Crónicas del Cicatriz Club

El escritor Fabián Mauricio Martínez, reciente ganador del Estímulo a la Creación de la Gobernación de Santander en la categoría novela, presenta este 22 de abril, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá, su ópera prima, El sexo de las salamandras.

Un niño enorme, fuerte, algo moroso, se encuentra, como en el cine, ante esos retos irrepetibles donde se juega su futuro. Un balón de basketball, el tiro decisivo, la niña que le gusta mirándolo expectante y el miedo al escarnio, que se adhiere como un tatuaje. Una niña de cabellos rojos descubre el poder de sus piernas largas en un pueblo asolado por el conflicto entre guerrilla y paramilitares. Su abuela la castiga en noches de luna llena. La soledad, la muerte, la violencia la separan para siempre de esa niñez y la ponen en Bucaramanga a trabajar como prostituta.

Son flashbacks que nos dejan el sabor amargo de lo perdido. Estos dos personajes, P.M y Aura María, ahora adultos, se encuentran para seguir ensoñando, juntando desazones, trabajando en el contexto prostibulario del Cicatriz Club, el antro imaginario donde estos personajes actúan para el lector.

El sexo de las salamandras, la primera novela de Fabián Mauricio Martínez, publicada por el taller editorial Ambidiestro, nos transporta, a través de cortos episodios, a la sordidez de la noche de Bucaramanga, ciudad en donde todo transcurre. Entre medio de la prosa ajustada y vertiginosa se asoma con ferocidad el habla local, la jerga y los sobreentendidos de un ambiente que el autor conoce bien y que reinterpreta con ayuda de la memoria.

“He tomado nota de los modismos, las muletillas y los modos en que se tratan entre ellas. Luego al sentarme a escribir evoco sus voces y las traslado a la novela.” Su formación en letras y en periodismo, los cuentos y las crónicas escritos anteriormente, no dejan de verse en todo el texto. “En El sexo de la salamandras hay mucha investigación periodística. Hay capítulos que están tomados de las voces de entrevistas que hice en Bogotá con chicas que se fueron a trabajar a Aruba y a Panamá, que salieron del país a ejercer la prostitución y a llenarse de dinero en poco tiempo” contó en una entrevista radial. “Ya no es sentarme en la torre de escritor de ficción, en la buhardilla, a hablar con mis demonios y a ver qué me invento.”

Como en Samaria Films XXX, de Rafael Baena, la capacidad de observación le permite a este autor de treinta y cinco años, en medio de una ambiente de malandros, putas, drogas y chorro, salpicar con pinceladas de realidad las historias de ficción. La existencia de un video-club, las paredes pintadas por las autodefensas de las Águilas Negras, las películas de Stallone o Schwarzenegger, las referencias geográficas, prueban la existencia de algo parecido a lo real, cerca nuestro, algo que no estamos viendo pero que suponemos ahí.

El sexo de las salamandras es una novela corta, discontinua, que acelera su ritmo a medida que su final se acerca. Los detalles de los primeros capítulos se agrandan hacia los últimos, se resuelven, cierran. Este montaje nos deja acceder a varios puntos de vista, cambios de voz narrativa, de registro, de tono. Un montaje cinematográfico. “El cine me permitió desestructurar la linealidad del libro”. Y en esta obra, donde la muerte y el sexo son el territorio común de todos los personajes, el autor nos deja inferir que todo llega, inexorablemente. “Quise recoger las voces de esos personajes nocturnos que, cuando despunta el sol, desaparecen.”

Viernes 22 de abril de 2016. 5 00 P.M.

Salón múltiple 4 – Gran Salón Literario Ecopetrol

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