Un tribunal brasileño condenó hoy a 156 años de cárcel cada uno a 23 policías por el asesinato de doce presos durante la masacre de la cárcel de Carandirú de Sao Paulo, ocurrida en 1992, en la que murieron 111 detenidos.
La sentencia, anunciada de madrugada por el juez José Augusto Nardy Marzagão, se refiere a la primera parte del proceso, que ha sido dividido en cuatro etapas, y en el que se juzgará a un total de 79 agentes por la masacre que sucedió cuando los agentes irrumpieron en la prisión para aplacar un motín.
Otros tres policías procesados en esta etapa fueron absueltos a petición del fiscal, que también pidió que se eximiera a los acusados de la responsabilidad por el asesinato de otras dos víctimas.
Los agentes fueron condenados a la pena mínima, doce años por cada asesinato, y podrán recurrir en libertad, según un comunicado del Tribunal de Justicia de Sao Paulo.
La masacre, ocurrida el 2 de octubre de 1992, sucedió cuando la Policía trató de aplacar a sangre y fuego un motín en el pabellón nueve de Carandirú, la mayor cárcel de Brasil en la época.
La operación fue comandada por el fallecido coronel Ubiratán Guimarães, que fue condenado en 2001 a 632 años de cárcel por esta operación, pero cinco años después fue absuelto en una apelación sin que llegase a cumplir condena.
En esta primera etapa del juicio, que se prolongó seis días, fueron interrogados el gobernador del Estado de Sao Paulo en la época, Luiz Antonio Fleury Filho, quien dijo al tribunal que la orden de entrada al penal “fue absolutamente necesaria y legítima”.
La acusación sostuvo que los 79 policías acusados dispararon aquel día, 2 de octubre de 1992, y que lo hicieron con la “intención de matar” a los presos, que participaban en un motín.
Los policías que declararon admitieron ante el tribunal haber disparado, pero todos ellos dijeron que no pudieron certificar si sus tiros causaron bajas porque el pabellón de la cárcel estaba en “penumbra”.
Para la fiscalía, esto se contradice con el gran número de tiros en la cabeza efectuados y con el hecho de que no hubo heridos en las plantas donde actuó el cuerpo de elite de la Policía Militarizada, la ROTA.
Los 111 muertos recibieron en total 515 balazos, de los que 126 fueron tiros en la cabeza, según del informe forense citado por los fiscales.
Las otras tres fases del juicio se celebrarán previsiblemente este año, según la corte.
Con EFE