Por fortuna, cada vez son más los colombianos que creemos que la paz duradera en Colombia será posible si todos – tanto Guerrillas como Gobierno y como sociedad civil – nos sentimos corresponsables y necesitados de perdón y reconciliación. Sin el ingrediente de perdón, la paz en Colombia no será sostenible.
Nuestra violencia ha sido el resultado no solamente de factores objetivos (exclusión política, económica, social) sino y sobre todo, de factores subjetivos (rabias, rencores y deseos de venganza) reciclados por décadas y nunca tratados adecuadamente. Mientras es necesario responderle a esos factores objetivos es también urgente – y tal vez más urgente- responder a los factores subjetivos. Dentro de los factores subjetivos, el perdón es el más importante. O por lo menos, es la estrategia que nos falta probar.
Muchos de los rencores y de las violencias históricas han sido causadas por nuestros líderes políticos los cuales utilizan (a veces sin saberlo ellos mismos) la economía política del odio. Quiere decir que estos líderes han promovido el odio como una forma de ganar simpatías, votos y por lo mismo, poder. Lo peor es que estos políticos existen aún hoy en día y fácilmente nos estamos dejando enganchar de sus propuestas violentas.
La primera acción que es indispensable realizar para generar cultura política de perdón es hacernos consciente de que tenemos que acallar nuestro cerebro arcaico, reptílico, cavernario (90% por ciento de nuestra masa cerebral) que nos incita a la rabia, al rencor y al deseo de venganza y más bien instalar y fortalecer nuestro cerebro evolucionado (neo-cortex, un 10% de nuestro cerebro) que nos invita a la bondad, la compasión y la misericordia. Entre más lo usemos, más se desarrolla y más felices y saludables vivimos, dicen los expertos. A algunos de nuestros políticos –empresarios del odio- deberíamos amorosamente hacerlos conscientes de su estrategia cavernaria.
Datos de Medicina Legal en Colombia nos advierten que casi dos terceras partes de los homicidios en Colombia tienen como factor común la incapacidad de las personas para manejar sus rabias, sus rencores y sus ganas de venganza precisamente por vivir con su cerebro reptílico en plena función. La rabia incontrolada del momento, como sucede en el caso de las riñas, es causa de una tercera parte de esos homicidios. La otra tercera parte, es producida por la rabia fermentada que lenta pero segura se va convirtiendo en rencor y poco a poco, va produciendo la urgencia de venganza. Con frecuencia, quien está urgido de venganza o retaliación necesita envalentonarse con alcohol o drogas para actuar lo ya decidido en sano juicio.
Muchas rabias, rencores y deseos de venganza no terminan por fortuna en homicidios, pero si tienen consecuencias muy costosas para las personas que las cultivan: matrimonios y hogares destruidos, niños abandonados, empresas fracasadas, y peor, personas enfermas y tristes.
Algunos pasos básicos para lograr perdonar:
Antes que nada debes entender dos cosas importantes:
Primero: que para perdonar solo te necesitas a ti mismo. El perdón es un ejercicio de aseo personal y de salud interior. No necesitas al ofensor. El perdón es un regalo que te das a ti mismo. Es muy importante que sepas que puede haber perdón sin reconciliación y que mientras la reconciliación es opcional, el perdón en cambio es requisito indispensable para vivir limpios y sanos.
Segundo: que el perdón no es olvidar, ni negar que la justicia haga su curso.
Algunos pasos
Te ofrecemos en seguida, algunos de los pasos que practicamos en las Escuelas de Perdón y Reconciliación (ES.PE.RE), experiencia exitosa en Colombia y en otros países de América Latina (ver www.fundacionparalareconciliacion.org).
1- Es importante que seas consciente que perdonar es un ejercicio difícil y que necesitas un facilitador-a de confianza para que te ayude. Mejor todavía si lo puedes hacer con un pequeño grupo de 3-4 personas. El apoyo de otros que también perdonan es poderoso!
2- Con tu facilitador o grupito vas hacer catarsis o vaciamiento de todo el dolor y los sufrimientos que esa ofensa te ha causado. Posiblemente tu dolor es tan grande que lo deberás hacer varias veces.
3- Te deberás convencer luego que estás en un caos pero que puedes y debes ordenarte: vas a pasar de la oscuridad a la luz.
4- Luego, vas a tomar una decisión heroica: para salirte del camino de la venganza decides instalar ahora tu cerebro evolucionado y comenzar a caminar los caminos de la bondad en lugar de los caminos de la retaliación. Vas a decidir una fecha para perdonar y ese día con los compañeros de tu grupo o con amigos vas a inventarte una celebración especial. Es la celebración de la libertad.
5- De ahí en adelante, vas a comenzar a generar narrativas nuevas acerca de tu ofensor. Vas a pensar en esa persona con pensamientos y con palabras de compasión y de bondad.
En Colombia y en el mundo, millones de personas son testigos del poder transformador del perdón. Tú también puedes lograrlo.
Recuerda que el perdón posiblemente no cambie tu pasado pero ciertamente sí tu futuro!