Durante la semana, el Consejo de Estado y la Defensoría del Pueblo exhortaron al presidente a involucrar en la mesa de diálogos de La Habana el tema del desminado en el país. Aseguraron que este problema viene azotando de manera flagrante la población civil y este tema podría ser la base para empezar un postconflicto que madure una paz fuerte y duradera.
El primero en pronunciarse respecto al tema del desminado fue el Consejo de Estado. El tribunal supremo hizo un llamado de atención al presidente Juan Manuel Santos para que incluya en las negociaciones de paz el tema de las minas antipersonal para buscar una solución a esta problemática que afecta a la población civil.
De la misma manera consideró imperativo advertir que en todo proceso de paz es fundamental el compromiso en encontrar todos los medios para que el desminado humanitario sea una realidad en la etapa del posconflicto, de ello depende el establecimiento de una paz estable y duradera. “Se exhorta al Presidente de la República, como supremo director de las negociaciones de paz entre las Farc y el Gobierno Nacional, a que incluya como un punto concreto, la problemática de las minas antipersonal; y aunque si bien, es evidente que el acuerdo no garantizaría, por sí mismo, la eliminación del problema en el corto o mediano plazo, se hace imperativo incluir la discusión de este punto de cara a la eliminación completa de este rezago de la guerra que lastimosamente se extendería hasta el período del posconflicto”.
Luego de este aviso por parte del Consejo de Estado, la Defensoría del Pueblo secundó la recomendación y, por medio de Jorge Armando Otálora Gómez, se mostró de acuerdo con la solicitud formulada: “Pese a que el manejo del proceso de paz es del resorte del Alto Gobierno en cabeza del Presidente de la República, consideramos necesario que se tenga en cuenta este tema del desminado”.
Asimismo ratificó que es “una demanda del Derecho Internacional Humanitario” abandonar estas prácticas, además de un buen mensaje de las Farc a la sociedad y un signo de confianza hacia el proceso de paz.
El gobierno ha dado varios guiños de confianza hacia la guerrilla, que se vería correspondido con la creación de una comisión que desarrolle un mapa para el inicio de un desminado. Esta idea podría empezar a llevarse a cabo en el escenario de un postconflicto sólido que involucre realmente a las víctimas de la guerra para trabajar de la mano en las zonas afectadas por las minas antipersonas.
