Defensoría y Gobierno rechazan ataques de las Farc

El Presidente Juan Manuel Santos, afirmó este martes que los recientes ataques perpetrados por la guerrilla de las Farc carecen de sentido y racionalidad. Asimismo, la Defensoría del Pueblo ha registrado 20 acciones armadas por parte de este grupo guerrillero.

Así lo expresó el Jefe de Estado al sancionar el Plan Nacional de Desarrollo 2014– 2018 ‘Todos por un Nuevo País’, en un evento cumplido en la Casa de Nariño.

“Quiero aprovechar la oportunidad para decirles a estos señores de las Farc que esa forma de mostrarle a los colombianos que quieren la paz a través de ataques como los de ayer en el Putumayo, que no tiene ningún sentido, no tiene ninguna racionalidad”, señaló el Jefe de Estado.

El Mandatario advirtió que “con esa forma nunca se van a ganar el respeto de los colombianos. Todo lo contrario”.

Así mismo, el Presidente Santos cuestionó la utilidad de ese tipo accionar por parte de las Farc.

“Ataques terroristas, ataques irracionales. Uno se pregunta: ¿Qué utilidad militar o de otra índole puede traer derramar petróleo para contaminar nuestras fuentes de agua? ¿O dejar sin energía a poblaciones pobres?”, se preguntó el Mandatario.

Por último, el Presidente de la República subrayó que ese no es el camino de cara a la reconciliación en el país y la obtención de la paz.

“Esa no es la vía, no es el camino para lograr esa reconciliación y para hacer esa paz”, puntualizó el Jefe de Estado.

Por otra parte, el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle, calificó como absolutamente reprobables los atentados perpetrados en el departamento del Putumayo y subrayó que el hecho de que se esté negociando en la Habana no significa que se le dé la bendición o la justificación a lo que está ocurriendo.

De la Calle señaló en el programa semanal Agenda Colombia que no se entiende cómo mientras se desarrolla la reforma rural integral, para dignificar la familia campesina, y se llevan a cabo los diálogos en Cuba, ocurran esos actos.

“Realmente estamos en La Habana es para que esto no ocurra y el efecto de esto sobre la población es enorme, porque nadie entiende, es decir, cómo es posible que estemos tratando de buscar la paz, que hayamos pactado la dignificación de la familia campesina, y que ocurran estos actos que son absolutamente reprobables”, expresó.

De la Calle se declaró “tremendamente preocupado con lo que está ocurriendo” y manifestó que “las Farc no pueden seguir atentando, primero contra el medio ambiente, creando una serie de daños absolutamente monumentales, en la naturaleza. Segundo, golpeando a pobres campesinos”.

Si se está haciendo la reforma rural integral para los campesinos “no puede suceder que abran los carrotanques y maten la cachama, el pescado este que le da la vida diaria a miles de campesinos”, agregó.

“Que estemos en la Habana no significa que estemos dándole la bendición o la justificación a lo que está ocurriendo. Eso no lo perdona la sociedad colombiana, eso no puede ser así. Yo creo que tenemos que superar rápidamente esta fase. No podemos estar demorándonos. Tenemos que conseguir rápidamente un acuerdo final”, puntualizó el Jefe del Equipo Negociador del Gobierno.

Van 20 ataques por parte de las Farc


Por su parte, la Defensoría del Pueblo, ha registrado hasta la fecha 20 ataques de las Farc, desde que suspendieron el cese al fuego unilateral. Así ocasionando una emergencia ambiental en Puerto Asís, Putumayo, por el vertimiento de 200 mil galones de crudo.

Las diferentes acciones armadas de este grupo guerrillero han ocasionado varios daños a viviendas, afectando no solo los bienes de los pobladores, sino su integridad.

Por ejemplo, según la institución estatal en Leyva, Nariño se activo un artefacto explosivo contra la estación de policía; en Algeciras, Huila un acueducto fue blanco de un atentado y en la zona rural del Valle de Guamuez un niño de 11 años, sufrió graves heridas al pisar una mina antipersonal.

En este sentido, la Defensoría considera que los países garantes para los diálogos de La Habana, podrían jugar un papel preponderante para que la guerrilla excluya a la población civil de la confrontación y asuma la obligación de acatar esa normatividad internacional, mientras se desarrollan las negociaciones.