Con una novillada aburrida, los toreros Santiago Gómez, Luis Miguel Castrillón y Santiago Sánchez Mejía intentaron traer alegría a una decepcionada afición que tenía grandes expectativas por un gran espectáculo taurino.
Se corrieron seis ejemplares de la ganadería de Cerro Bermejo. Tuvieron buena presentación, serios, pero en su juego no cumplieron; algunos tuvieron buenos inicios pero al pasar el tiempo se convirtieron en novillos quietos y sin un ápice de emoción.
Santiago Gómez tuvo problemas para acoplarse con el primero, el cual le ganaba los terrenos y lo destapaba continuamente. En el cuarto de la tarde, Gómez se vio un poco mejor, pero la faena no tuvo estructura y aunque hubo voluntad por parte del matador, los novillos tampoco ayudaron.
Luis Miguel Castrillón salió dispuesto a triunfar pero el genio y complicaciones de los toros dejaron ver las inseguridades del torero antioqueño que se sentía incómodo. Al segundo pudo encadenar algunas tandas de calidad pero con poca vibración.
El paisa Santiago Sánchez Mejía se destacó delante de la afición de Manizales por su entrega, pero más que su entusiasmo por saltar al ruedo fue el mal rato que pasó con sus toros. Las faenas se iban desvirtuando a medida que pasaba el tiempo. Los novillos de esta tarde mostraron falta de conexión, por eso, no se les puede entrar con tanta finura. El susto se lo llevó en el sexto, una fuerte voltereta, aparentemente sin consecuencias, fue el final de una tarde de los toros faltos de corazón y enjundia.