Sin duda la infraestructura y la construcción en el país han presentado un incremento que durante un tiempo ha permitido la innovación de muchas de las ciudades colombianas. Sin embargo, este sector se ha visto opacado por algunas falencias presentadas dentro de procesos de esta índole como el llamado ‘carrusel de las contrataciones’, el cual fue descubierto hace algún tiempo y que hasta al momento sigue teniendo consecuencias no solo para los responsables sino también para el país y la ciudadanía. Actualmente más del 60 por ciento de las contrataciones en el país está concentrado en uno o dos oferentes.
Según la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), advirtió que el 60 por ciento de las contrataciones realizadas en el país están centradas en máximo dos oferentes, por lo que el índice de corrupción y engaño también ha aumentado.
La presidenta de la SCI, Diana María Espinosa Bula, aseguró que para frenar la corrupción se requiere de verdaderos términos de referencia y reglamentación de la subcontratación.
Según la presidenta de la SCI, Diana María Espinosa, se requieren ‘verdaderos términos’ de referencias y pliegos de condiciones que permitan la participación de toda la ingeniería de la pequeña y mediana empresa.
Asimismo, Espinosa indicó que al revisar varias contrataciones se determinó que tanto en las licitaciones públicas, como en las selecciones abreviadas y concurso de méritos se han presentado solo uno o dos oferentes.
De igual manera, insistió en que las exigencias en las licitaciones públicas son requisitos económicos y financieros desproporcionados que impiden la participación de las pyme de ingeniería en el desarrollo de estos procesos.
Por eso, en cada una de las contrataciones es necesario que la subcontratación en estos procesos sea reglamentada, que exista pluralidad de oferentes y tenerse en cuenta la capacidad financiera de los proponentes sino también la “experiencia, la capacidad financiera, técnica y operacional”.