Desde tempranas horas de la mañana la marcha por la vida movilizó varios miles de personas que confluyeron en la Plaza de Bolívar de Bogotá para pedir una Colombia en paz en la que la vida sea sagrada. La movilización terminó hacia las tres de la tarde.
La marcha por la vida transcurrió en completa calma por las calles de Bogotá. Desde las 8 y media de la mañana de este domingo 8 de marzo varios miles de personas se concentraron en el Parque Nacional y en el Parque del Renacimiento para acompañar la iniciativa de Antanas Mockus de marchar por el respeto a la vida.
Las marchas que tomaron la carrera Séptima al sur y la calle 26 al Oriente, convergieron en donde se cruzan esas dos importantes avenidas de la capital. Desde ahí siguieron su trayecto hacia la Plaza de Bolívar.
Familias enteras, personas acompañadas de sus mascotas y grupos de amigos caminaron en un ambiente distendido hacia el centro de la ciudad en donde una tarima reunió los eventos culturales y las intervenciones que dieron cierre a la marcha.
Un concierto de la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá fue seguido por las intervenciones de Carmen Palencia, activista por los derechos de restitución de tierras, Antanas Mockkus y el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro.
Si bien no asistió al acto de cierre, el presidente de la República Juan Manuel Santos hizo acto de presencia en la Plaza de Bolívar durante la marcha. Con su aparición quedó más que claro que el compromiso del Gobierno Nacional con las iniciativas ciudadanas que apoyan y rodean el proceso de paz, es un hecho.
Durante la marcha y en la Plaza de Bolívar se hicieron presentes varias figuras políticas entre las que cabe mencionar a los precandidatos a la alcaldía, Hollman Morris, Rafael Pardo y Carlos Vicente de Roux.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue el momento en que Petro y Mockus estuvieron hombro a hombro en la tarima, y el primero invitó al segundo a seguir construyendo paz y contando con el compromiso de apoyar sus iniciativas incondicionalmente.
Finalmente, Mockus propuso un ejercicio lúdico en el que la confianza era el elemento central. Dos personas se alternaban para sostener a un tercero que debía dejarse caer en los brazos de los ya mencionados. Con esto, el gestor de esta movilización buscaba crear el sentimiento de confianza en el otro sin importar si había un conocimiento previo entre ellos.
A pesar de lo dicho por los opositores a la marcha está fue concurrida, sin llegar a llenar completamente la Plaza de Bolívar. A pesar de ello quedó claro que el clamor por una Colombia en paz, que respete y valore la vida es un anhelo compartido y soñado.