son pilar para salvaguardar la cultura y pervivencia de los pueblos indígenas, especialmente los más de 60 pueblos que hoy se encuentran en riesgo de exterminio, tanto física como cultural en Colombia”, señaló Luis Fernando Arias, Consejero Mayor de la ONIC.

De ahí que la Organización Nacional Indígena de Colombia – ONIC, demanda que las palabras de la Ministra de Cultura, Mariana Garcés, cobren vida y se vean reflejadas en acciones afirmativas.

Y más aún, que muchas lenguas nativas están en peligro de extinción como sus pueblos, según estudio de la Universidad de los Andes y el Centro Colombiano de Estudios de la Lengua Aborígenes – CECELA “3 tienen más de 50.000 hablantes, wayú, paez, embera; 8 tienen entre 10.000 y 50.000 hablantes (guahibo o sikuani, guambiano, arhuaco o ika, inga, ticuna contando los hablantes de Perú y Brasil, tucano contando los hablantes de Brasil, cuna contando los hablantes de Panamá, piaroa contando los hablantes de Venezuela; 9 tienen entre 5.000 y 10.000 hablantes (cuaiquer o awá, kogui, waunana, puinave, wuitoto, curripaco contando los hablantes de Venezuela, piapoco contando los hablantes de Venezuela, yaruro más que todo presente en Venezuela, yuco contando los hablantes de Venezuela); 11 tienen entre 1.000 y 5.000 hablantes (tunebo o u’wa, cubeo, camsá, wiwa, barí, cofán, cuiba, coreguaje, sáliba, guayabero, yagua contando los hablantes de Perú); 34 tienen menos de 1.000 hablantes (totoró, barasano, desano, wanano, piratapuyo, achagua, andoke, bará, bora, cabiyarí, carapana, carijona, chimila, cocama, hitnu, macuna, cacua, nukak, hupda, yuhup, miraña, muinane, nonuya, ocaina, pisamira, siona, siriano, tanimuka, tariano, tatuyo, tinigua, tuyuca, yucuna, yurutí)”.

A juzgar por el conocimiento actual de las lenguas, culturas y Pueblos Indígenas, no es absurdo pensar que han podido hablarse en estos últimos cinco siglos más del doble de las lenguas actualmente habladas, o sea que han podido desaparecer en ese tiempo más de setenta lenguas nativas. En el último siglo las lenguas que desaparecieron y de las que se tiene algún testimonio, sin prejuzgar de otras que también pudieron extinguirse, son las siguientes: en la costa atlántica elkankuamo (familia Chibcha) de la Sierra Nevada de Santa Marta; en el valle del río Magdalena el opón-carare y el pijao (familia Caribe); en la Amazonía el resígaro (familia Arahuaca). Queda por averiguar la suerte del andakí, del yurí, del betoi, entre otros como el kankuamo, zenú y muisca que están en proceso de recuperación y revitalización.

Por ejemplo, el mhuysqhubun, lengua nativa del pueblo Muisca (Mhuysqa), que habitó el territorio hoy llamado Bogotá (Muequetá / Bacatá), fue declarada extinta oficialmente en el siglo XVIII, sin embargo, dejó huella en el habla de los habitantes del Altiplano Cundiboyacense en lo que hoy es considerado muisquismos, como los nombres de sus territorios: Timiza, Bosa, Chucua, Tunjuelito, Usaquén, Soacha, Suba, Fontibón, Teusaquillo, Bochica, Bachue, Chía, Fusa, Cota, Zipaquirá, Tunja… Es en estas épocas, cuando despierta lo que se creía muerto: la historia y memoria ancestral. Memoria guardada en los territorios y que se niega a desaparecer, memoria que inquieta a sus habitantes y descendientes, memoria lingüística que pide a gritos su revitalización.

Con información de Comunicaciones ONIC