Comerciantes y nacionales palestinos con residencia en Colombia cuestionaron los ataques de Israel a Palestina y aseguraron que tal y como van las cosas no será viable que surja la paz en oriente próximo en vista que cada vez crecen los odios y las ganas de venganza.
El señor Said Ahmad Makhluf le dijo a Confidencial Colombia que lamentablemente han muerto en la Franja de Gaza cientos de personas inocentes entre las que se cuentan hombres, mujeres, niños y ancianos inermes.
Este refugiado de vieja data que ya goza de la nacionalidad colombiana estuvo cinco meses en Palestina visitando a su familia compuesta por diez hijos y su esposa. Retornó el pasado 15 de octubre para escuchar de nuevo la tragedia de un pueblo que es, según él, perseguido y bombardeado.
“Esta no es la primera vez que Israel hace esto, ese país quiere matar a nuestros dirigentes y a nuestros lideres. Hay un odio muy arraigado por los dirigentes de Hamás y otros partidos políticos. Israel quiere acabar con los hermanos palestinos en la Franja de Gaza, pero se llevaron una sorpresa cuando se vieron atacados con misiles que impactaron en Tel Aviv y Jerusalén. En nuestra religión musulmana hay un dicho viejo que dice ojo por ojo y diente por diente”, aseveró.
El señor Said Ahmad Makhluf lamentó que el mundo esté lleno de injusticias por cuanto Israel está apoyado por las naciones más potentes del mundo, empezando por Estados Unidos en donde la mayoría de congresistas son de origen judío. Lo propio pasa con países de la Unión Europea, Inglaterra, Alemania y Holanda que siempre apoyan a Israel. “Nosotros somos víctimas y nadie nos considera por eso el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina viajará el 29 de noviembre a las Naciones Unidas para aclarar lo que acontece con el estado palestino que no conoce fronteras”.
En su opinión Israel debe entregar los territorios ocupados luego de la guerra de los seis días en 1967 cuando Israel atacó a Egipto a Siria y a Jordania.
Agregó que la paz es lejana y precisó que esta solo sería posible con el retiro de Israel de campos palestinos y reconociendo a Palestina como soberana.
Aclaró que en ningún momento se puede tildar a los palestinos de terroristas por cuanto en esa región del mundo tan solo hay gente defendiendo su vida, su integridad y sus tierras. “El terrorismo se da al contrario y lo promueven los estadounidenses y los israelitas con sus bombas y sus ataques intempestivos que acaban con amigos, hermanos, hijos, abuelos y en general con gente inocente”.
La historia de Said
El comerciante, Said Ahmad Makhluf que cumplirá 53 años de vivir en Colombia llegó a Cartagena como refugiado en 1960 cuando tenía 23 años de edad. Su ingreso al país se dio tras llegar procedente de Líbano, país que lo acogió y lo protegió de las balas enemigas.
Todo empezó cuando las Naciones Unidas le dieron su cartilla de alimentos con la cual recibía mensualmente trigo, harina de trigo, arroz, Azúcar, garbanzo, lenteja y otros víveres. Cualquier día cambió su cartilla por un pasaje en barco que partió de Líbano y tras un mes de navegar llegó a la cálida costa de Cartagena. En la “Heroica” duró 30 días y luego de ello inició su viaje a Bogotá.
“Cogí mis maletas y salí todos los santos días a vender mercancías a crédito y de contado, sí empecé a formar un capital”, anotó este buen hombre de sonrisa permanente, tez morena y una calvicie producto de muchos años de pena y trabajo.
Luego de las ventas callejeras don Said abrió su negocio de ropa para niños y trajes para ocasiones especiales. Su negocio llamado como una ciudad palestina (Nablos) tiene 44 años y es un punto muy movido en la esquina de la calle 11 con carrera novena en la vieja Bogotá.
“Toda mi vida viví en este país y de verdad, yo amo mucho a Colombia”, afirmó Ahmad Makhluf.
Con su esposa, también palestina engendró diez hijos, siete mujeres y tres hombres que decidieron buscar caminos diferentes porque unos se fueron a su ancestral Palestina, otros se quedaron en Colombia mientras que algunos viajaron a Estados Unidos.
Actualmente su señora vive en Ramala, ciudad que en árabe significa Monte de Alá o Monte de Dios. La situación beligerante de Israel le genera gran preocupación por lo que le pueda suceder a su familia que logró consolidar y educar con los negocios de Bogotá.
Este amigo del comercio y casi que patrimonio de los vetustos almacenes del centro comercial de Bogotá es una persona sencilla y muy amable, sonríe y narra toda la calamidad de su amada Palestina dejando que sus ojos negros que brillan tras unos anteojos se queden fijos en la vitrina de su almacén, agitando sus palabras y entrelazando sus ya cansadas manos.
Es una tarde fría, oscura, muy lluviosa y con relámpagos que escriben en las grises nubes, dejando escapar el trueno furioso y de gran sonido que devuelve por segundos a Said a la vida terrible de Palestina.