Echeverry sin vacas gordas

La bitácora económica del ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, lleva las cuentas de una economía que creció 5,9% en 2011 en medio de la crisis internacional y recuperó el grado de inversión. Pero las vacas gordas se agotaron y el Ministerio debe prepararse para enfrentar un segundo tiempo sin “los gozosos”.

Con Echeverry abordo, el barco de la economía colombiana empezó a recuperar la estabilidad macroeconómica, uno de los objetivos plasmados en el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014. En 2011, el Producto Interno Bruto (PIB) se expandió a 5,9%, frente al 4,0% de 2010.

El crecimiento se dio en medio del debilitamiento de las economías desarrolladas. A pesar de esto, el sector minero-energético, el consumo privado y la inversión impulsaron la actividad económica; de hecho, esta última creció al 27,1% del PIB, tasa similar al de los “tigres asiáticos”.

El Ministro logró pasar reformas como la de la regla fiscal, la de sostenibilidad fiscal, la de regalías y la Ley 1430 de 2010 (la mal llamada “mini-reforma tributaria”) que le ayudaron a recuperar el grado de inversión pleno. Este también se obtuvo porque se emprendieron tareas fiscales.

El Gobierno Uribe entregó un déficit del 3,6% del PIB y este año esperan bajarlo a 1% y alcanzar el equilibrio fiscal. La reducción del déficit y el aumento del ahorro también se deben al recaudo tributario, el cual fue de $86,6 billones en 2011.

Fin de las vacas gordasEn 2012, las cosas se complicaron más de lo previsto por todos. La incertidumbre internacional y factores internos como la caída de 8,1% en las obras civiles hicieron que el PIB de los tres primeros meses creciera 4,7%, frente al 5% de igual periodo de 2010. Las vacas gordas se agotaron y las perspectivas de un crecimiento de 6% para este año se le esfumaron a Echeverry, quien disminuyó su pronóstico entre 4,5% y 4,8%.

“Era un poco ingenuo pensar que el crecimiento de 5,9% se iba a sostener de manera indefinida. Colombia no torna a las vacas flacas, sino a su tasa de crecimiento normal que está entre 4% y 4,5%”, dijo Andrés Escobar, presidente de la firma EConcept.

Si bien no se verán vacas flacas, el país sí se enfrentará a épocas más duras, con un menor consumo por consecuencia del debilitamiento económico mundial. “El Ministro deberá volverse el malo del paseo con los Ministerios, recortar gastos y cuidar algunos como en infraestructura y vivienda”, dijo Escobar.

Para César Ferrari, profesor de Economía de la Universidad Javeriana, no se puede hablar de vacas gordas, sino más bien de tiempos “regularmente buenos” que se están acabando. En su opinión, Colombia tuvo una salida relativamente fácil de la recesión mundial.

Con una segunda recesión a la vista, el país debe buscar hacer más competitivas las actividades económicas, especialmente de los sectores más rezagados: agricultura e industria. Para este cometido, el experto explicó que se debe buscar disminuir la tasa de interés, aumentar la tasa de cambio y generar menos impuestos.

En las manos de Echeverry está que la bitácora se oriente a un crecimiento sostenible, con una mejor ejecución del gasto y una buena implementación de la política fiscal y monetaria para que el país pueda llegar a ser, como lo aspira el presidente Juan Manuel Santos, “el nuevo tigre de América Latina”.

Colombia necesita un PIB de 8,5% anual

Según Rosario Córdoba, presidente del Consejo Privado de Competitividad (CPC), el país necesitará de un crecimiento de 8,5% anual del Producto Interno Bruto (PIB) para alcanzar la meta que se trazó al 2032, en el Plan Nacional de Competitividad. En su opinión hay mucho camino que recorrer: hay fallas de coordinación, falta una política de Estado que articule y profundice la agenda de competitividad.

“Le estamos apostando a todo. Falta foco y priorización”, dijo la experta, quien comentó que en un ejercicio que realizó el CPC, se contabilizaron más de 80 apuestas sectoriales, tanto de nivel nacional y departamental, en las que no se ve un foco claro ni una articulación de las iniciativas.