Nuevas marchas por la indignación causada por el contenido de una conversación entre los dos en donde queda en evidencia que buscan burlar a la justicia para evitar que Lula vaya a la cárcel. Los brasileños piden el fin de la corrupción, la salida del poder de la presidenta Dilma Rousseff y cárcel para el exmandatario.
Miles de brasileños salieron de nuevo a manifestar contra el nombramiento de Lula como ministro de la Casa Civil, una especie de puesto de primer ministro.
Los ánimos de los manifestantes, ya avivados por la prolongada crisis política que atraviesa el país, retomaron fuerza al conocer el nuevo cargo del expresidente, quien está siendo investigado por corrupción y tiene una petición de prisión preventiva.
Sin embargo, el detonante para los brasileños fue la filtración de una conversación entre Rousseff y Lula en la que la presidenta le da aviso a su predecesor del envío de un acta de ministro para firmar “en caso de necesidad”.
Según los investigadores “ven indicios de que la presidenta intentaba ayudar a su compañero de partido, en caso de que el juez Sérgio Moro ordenase su prisión”. Rousseff, se defiende y dice que se trataba de “una llamada puramente burocrática”.
Diálogo
El audio revelado por el juez Moro, es la conversación entre Dilma y Lula donde se evidencia la intención de proteger con los fueros de ministro al expresidente.
-Dilma: Lula, escuchame.
-Lula: Decime, querida. Ajá…
-Dilma: Mirá, estoy mandando a “Bessias” (Jorge Messias, subjefe de asuntos jurídicos de Presidencia) con el papel para que lo tengamos, usalo sólo en caso de necesidad, que es el acta de nombramiento, ¿está bien?
-Lula: Ajá. Está bien, está bien.
-Dilma: Eso, nada más, vos esperalo ahí que está yendo.
-Lula: Está bien, estoy acá, me quedo esperándolo.
-Dilma: ¿Está bien?
-Lula: Está bien.
Como ministro, Lula está aforado y no responde ante la Justicia común, sino ante el Supremo Tribunal Federal. La oposición al Gobierno interpreta el hecho como una estrategia para huir de la investigación del caso Petrobras, liderada por el juez Sérgio Moro.
El abogado de Lula da Silva acusa a los investigadores responsables por filtrar la conversación con Rousseff de provocar una “convulsión social” en Brasil.
Las protestas del miércoles arrancaron con cientos de personas en Brasilia y São Paulo, pero fueron creciendo a medida que pasaban las horas. A las diez de la noche, ya eran miles.
En Brasilia, se concentraron alrededor del Palacio do Planalto, sede del Ejecutivo brasileño. En São Paulo, cortaron la céntrica Avenida Paulista. En varios lugares, los manifestantes se asomaron a los balcones para golpear cacerolas al grito de “Fuera Dilma”, “Fuera Partido de los Trabajadores”. Algunos simpatizantes del PT se concentraron, a su vez, al grito de “¡No habrá golpe!”.