Estos emprendedores, que sufrieron el conflicto armado y el desplazamiento forzado, fueron certificados como microempresarios por la Secretaría de Desarrollo Económico de Bogotá.
Con talleres en áreas empresariales como contabilidad, finanzas, atención al cliente, mercados, comercialización, producción y medio ambiente, la Secretaría de Desarrollo Económico (SDE) impulsó un plan de acompañamiento para que desplazados, víctimas del conflicto armado, mejoren sus actividades comerciales y emprendieran proyectos empresariales.
Tras las capacitaciones, las setenta víctimas generaron sus propios proyectos, que fueron reconocidos por la SDE. El proceso finalizó con la entrega de certificados que acreditan a estas personas de todas las regiones del país como microempresarios reconocidos a nivel distrital.
El proyecto, adelantado por la Subdirección de emprendimiento de la SDE y operado por la Corporación Opción Vida, logró conformar empresas de carácter familiar y colectivo que desarrollan actividades que van desde talleres de confección y almacenes de calzado, hasta parqueaderos y centrales de reciclaje.
Cómo llegar a Bogotá y recuperarse
Testimonio de Ana Berli Benavides, víctima del conflicto y ejemplo de construcción personal y fortaleza.
Llegué a Bogotá en el 2003 junto a mi esposo y mis 4 hijos. Venimos del Huila. Trabajábamos en una finca y los actores armados siempre nos decían que “el hijo está bueno para llevárselo”. Así empezaron una serie de amenazas de distintos grupos, nunca sabíamos quién nos amenazaba. Incluso, llegaron a decirnos que estábamos apoyando a uno u otro grupo. Entonces, decidimos venir a Bogotá.
Llegamos a la casa de una hermana, pero sin nada. Primero, me vine con mis tres hijas pequeñas y, al otro día, llegó mi esposo con mi hijo.
Al principio nos pusimos a trabajar en lo que saliera, en la ‘rusa’, en supermercados, en cualquier cosa. Después, mi hermana me dijo que en la Policía estaban recibiendo gente para trabajar en confección, decidí ir. Trabajé 4 años allá.
Toda mi vida he estado dedicada a la confección. Con los ahorros que iba recolectando fui comprando máquinas de coser, fileteadoras y una máquina plana. Finalmente, renuncié y comencé mi proyecto.
Con la empresa empecé hace tres años. Confecciono ropa para niños, mujeres y hombres. En principio, trabajaba haciendo satélites ya que tenía muy poco para invertir. Un día fui y me presenté en Acción Social y ellos me remitieron a la Corporación Opción Vida, ellos me orientaron en muchas cosas.
Allá nos dieron 500 mil pesos para conseguir tela e iniciar la microempresa. En este momento tengo 3 máquinas planas y dos fileteadoras. En la empresa trabajo junto a mis 3 hijas y, a veces, conseguimos otra persona que nos ayuda.