La Comisión Europea (CE) pronosticó hoy que la economía de España seguirá en recesión durante 2013, con una reducción del 1,4 % del producto interior bruto (PIB), y que en 2014 crecerá el 0,8 %, según sus previsiones publicadas hoy, y que también señalan que el paro llegará al 26,9 % este año.
El Ejecutivo comunitario mantiene así los pronósticos que estableció para España el pasado mes de noviembre. “Tras la intensificación de la contracción en el cuarto trimestre de 2012, se espera que la caída del PIB se modere en 2013, tocando fondo hacia finales de año”, señaló la CE.
El PIB se contraerá el 0,4 % en el primer trimestre del año, el 0,2 % en el segundo, y el 0,1 % en el tercero, para mantenerse estable en los tres últimos meses del año.
La Comisión prevé que el crecimiento económico “vuelva a un territorio positivo en 2014, bajo la asunción de que no se den cambios en las políticas” aplicadas actualmente.
Tanto en el primer trimestre de 2014 como en el segundo se registrará un crecimiento del 0,3 %, que se elevará hasta el 0,5 % tanto en el tercer trimestre como en el cuarto.
Las previsiones del Ejecutivo europeo se sitúan en línea con las del Fondo Monetario Internacional (FMI), que hace un mes revisó a la baja las perspectivas de la economía española con una contracción de un 1,5 % para este año y una vuelta a los números verdes en 2014 con un crecimiento del 0,8 %.
El Gobierno español prevé, en contraste, una caída del 0,5 % del PIB para 2013.
La CE considera que durante este año y el próximo, la economía española continuará reequilibrándose, con una demanda interna muy lastrada por las altas cifras de desempleo y por el proceso de reducción de endeudamiento que afrontan los hogares.
La tasa de ahorro es “probable” que se mantenga baja, a la vez que los ciudadanos tratarán de “suavizar” su nivel de consumo, y la inversión privada se vea lastrada por las perspectivas económicas y continúe la contracción.
La CE destaca que se mantendrá estos dos años el ajuste que está sufriendo la inversión en el sector inmobiliario, que se mantiene en niveles “históricamente” bajos y que continúe su caída.
Bruselas destaca que la destrucción de empleo se aceleró en el último trimestre de 2012, lo que llevó a la tasa de paro hasta un “récord” del 26 % al cierre del ejercicio, que seguirá aumentando hasta tocar techo este año en el 26,9 %, para moderarse en 2014 con una caída hasta el 26,6 %.
Para el Ejecutivo comunitario la última reforma laboral española debería empezar a tener un efecto más notorio, de modo que permita un ajuste más equilibrado entre salarios y empleo, lo que a su vez “podría reducir el ritmo de destrucción de empleo”.
Los salarios se estarían adaptando ya a la situación económica, mientras que se dan “aumentos significativos” en la productividad laboral aparente, lo que está resultando en una mejora de la relación coste-competitividad de la economía española.
El Ejecutivo de la UE subrayó que ello “es necesario para continuar con la expansión de las exportaciones” españolas.
Las exportaciones se situarán como “la única fuente de crecimiento” a corto plazo, tal y como apunta la CE, que prevé que éstas se mantengan fuertes, pese a la debilidad de la zona del euro, el principal destino de los productos españoles.
Por el contrario, las importaciones se están contrayendo “bruscamente” debido a la débil demanda interna.
El Ejecutivo europeo destaca que gracias a este escenario, España ha logrado reducir su déficit externo y prevé que registre un “histórico” superávit en 2013 y en lo sucesivo.
Otra de las cuestiones que dificulta la recuperación del país es la restricción del crédito que sufre la economía real española, pese a la mejora de las condiciones externas de financiación, con la caída de la prima de riesgo y el aumento de la entrada de capital privado extranjero.
Esta mejora se ha visto impulsada por la reestructuración bancaria y las reformas puestas en marcha en España, combinadas con las decisiones tomadas a nivel europeo, entre ellas la puesta en marcha del nuevo programa de compra de bonos (OMT, por sus siglas en inglés) del Banco Central Europeo (BCE).