El Senado de la República votó este lunes el informe de conciliación y dejó en manos de la Corte Constitucional este mecanismo de participación ciudadana. Si el proceso avanza, los colombianos irían a las urnas para pronunicarse sobre lo acordado en La Habana.
“La intención es preguntar al país si respalda esos acuerdos de paz para ponerle fin al conflicto o si definitivamente considera que no vale la pena pagar ese costo por la paz de Colombia.
…Esperamos que antes de terminar el primer semestre de 2016 los colombianos, luego de esta revisión, puedan ir a las urnas conociendo íntegramente los acuerdos”.
Así lo explicó El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, aclarando que la iniciativa pasará a revisión de la Corte para que examine si hubo vicios de fondo o de forma en la aprobación del Congreso.
Según los aprobado por Senado y Cámara, se necesitan 4.5 millones de votos para que el plebiscito sea aprobado. Es decir, el umbral del 13% de teniendo en cuenta el último censo electoral.
“Quedó muy claro que el Presidente de la República es el que convoca el plebiscito con la firma de todos sus ministros, que será una votación de un solo día, que el umbral va a ser del 13% del censo electoral por el sí para avalarlo, y que habrá equidad e igualdad para los que promuevan el sí y el no”, explicó el senador Armando Benedetti,
La histórica ley aprobada, deja en firme la promesa del presidente Juan Manuel Santos de llevar a las urnas los acuerdos a los que se llegue con las Farc en Cuba.
También se aprobaron las garantías de acceso igualitario a los medios de comunicación para que realicen las campañas a favor en contra del plebiscito. La iniciativa estipula que dichas campañas a favor y en contra de los acuerdos de paz, no serán financiadas por el Estado.
Cabe notar que las Farc tiene un plazo de seis meses para la firma definitiva del acuerdo, plazo que correrá desde el momento de la ratificación del punto de víctimas (precisamente en cuestión este martes).
Si el proyecto sigue sin obstáculos, los colombianos irían a las urnas, por primera vez en la historia, para votar por un acuerdo de paz.